Guillermo García Machado
La partida de nacimiento
institucional del deporte venezolano la constituye el decreto de creación del
Instituto Nacional de Deportes, Decreto Nº 164 del 22 de junio de 1949 de la
Junta Militar de Gobierno. Aquel instante marca el ingreso de nuestro deporte a la modernidad, a la organización, en fin de cuentas, a la institucionalización. Es por ello que una ocasión como
ésta es propicia analizar los aspectos deontológicos y jurídicos que dieron
forma a aquel decreto considerados por muchos el primer texto normativo del deporte venezolano. No cabe duda que ese acto
jurídico creador del Instituto Nacional de Deportes fue un acto administrativo
basado en el artículo 104 de la Constitución de 1945, que en su numeral 14 establecía: "Decretar
en Consejo de Ministros la creación y dotación de nuevos servicios públicos que fueren necesarios
durante el receso de las Cámaras Legislativas, o la supresión o la modificación
de las existentes". La Junta Militar de gobierno fundamentó, como vimos, en las facultades
ejecutivas que le confería su Acta Constitutiva y la puesta en vigencia de la Constitución
de 1945. Lo cierto es que el decreto en comentario fue mucho más allá de la
creación de un instituto autónomo para dictar numerosas normas organizadoras de
nuestro deporte. Fundamentalmente, el decreto le da al deporte una jerarquía en
la que debería ser estimulado y dirigido para que cumpliera a plenitud su
función educativa y de solidaridad social. Además, creó las bases del
asociacionismo deportivo al establecer un ordenamiento para el deporte
venezolano con características mixtas, es decir, una integración entre el sector privado y el
sector público que tiene que ver con el deporte nacional. A más de 50 años de
ese importante acontecimiento, todavía persiste la discusión acerca de los
verdaderos fines que buscaba la Junta Militar de Gobierno con esa decisión.
Unos sostienen que fue una decisión política de "pan y circo"
producto de haberse seleccionado a Venezuela como sede de los juegos
Bolivarianos del año 51 y con ello barnizar con espíritu
"democrático" a esa dictadura militar. Otros sostienen que la
decisión es producto del proceso de desarrollo del deporte venezolano que, a
partir de los años 30, se fue consolidando en su organización. Frente a esta
polémica, es importante señalar en estricto sentido de la objetividad
histórica, que la creación del Instituto Nacional de Deportes fue el inicio de
la participación del Estado venezolano en la materia deportiva, y a partir de ese
momento se integró a las entidades deportivas federadas del deporte nacional
con la representación oficial e institucional del gobierno venezolano. La dinámica de la relación entre el Estado y el asociacionismo deportivo en
casi medio siglo de existencia ha provocado importantes acontecimientos en el
desarrollo del deporte venezolano. De su análisis podemos obtener conclusiones
valederas para proseguir en el camino por la conquista de un deporte mejor. Los
Juegos Deportivos Bolivarianos del año 1951 permitieron una consolidación de
las Federaciones Deportivas en Venezuela y una definición de la responsabilidad
de la administración pública en el plan jurídico, en atender eficaz y cuidadosamente la preparación y
participación de las selecciones nacionales en eventos internacionales. Además, en esa
época se dotó a Caracas de importantes infraestructuras deportivas. En 1958, el
deporte venezolano da un paso muy firme hacia su universalidad y consolidación
al crear mediante decreto de la Junta de Gobierno presidida por el jurista y
economista profesor Edgar Sanabria, los Juegos
Deportivos Nacionales en la categoría de mayor. Por decirlo de alguna manera se
estableció en el país una vitrina donde se iban a exponer las potencialidades
del deporte venezolano. Además, el legislador, en su concepción de la actividad
deportiva, estableció que los Juegos
nacionales fuesen instrumento para dotar la infraestructura, recursos humanos, presupuestos y
materiales a todas las entidades político-territoriales de Venezuela.
Aspecto éste que se ha venido cumpliendo desde 1958 hasta nuestros días a
través de estos Juegos Nacionales de mayores en su concepción original y hoy en
día en su categoría juvenil. Obligados estamos a señalar que ese espíritu de
universalidad deportiva del legislador del 58 no ha alcanzado aún su punto más
alto, puesto que han faltado o no han existido las políticas de
mantenimiento de las instalaciones deportivas, y lo que en un momento es
un gran escenario deportivo a los pocos meses es un cementerio de canchas,
pistas, piscinas y gimnasios.
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