Sunday, April 28, 2013

Crisis de poder en Venezuela Guillermo García Machado


Crisis de poder en Venezuela
Guillermo García Machado
Cuando analizamos el ventajismo político y su tipología en el artículo 68 de la Ley Electoral o las repercusiones del peculado de uso en la Ley contra la Corrupción; o tan sencillo como repetir el precepto constitucional: el funcionario público responde única y exclusivamente a los fines del Estado y jamás a intereses partidistas particulares, podríamos decir rápidamente que no somos nada, simplemente un país donde la Ley es letra muerta, sin principios, subsumidos en una profunda crisis de poder, aumentada por el reflejo de todo lo anterior en la faz del pírrico triunfo obtenido por el candidato “Maduro”. Podemos hablar de la crisis financiera, donde todavía nadie se explica cómo se desvanecen cien mil millones de Dólares dentro de la vorágine del presupuesto nacional; seguir comentando acerca de la pérdida del valor del signo monetario venezolano, tan sólo representable por una chapita de refresco, tal como lo expresara gráficamente Rayma en la prensa local;  seguir comentando sobre la acción perversa de la inflación en el bolsillo de los venezolanos, sin hacer ningún tipo de distingo entre nuestros niveles sociales; comentar con frialdad acerca de la situación financiera de la primera empresa del país y de la situación particular de cada una de las industrias básicas, que aún sobreviven; y sin embargo, todavía queda una palabra de aliento, simplemente superando las políticas erradas y aplicando los correctivos que la misma mediana inteligencia nos exige, desterrando de raíz, cualquier tipo de filosofía o doctrina castigada en la historia como fracaso, como es el caso del comunismo, el cual fue incapaz de proporcionar un rayito de felicidad a tantos pueblos que trataron de salir adelante, bajo el sopor doctrinario del Capital de Marx, y de la égida figura, por no decir el yugo de Joseph Stalin. Cuando observamos que el proyecto político que representa el Socialismo del Siglo XXI, queda acéfalo por la desaparición de su principal mentor, Teniente Coronel Hugo Rafael Chávez Frías, buscamos con afán la figura o la persona que pudiera continuar con mérito propio la proyección en el espacio y en el tiempo del mensaje del auténtico comandante en jefe, cuya muerte ha producido el debilitamiento de aquel movimiento  que convirtió el juramento ante el Samán de Güere , en el más atrevido accionar político contemporáneo, con ramificaciones en el mundo entero y muy especialmente en Latinoamérica, independientemente del uso del petróleo como arma estratégica para la consecución de adeptos revolucionarios. Interrumpiendo el asombro nuestro deseo de investigación por la ausencia de líderes capaces de mantener la fuerza carismática del líder fallecido. Llámese Nicolás, Rafael, Diosdado, Adán, y cualquier otro que se nos ocurra, quedan como figuras del montón, en el difícil proceso de seleccionar un simple sustituto. El reciente proceso electoral así lo indica, tanto así que el candidato de la oposición fue capaz de sustraer un millón de votos de las filas oficialistas, una parte por sus méritos propios y por otra parte, el frágil contenido del mensaje del candidato ungido por el líder moribundo, tratando de despedirse en paz con los designios de Dios y con las aspiraciones de los hermanos Castro, casi casi, estar bien con el Supremo y con el Diablo. Como corolario de lo anterior, podríamos prever un gobierno objetado en su fuero de legalidad y legitimidad, no puede ser capaz de proporcionar bienestar entre su pueblo y mucho menos cuando él mismo se encuentra permeado por una crisis de poder auto-gestionada por la debilidad misma del piso político actual, sobre el que se mueve el gobierno de Maduro y por la cantidad de excesos y persecuciones políticas bajo el conocimiento del movimiento mediático internacional, donde el escándalo – quemas de centros de atención médica, muertes de partidarios del gobierno -  quisieron atribuírselo al bando opositor y las pruebas hacen siempre su efecto contra las filas del gobierno, de ahí que la perversión no sustenta su propia careta-. Basta con escuchar las amenazas de distintos funcionarios contra su propia burocracia, o de Ministros ofreciéndole la cárcel al candidato opositor, con el privilegio de una celda especial, para darnos cuenta que el país se encuentra en la peor de sus crisis políticas, con la única ventaja de contar con las suficientes reservas morales, políticas, sociales y económicas, tan calificadas como para sobrevivir a cualquier intento de acabar con nuestra digna democracia.

