Sunday, April 27, 2014

Notas sobre la protesta
Guillermo García Machado

Los Estados no deben interferir en las manifestaciones pacíficas y también deben proteger a los manifestantes en el ejercicio de sus derechos, en particular cuando las personas que manifiestan defienden puntos de vista impopulares o controvertidos o pertenecen a minorías u otros grupos que están expuestos a un riesgo mayor de victimización, ataques u otras formas de intolerancia. La presencia de observadores de los derechos humanos en las manifestaciones puede disuadir la violación de los derechos humanos. La labor de los periodistas también es importante para facilitar información independiente sobre las manifestaciones. Los Estados tienen la obligación de adoptar medidas deliberadas, concretas y selectivas para promover, mantener y fortalecer el pluralismo, la tolerancia y una actitud abierta con respecto a la disensión en la sociedad, y deben respetar y proteger por igual a los que expresan opiniones divergentes, impopulares o disidentes como lo hacen con aquellos que están a favor del gobierno. Los Estados no pueden prohibir acciones de manifestación pacífica, impedirlas, censurarlas o ejercer amenazas físicas o psicológicas contra sus participantes. Específicamente, los Estados deben abstenerse de: a) presumir de antemano su carácter desfavorable, incluso si hubiere antecedentes,  o descalificarlas como actos de “desorden público” o “desestabilización”; b) ilegalizarlas mediante la delimitación de zonas de reserva que justifique su criminalización y la respuesta violenta de los cuerpos de seguridad; c) ordenar toques de queda, medidas de bloqueo de las rutas o impedir el acceso a las sedes de las instituciones públicas; d) utilizar “infiltrados” con el objeto de  provocar desorden y justificar el empleo de la violencia; e) la cercanía de grupos contrarios a los manifestantes y protegidos por los cuerpos de seguridad; y f) la colocación de mensajes y música en los lugares de concentración, contrarios al de los manifestantes. Tampoco es una razón justificada invocar la seguridad nacional o el orden público con el fin de prohibir, impedir o restringir manifestaciones localizadas o relativamente aisladas, ni impedir el ejercicio de manifestaciones, por la prevención de posibles enfrentamientos entre grupos o su frecuencia en un lugar específico. La seguridad nacional o el orden público no son pretexto para la imposición de limitaciones vagas o arbitrarias, y las mismas sólo pueden aplicarse si existen protecciones adecuadas y recursos efectivos contra el abuso. El Estado deberá acordar con los manifestantes aquellas acciones que permitan el respeto a los derechos de los demás. La libre circulación de vehículos no debe anteponerse automáticamente a la libertad de reunión o de manifestación pacífica. Los manifestantes pueden expresarse  libremente, independientemente del contenido de sus discursos y de su mayor o menor aceptación social y estatal. Es una obligación del Estado la neutralidad ante los contenidos y garantizar que no existan personas, grupos, ideas u opiniones excluidos a priori. Los Estados deben asegurar el acceso a Internet en todo momento, también en los períodos de malestar político. No se justifica la aplicación de restricciones o la penalización de los manifestantes por mensajes en los que no hubo propaganda de guerra, ni incitación inminente a la violencia. Tampoco por un interés social imperativo para prevenir discursos que ofendan “la moral”, produzcan “alarma, temor o terror en la población” o afecten la “salud mental”. Toda medida de restricción debe referirse a conductas y establecer la diferencia entre los que promueven pacíficamente sus opiniones y los que recurren a la violencia. En casos de conflicto entre la libertad de expresión y el honor de los funcionarios, debe considerarse que ellos están sujetos a un tipo diferente de protección. Tienen derecho a la intimidad y al honor con menos resistencia normativa que el derecho que asiste a los ciudadanos ordinarios en el ejercicio de sus derechos a expresarse e informar. Ello no implica que los funcionarios públicos no puedan ser judicialmente protegidos; pero deben serlo acorde con los principios del pluralismo democrático, y a través de mecanismos que no tengan la potencialidad de generar inhibición ni autocensura.

