VOTO POPULAR
Guillermo
García Machado
La etimología
del término voto nos lleva a votum,
vocablo que pertenece a la lengua latina. Voto es la manifestación que realiza un individuo
sobre su predilección ante una
determinada alternativa. El concepto también se emplea para nombrar al elemento
que permite la expresión de la preferencia en cuestión.
Popular, por su parte, es aquello vinculado al pueblo. Lo habitual es que este adjetivo se
emplee para calificar a lo que se encuentra a disposición de toda la gente, incluyendo
a quienes forman parte de los estratos más bajos de la sociedad por falta de
recursos económicos, educación, etc.
Con estas
ideas en claro, podemos avanzar en la definición de voto popular. Esta expresión se utiliza
para nombrar al mecanismo que
permite la participación de la
ciudadanía en la toma de decisiones políticas. Las habitantes
de una región, a través de su voto en elecciones, tienen la posibilidad de
elegir a sus representantes: es decir, a los sujetos que formarán parte
del gobierno y que administrarán el Estado de acuerdo a lo establecido por
las leyes.
El voto
popular alude al alcance de esta posibilidad de participación. En la
antigüedad, era habitual que solo pudieran votar las personas que contaban con
determinados bienes o que disponían de un cierto nivel educativo. En estos
casos, el voto era restringido. En cambio, cuando puede votar
un amplio sector de la población (por
ejemplo, mujeres y hombres mayores de 18
años, independientemente de su educación y situación económica), se
trata de una elección de voto popular.
En estos
momentos el término de voto popular está más de actualidad que nunca debido al
presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. En concreto,
este no ha dudado en afirmar, sin presentar pruebas de ningún tipo, que si no
ganó en votos populares fue porque muchas personas indocumentadas procedieron a
votar a Hillary Clinton. No obstante, el escándalo político acerca de la
intervención Rusa en ese proceso electoral y las vinculaciones entre los
señores Putin y Trump.
Y es que no
podemos olvidar que en Estados Unidos existe un sistema peculiar de elección
del presidente sustentado en los siguientes pilares:
-Los ciudadanos son los encargados de llevar a cabo lo que son los votos populares.
-El ganador de esos mencionados votos en un estado concreto es nombrado, por regla general, el vencedor absoluto por los electores del territorio en cuestión.
-Y luego se encuentra lo que se conoce como Colegio Electoral, que se encuentra conformado por un total de 538 electores, que es el número que corresponde a los legisladores que tiene el Congreso: 435 en la Cámara de Representantes, 100 en el Senado y tres por Columbia.
-De ahí, de todo lo expuesto, que se establezca que para que un candidato sea nombrado ganador de las elecciones y, por tanto, se proclame Presidente de los Estados Unidos debe conseguir, al menos, los votos de 270 electores.
-Los ciudadanos son los encargados de llevar a cabo lo que son los votos populares.
-El ganador de esos mencionados votos en un estado concreto es nombrado, por regla general, el vencedor absoluto por los electores del territorio en cuestión.
-Y luego se encuentra lo que se conoce como Colegio Electoral, que se encuentra conformado por un total de 538 electores, que es el número que corresponde a los legisladores que tiene el Congreso: 435 en la Cámara de Representantes, 100 en el Senado y tres por Columbia.
-De ahí, de todo lo expuesto, que se establezca que para que un candidato sea nombrado ganador de las elecciones y, por tanto, se proclame Presidente de los Estados Unidos debe conseguir, al menos, los votos de 270 electores.
Un sistema
este que no convence a muchos, ya que se ha dado el caso de candidatos que han
ganado en lo que son votos populares, pero que luego no han llegado a la Casa
Blanca porque sus rivales vencen en votos de electores