Sunday, April 21, 2013

¿Final Feliz? Guillermo García Machado


¿Final Feliz?
Guillermo García Machado
Cuando estábamos aprovechando la presencia de toda la familia alrededor de la santa mesa, saboreando un delicioso almuerzo dominguero, donde cada hermano trae un postre distinto, y los nietos corren sin descansar; nos llegaron las primeras noticias acerca de los resultados electorales, que se producían en caliente dentro de la elecciones presidenciales más atípicas que se hayan celebrado en la Patria de Simón Bolívar, siendo los mismos, muy positivos, alrededor de la candidatura de Henrique Capriles Radonsky, quien se montó en el hombro la responsabilidad de dirigir los destinos del país y en menos de treinta días recorrió la exigente geografía nacional, con un mensaje directo, coloreado con el progreso de todos los venezolanos, convirtiéndose de inmediato en el guapo de la contienda, ya que el candidato del gobierno, Nicolás Maduro monto su show sobre la figura del difunto presidente Chávez, con el apoyo de los artistas que hicieron acto de presencia en los distintos mítines, al mejor estilo de Sábado Sensacional o Don Francisco Presenta, sin que apareciera o hiciera acto de presencia el proyecto de república que se le proponía al electorado, pareciendo el referido proceso electoral un verdadero jolgorio carnavalesco. Para colmo de males volvieron aparecer las consignas a favor de Fidel Castro y su tierra natal y muchas fotos oficiales donde los despachos oficiales estaban adornados con la bandera cubana, siendo así que nuestro símbolo patrio se destacaba por su ausencia. Quiero contarles que las buenas noticias electorales parecía agradar al contorno de las distintas urbanizaciones y distintos barrios que conforman el urbanismo caraqueño y la gente seguía haciendo acto de presencia en los distintos centros electorales, donde orgullosamente pudimos observar la confluencia de todos aquellos ciudadanos que quisieron demostrar su posición política, en donde cualquier diferencia de votos podía dar la señal sobre un nuevo presidente en Venezuela, así obreros, profesionales, jóvenes y viejos compartieron el orden establecido para participar activamente en la fiesta electoral más atrevida que hemos vivido en los últimos años, donde los candidatos se dijeron hasta del mal que les iba a ocurrir, muchas veces con la arrogancia del calor electoral. No obstante, y con la fuerza del poder, pudimos presenciar muchos abusos por parte de la corriente oficialista, donde la democracia perdía su nombre y tan sólo se salvaba con la posibilidad de la denuncia que pudieron presentar alguno de los afectados ante la autoridad competente, recordándoles que el día de las elecciones el país queda en manos del poder electoral y el Plan República, es decir, aquel que ejecuta la fuerza armada nacional en aras de mantener el orden interno. Llegada la tarde los medios de comunicación mostraban la euforia del comando opositor, así como las caras destempladas del comando oficialista, lo que anticipaba un resultado favorable para Capriles Radonsky, hasta que llegó la hora de cerrar las mesas electorales para proceder a totalizar la expresión de la soberanía popular, eso que llamamos votos y se produjo una larga espera de más de cinco horas, hasta que apareció en pantalla la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, la que sin pensarlo dos veces vomitó un resultado que acabó con el sueño feliz de muchos compatriotas, bajo el entendido que el candidato de gobierno resultó ganador con el 50, 60 %  y el candidato opositor perdedor con el 49, 50 % de los votos emitidos, pudiendo ser, una vez más, que el resultado material que mantuvo vivas las esperanzas de la oposición venezolana quedó trasnochado con el resultado virtual obtenido.

Sunday, April 14, 2013

El orgullo de ser venezolano Guillermo García Machado


El orgullo de ser venezolano
Guillermo García Machado
Cuando Usted amigo lector pronuncia la palabra venezolano, viene a su mente, entre otras,  la identidad de aquel que tuvo a bien nacer en Venezuela, como cualquier hijo de vecino; la gracia del inmortal de aquel que se le ocurrió libertar cinco distintas naciones de Suramérica; la perseverancia de aquel que conoció a fondo el imperio Ruso, la revolución francesa, la revolución americana y como tal ocupa su nombre un espacio en el Arco de Triunfo de París; el ímpetu del que con maestría y mucha arrogancia galopó por los llanos y supo enfrentarse a los realistas, con la sapiencia de un militar de academia; el idealismo de quien sorteo todos los peligros del Sur, teniendo siempre por delante la fidelidad hacia el líder natural de todos los tiempos, cayendo abatido a traición en el sitio de Berruecos; la valentía del líder militar de occidente cuya consagración se sublima en la batalla naval del Lago de Maracaibo; el arrojo de quien pudo mantener la unidad en la liberación del Oriente del país; la valentía de quien también supo disentir y su final estuviera al frente de un pelotón de fusilamiento; la audacia de quien lideró a una juventud caracterizada por vencer el miedo y la adversidad y cuyo final fue todo un sacrificio; la temeridad del que se despide en el furor de la batalla porque simplemente estaba muerto; el coraje de aquella que supo competir con el sexo fuerte en la gesta independista. De ahí que sería interminable la lista de hombres y mujeres cuyo ejemplo constituye la base de sustentación de un orgullo que pone en cabeza de todos la máxima consideración del que nos observa y sin mayor dilación nos incluye en el prototipo del ejemplo a seguir, a la hora de exigir Libertad. Para ello, basta con mencionar los nombres de Bolívar, Miranda, Páez, Sucre, Urdaneta, Mariño, Piar, Ribas, Negro Primero, Luisa Cáceres de Arismendi y de pronto surgen juntas todas las emociones juntas, en aras de un sentimiento de amor, para con la abnegación de todos esos seres que supieron ser protagonistas en el ciclo histórico más importante de nuestra vida institucional. Ahora bien, pasando por el reconocimiento que se merecen, porque estamos empeñados en vivir del simple recuerdo, en vez de retomar las gestas libertarias, con aire protagónico,  cuando veamos en peligro esas libertades conseguidas con tanto esfuerzo y sacrificio. La República está herida y su sangre la derraman los ciento cincuenta mil venezolanos caídos ante la fuerza incontenible de la delincuencia, sin que podamos precisar, con certeza, la actual situación de los responsables materiales y de los verdaderos responsables, aquellos que han tenido en sus manos la responsabilidad de ponerle coto al mundo criminal y todas sus ramificaciones, sin logros positivos a la fecha. Suficiente escándalo significa comparar a los que han caído en guerras como las de Irak, Afganistán,  y nuestros números no tengan compasión con aquello, como tampoco han podido compararse con los habidos en la cruenta confrontación colombiana. Estamos en momentos difíciles, donde reina la incertidumbre y ponemos en duda la capacidad del actual dirigente, - con mucha vocación de poder y muy poca vocación de servicio - donde las elecciones no han logrado consolidar el concepto, por demás perfectible, como lo es, el de la Democracia, maltratada ésta última por procesos electorales obscurecidos por las tenebrosas sombras de la trampa y el fraude, sin poder dejar atrás el vulgar ventajismo. Ahora es el momento de retomar esa identidad que forjaron nuestros héroes y con todas las ganas levantar nuestra mirada hacia el infinito con aires de vencedores para exclamar a todo pulmón: Es un orgullo ser venezolano o simplemente: Soy venezolano y a mucha honra! 