Sunday, April 20, 2014

Nociones sobre el diálogo
Guillermo García Machado

Consiste en la discusión o debate que se suscita entre un grupo de personas respecto a una problemática determinada, a través del cual pueden concurrir concomitantemente a un acuerdo destinado a disminuir la contingencia existente o solucionarla en su totalidad mediante la ejecución de diversas líneas de acción. También podemos particularizar diciendo que el diálogo es el instrumento por la cual, se llega acuerdos o consensos mediante una conversaciones entre dos o más personas, con la finalidad de establecer lineamientos para resolver la controversia que dio origen al dialogo. En efecto, hoy se acepta que la democracia supone pluralismo, esto es, el reconocimiento de la coexistencia de grupos autónomos con intereses diferentes y a veces contrapuestos, y que la articulación, de los mismos, debe necesariamente, pasar por su reconocimiento y participación. Así, la participación y el diálogo son instrumentos esenciales de la democracia pluralista. En este marco, pero centrándose más en el específico aspecto social de la cuestión, se ha sostenido que la inseguridad social es, cada vez más, una de las principales preocupaciones de los ciudadanos. No solo se trata de la exclusión social y su resultado, una sociedad fragmentada. Es que en la situación actual, buena parte de los incluidos se siente insegura ante el riesgo del desempleo y sus consecuencias. Todo lo cual estaría indicando la necesidad de una “reconstrucción” del Estado y una resocialización de la vida nacional. Esto requeriría “un nuevo contrato social” al cual sólo podría apuntarse a través del diálogo social, que adquiriría así una dimensión extra-laboral , de carácter político. Una democracia política imperfecta o incompleta, una concentración de la renta que ha sido calificada de “ofensiva” (o, muy diplomáticamente, de “distribución regresiva”), una dependencia económica hoy negada desde el gobierno por quienes la teorizaron en la academia, un “ajuste” permanente resultante de políticas económicas impuestas o adoptadas voluntariamente como consecuencia de la asunción del pensamiento único, han contribuido al debilitamiento de los actores sociales, los sindicatos y los gobiernos (o por lo menos, los órganos gubernamentales responsables de las políticas sociales), como bien se indica en la ya citada Propuesta de Programa y Presupuesto de la OIT para 2000-2001. Asimismo, todo ese panorama dificulta el desarrollo de un diálogo social genuino, porque además de participar en él algunos actores muy debilitados, el margen real para la negociación es muy escaso: la mayor parte de las cuestiones sobre las cuales dialogar están ya decididas. En América latina es frecuente que, cuando se convoca a dialogar, se lo haga para concertar la aplicación de medidas ya adoptadas y no para discutir la adopción de esas medidas. Por eso, a pesar de que tanto en algunas Constituciones y legislaciones es dable encontrar previsiones habilitantes del diálogo, la situación práctica es más bien deficitaria. En ese panorama, los países del Mercosur ofrecen un panorama algo menos desalentador que el que hoy se aprecia en otras regiones latinoamericanas.  La conversación política en el Estado Liberal es un aparato necesario para organizar  personas, las cuales son libres de entender de diversas maneras el concepto del bien. La idea de conversación constrictiva le proporciona una clave más satisfactoria a la teoría liberal, ya que el concepto de diálogo en la obra de Ackerman no es el tipo de conversación idealizado con el que parte el principio de democracia deliberativa.  Neutralidad en el sentido de no intervención, de desinterés, de laissez passer, de tolerancia pasiva, etc. En este sentido, Schmitt incluye la neutralidad del Estado frente a las religiones y credos. El autor analiza cómo el proceso de neutralidad se fue introduciendo según determinadas vicisitudes y luchas políticas. Schmitt afirma que, en última instancia, este principio tiene que situar el Estado en una neutralidad total frente a todos los puntos de vista y problemas, haciendo que los principios religiosos  no continúen estando protegidos. 

Sunday, April 13, 2014

Socialismo y comunismo
Guillermo García Machado

Con el apoyo logístico de wikipedia, a diferencia de lo que sucede con el concepto de "comunismo" (término cuya utilización se remonta a Platón), en el cual la contribución a la producción común es libre y no planificada mientras que el consumo se vive en común, la palabra "socialismo" (que apareció por primera vez en 1834 bajo los auspicios de Robert Owen) describe la organización colectiva de la producción y la distribución en tanto el consumo permanece siendo particular. En el siglo XIX  en proceso de proletarización masiva por el ascenso del capitalismo industrial, la idea socialista evolucionó como concepto e ideología de economía política proponiendo un sistema social, económico y político basado en la organización consciente (planificada) de la producción de acuerdo a unos fines preestablecidos de contribución al bien general: sería el denominado movimiento socialista (en algunos lugares movimiento para la reforma del trabajo). Con el surgimiento del "marxismo", los medios socialistas y los fines comunistas son absorbidos y reformulados dentro de una sola doctrina que entiende ambos sistemas como dos pasos históricamente necesarios en el desarrollo de una sociedad escindida por la Lucha de clases hacia una etapa comunista final sin clases. El movimiento comunista, que ya había surgido colectivistas de la Revolución Francesa como movimientos remanentes (véase el comunismo de Babeuf y la Conspiración de los Iguales) y había dejado de ser un activismo social cambiante durante diferentes períodos históricos para convertirse en activismo político, se transforma en partido e ideología gracias a la introducción por parte de Karl Marx de las ideas de los doctrinarios socialistas (por entonces tomadas seriamente), adoptando un sólido cuerpo doctrinal del que carecía. Mientras que gracias al marxismo las ideas socialistas y comunistas se desprenden del idealismo y se unifican en un solo movimiento ideológico llamado Comunismo. Por extensión se define como socialista a toda doctrina o movimiento que aboga por su implantación. Frecuentemente coexisten diferentes movimientos políticos que adoptan el título de Socialismo: desde aquellos con vagas ideas de búsqueda del bien común e igualdad social, hasta los proyectos reformistas de construcción progresiva de un Estado socialista en términos marxistas, o las variantes pre y post-marxistas de socialismo (sean obreristas o nacionalistas), o al intervencionismo, definiciones de socialismo o de sus métodos que pueden variar drásticamente según varíen los interlocutores políticos y que algunas veces se distancian en mayor o menor medida de su etimología: estatistas, nacionalistas,marxistas, cooperativistas,corporativistasgremiales clásicos, corporativistas de Estado o fascistas, socialistas de renta, socialistas de mercado, mutualistas, socialdemócratas modernos, etc. El socialismo continúa siendo un término de fuerte impacto político, que permanece vinculado con el establecimiento de un orden socioeconómico construido por, para, o en función de, una clase trabajadora organizada originariamente sin un orden económico propio, y para el cual debe crearse uno público (por vía del Estado o no), ya sea mediante revolución o evolución social o mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad sin clases estratificadas o subordinadas unas a otras; idea esta última que no era originaria del ideario socialista sino del comunista y cuya asociación es deudora del marxismo-leninismo. La radicalidad del pensamiento socialista no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más bien a los principios que se persiguen. En la práctica el significado de facto del socialismo ha ido cambiando con el transcurso del tiempo. Muchos de los denominados socialistas derivaron históricamente en la búsqueda de instaurar un Estado obrero organizado de abajo hacia arriba. Otros mientras tanto continuaron rechazando la vía de expresión democrática en la cual modelos políticos de acción del pueblo se amparan para dar paso a modelos de extrema izquierda y derivados del mismo sentir como lo son el comunismo. La ideología con que muchas veces se relaciona en la actualidad al sistema del socialismo es con una interacción de la nacionalización de todo recurso económico y la implementación de un gobierno comunista. Por otro lado, gran parte de los movimientos políticos contemporáneos traslucen la ideología del mismo con una visión abstracta política híbrida la cual han denominado como socialdemócrata, un término que alude a proyectar la disparidad de las diferencias económicas entre personas con el fin de distribuir toda riqueza acumulada por individuos y gobierno entre todas las partes de forma arbitraria y limitada. 