Sunday, April 7, 2013

Elección de todos los tiempos Guillermo García Machado


Elección de todos los tiempos
Guillermo García Machado
El ejemplo más reciente donde la soberanía popular manifestó todo su poder y por ende fue respetada, se produjo en Chile, cuando la nación del sur fue a las urnas electorales para decidir la suerte del gobernante de turno, nada más y nada menos que el General Augusto Pinochet, quien tenía un control absoluto de todas las instituciones del país austral. Decimos esto porque en otros países como Cuba las elecciones sólo sirven para reafirmar el poder de sus actuales gobernantes, obteniendo los hermanos Castro el apoyo del cien por ciento del electorado, tal como sucedía en Irak, cuando el otrora poderoso Hussein obtenía el favor absoluto del electorado, sin que existiese el voto de un disidente, es decir, las urnas electorales, según las autoridades electorales, jamás recibieron un voto en contra del régimen, siendo así, que el asunto de marras podía ser un asunto de Ripley. En Venezuela, los acontecimientos nos llevan a un nuevo proceso electoral, donde el próximo 14 de Abril del año en curso, el pueblo decidirá su futuro entre dos opciones con chance, el chance del candidato del gobierno, Nicolás Maduro, y el chance del candidato de la MUD, Henrique Capriles Radonsky. Los pronósticos se hacen muy difíciles, por cuanto que las encuestas parecieran realizadas en honor de quien las compra y por ende, mal podríamos decir en este momento que contamos los venezolanos con datos estadísticos confiables o realizados objetivamente, sin la perversa influencia de la parte interesada. Cuando el difunto presidente Chávez concurrió a su último proceso electoral, las encuestas que sus partidarios mostraban lo daban como ganador hasta con 25 puntos porcentuales, por encima de su más serio contrincante, Henrique Capriles y su triunfo se materializó con una diferencia de 11 puntos porcentuales. Hoy las cosas resultan con otras variables, quizás la más importante, es que el candidato Maduro no es el líder con la carisma suficiente para emular al difunto presidente y sus encuestas dan diferencias entre 10 y 15 puntos porcentuales, lo que a la hora de las chiquitas y ponderando en su justo valor  las diferencias anotados, pudiéramos estar en el caso de presenciar unos resultados electorales sumamente estrechos, pudiendo repetirse la experiencia Chilena, donde su valiente pueblo corto por lo sano con el continuismo. Siendo este un proceso electoral único en el mundo, por sus propias características, donde la más importante es su brevedad, siendo así que el lapso electoral se fijó en un mes para desarrollar una contienda electoral rápida, concreta y concisa, donde no hay margen de error, ya que no hay tiempo para proponer correcciones. Obviamente que hasta la fecha hemos visto una confrontación de discursos y muy pocas propuestas y alguna de estas últimas muy lejanas a la actual situación del país, cuando señala el candidato oficialista que acabará con la delincuencia y con los problemas penitenciarios, cuando las víctimas de la delincuencia superan la escandalosa cifra de más de 150.000 muertes violentas en estos últimos catorce años, o cuando señala el oficialismo que acabaran con la inflación, cuando este flagelo ha mantenido en jaque el poder adquisitivo del consumidor venezolano, deteriorando el salario de los más necesitados a mansalva. Obviamente que el tema que nos preocupa en demasía es la superioridad del mensaje del gobierno sobre el de la oposición, por la desproporcionada desigualdad de recursos empleados en los procesos electorales, siendo que el tesoro nacional financia los favores electorales del candidato del gobierno.