Sunday, April 6, 2014

El nuevo eje financiero
Guillermo García Machado

Cuando hablábamos del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), jurábamos que la ayuda financiera tendría asegurado su espacio y su influencia per secula seculorum. Para demostrar lo contrario y vaticinar para donde vamos, traemos a colación  trabajo de Frank Lopez Ballesteros  que nos pone en autos acerca de las posibilidades financieras en el concierto mundial. La alianza de Brics (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) acumula reservas de divisas por valor de $4,45 billones, pero la expansión del comercio y de créditos de China o Rusia en América Latina superó por sí solo todos los aportes de los otros socios del bloque. Conforme la nueva arquitectura financiera mundial va tomando impulso, un grupo de países latinoamericanos ya depende de las líneas de crédito individual del bloque Brics, por lo que el futuro banco de desarrollo propuesto por este quinteto terminará por reducir la vinculación con las instituciones financieras occidentales. Solo entre 2005 y 2010 China otorgó $86.000 millones en préstamos a países latinoamericanos, según una investigación del Centro de Estudios China-México de la Universidad Nacional Autónoma de México. Brasil a través de su Banco de Desarrollo (Bndes) concedió préstamos por $80.000 millones en 2013, 40% a países de la región, aunque la condición fuera contratos con empresas brasileñas. Rusia, entre 2005 y 2012 concedió préstamos por $10.000 millones, con Venezuela y Ecuador como los más favorecidos en América Latina. El monto de estos créditos desbancó a prestamistas tradicionales de la región como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Exportación e Importación de EEUU. El quinteto de las llamadas "economías emergentes" acordó en agosto de 2013 establecer su propio banco de desarrollo con un capital de $100.000 millones dentro de cinco años, para financiar proyectos de infraestructura a sus socios y aliados, una iniciativa que gobiernos latinoamericanos están ansiosos de beneficiarse. A la región le urge dinero rápido y fácil para sus proyectos, como Nicaragua, que pretende construir un canal interoceánico más amplio que el de Panamá, a un costo de 40.000 millones de dólares. O Venezuela, que con un control de cambio que cierra la entrada de divisas requiere préstamos para mantener a flote sus programa sociales y de infraestructura. Si bien el Brics se refiere al acrónimo acuñado en 2001 por el analista de Goldman Sachs James O'Neill para referirse a las principales economías emergentes, éste predijo que en 10 años representarían el 14% del PIB mundial, frente al 8% de ese año. Hoy suponen el 19%. Si bien la economía china es veinte veces más grande que la de Suráfrica y cuatro veces mayor que la rusa e india, estos dos últimos países en menos de una década elevaron sus líneas de crédito con la región. Ejemplo, bancos chinos dedicaron 61% de los préstamos a Ecuador y Venezuela entre 2005 y 2012. Se concrete o no el establecimiento del Banco Brics, China, Brasil y Rusia ya son socios comerciales clave para la región. Pekín es el primer mercado de destino de las exportaciones de Brasil y Chile, y el segundo de Perú, Cuba y Costa Rica. "Hay divisiones dentro de los Brics sobre diferentes asuntos, pero en términos de la estrategia global, hay claras ventajas en trabajar juntos y en la ampliación de este grupo para aumentar su influencia" y el banco de desarrollo se convertirá en un puente para esto con América Latina, explicaba a El Universal Jayati Ghosh, profesora de economía en la Universidad Jawaharlal Nehru, en Nueva Delhi, India. Agregamos a lo anterior, en economía internacional, se emplea la sigla BRICS para referirse conjuntamente a Brasil, Rusia, India,China y Sudáfrica, aunque en este artículo se hará más referencia al BRIC, que excluye este último país, el que se unió al grupo en 2011. Todas estas naciones tienen en común una gran población (China e India por encima de los mil cien millones, Brasil y Rusia por encima de los ciento cuarenta millones), un enorme territorio (casi 38.5 millones km²), lo que les proporciona dimensiones estratégicas continentales y una gigantesca cantidad de recursos naturales y, lo más importante, las enormes cifras que han presentado de crecimiento de su PIB y de participación en el comercio mundial en los últimos años, lo que los hace atractivos como destino de inversiones.3