Sunday, June 28, 2020


VERAZ

Guillermo García Machado

Del latín veraxveraz es un adjetivo que refiere a quien dice o profesa siempre la verdad. El término también se aplica a la información cierta y contrastable. Por ejemplo: “Martín es un hombre veraz, puedes confiar en lo que él te dice”“El gobierno ha solicitado datos veraces a las consultoras para decidir si el ministro se presentará en las próximas elecciones como candidato a diputado”“Se estima que el atentado ha dejado más de una decena de muertos, aunque aún no hay una cifra veraz difundida por un organismo oficial”.

Dentro del ámbito de los medios de comunicación es fundamental el término que ahora estamos analizando. Y es que se considera que es imprescindible que toda la información que se dé al público sea veraz, y no una tergiversación de parte del propio periódico y del correspondiente periodista. En concreto, se exige siempre al profesional de este campo que diga noticas veraces para que así el ciudadano pueda conocer la verdad de un hecho al completo. De ahí que se establezca que aquel es imprescindible que se ciña absolutamente a informar de los hechos que han acontecido y que no tergiverse los mismos en base a sus ideas, prejuicios, intereses o afinidades políticas.
Es más, para muchos estudiosos y expertos se establece que la veracidad informativa es la obligación, el deber, que tiene que tener todo periodista con respecto a la verdad. Eso supone, por tanto, que actúe con diligencia a la hora de tratar una información, de investigarla y de luego poder dársela a conocer al público. De ahí que se establezca que para alcanzar aquella, se deben seguir los pasos que exponemos a continuación:
Verificación del hecho y diferenciación de lo que son las opiniones.
Documentación, averiguación del acontecimiento y contrastación de los datos que se han conseguido recabar. Análisis del suceso en sí teniendo en cuenta el contexto en el que ha tenido lugar.
Estas ideas, y otras muchas más, componen libros y artículos tan interesantes sobre la veracidad informativa como este: “La veracidad informativa como exigencia institucional al ejercicio de la libertad de información de los medios periodísticos”.
En su dinamismo, justifica la idea de que los hechos deben ser divulgados tal y como han sucedido o en su defecto, como han sido relatados por los testigos presenciales. Toda información que quede fuera de estos límites corresponde a una mentira, fabricación de datos, fraude y en última instancia, vulnera la justa posibilidad de los ciudadanos a mantenerse informados. Los rasgos que suelen explicar el significado de "información veraz" son dos: el primero, la interpreta desde un enfoque rigurosamente objetivo; el segundo lo hace en un sentido exclusivamente subjetivo.

Para los defensores de la postura objetiva, toda información veraz es aquella en la cual se reconoce de forma absoluta el testimonio facilitado en base a los sucesos acaecidos, incluye sobre otra cualquier valoración, el requerimiento de que haya una coincidencia absoluta e incuestionable entre los antecedentes suministrados y los hechos, de manera que si no se evidencia una sincronía plena, la información no puede ser veraz. Esta primera explicación, es apoyada básicamente por la doctrina italiana; ahora la eliminación de la referencia a la objetividad, puede comprenderse como una pretensión de alejarse de esta propuesta y así sortear el haber de “verdades exclusivas”, que al ser llevadas a la práctica pueden significar, “actuaciones represivas por parte del estado, que muchas veces son evidentes abusos de Derecho”.


Sunday, June 21, 2020


Lacayo

Guillermo García Machado
Lacayo es un adjetivo que refiere a alguien servil o rastrero. Como sustantivo, el término se utilizaba para nombrar al criado que acompañaba a su amo, ya sea a pie, a caballo en coche. Por extensión, solía mencionarse como lacayo al sirviente, siervo o esclavo.
Por ejemplo: “Diles a los lacayos que preparen los caballos: nos iremos en una hora”“Los lacayos se rebelaron contra sus amos y ya nada fue igual en el viejo poblado”“El jefe tiene que entender que somos sus empleados y no sus lacayos”.
En la antigüedad, un lacayo era un espolique (el mozo que caminaba delante de la caballería de su amo) o un soldado de a pie que, armado con una ballesta, acompañaba a los caballeros durante la guerra. La noción, por lo tanto, siempre estuvo asociada a la idea de servir.
Los lacayos que tenían los señores en la Edad Media contaban con un sinfín de tareas para conseguir que estos disfrutaran de una vida lo más cómoda posible. A tal punto llegaban las labores que tenían encomendadas que incluso debían encargarse de espantar todos los insectos que pudieran estar alrededores de sus “amos”.
Con la concepción moderna del trabajo, la idea de lacayo adquirió una significación negativa. La servidumbre y la esclavitud son combatidas, pese a la explotación laboral que puede sufrir una persona Un lacayo, en ese sentido, es alguien que no está protegido por los derechos.
Además de todo lo expuesto, tendríamos que subrayar que dentro del ámbito de la Literatura existen diversos libros que abordan la figura del lacayo. Este sería el caso, por ejemplo, de la obra “El último lacayo”, de Martha Grimes, o “El lacayo fingido”, de Lope de Vega.
Ese último trabajo se trata de una divertida comedia creada por el autor español que es una figura insigne del Siglo de Oro. En ella se cuenta como una mujer, dotada de gran inteligencia y astucia, se disfraza de hombre y consigue engañar a todo el mundo. El objetivo de esa acción no es otro que urdir un plan estratégicamente preparado para así poder conseguir al caballero del que está enamorada.
La situación planteada dará lugar a una interminable lista de situaciones de lo más divertidas, surrealistas y de enredo en las que jugarán papeles fundamentales no sólo la protagonista sino también el propio rey de Francia.
Actualmente el término se asocia a un sujeto rastrero e indigno, capaz de rebajarse para estar cerca de alguien poderoso. El secretario de un gobernador o cualquier otro magistrado, por ejemplo, será considerado como un lacayo si está dispuesto a mentir a la sociedad para contentar a su jefe. El lacayo, en este sentido, deja de lado el bien común para servir al poderoso, con la esperanza de ganarse su simpatía y favor.
No obstante, tampoco podemos pasar por alto el hecho de que lacayo tiene otro significado igualmente importante. En concreto, aquel es un término que también se usa para referirse al lazo compuesto de varias cintas que las mujeres solían emplear para poder ornamentar lo que eran los puños de las camisas que llevaban.

Sunday, June 14, 2020


ESPERANZA

Guillermo García Machado
La esperanza es el estado de ánimo en el cual se cree que aquello que uno desea o pretende es posible. Ya sea a partir de un sustento lógico o en base a la Fe, quien tiene esperanza considera que puede conseguir algo o alcanzar un determinado logro. Por ejemplo: “Es una enfermedad muy dura, pero tengo esperanza en que saldré adelante”“El equipo quedó a diez puntos del puntero aunque no pierde la esperanza de conseguir el título”“Ya perdí la esperanza: no creo que pueda conseguir trabajo antes de fin de año”
Las personas suelen aferrarse a la esperanza cuando se encuentran en una situación complicada. Se trata de un recurso que los ayuda a no caer en la depresión, basadas en la idea férrea de que pronto las cosas mejorarán. Esa confianza actúa como estímulo y aporta fuerza y tranquilidad; por otro lado, cuando se pierde o resulta difícil alcanzarla, la vida se vuelve una ardua batalla contra los obstáculos.
Así como el rojo es el color de la pasión y el blanco identifica a la pureza, el color de la esperanza es el verde.
La esperanza, por otra parte, es una de las tres virtudes teologales (junto a la fe y la caridad). Para la teología cristiana, la esperanza es la virtud que capacita al hombre para tener confianza de alcanzar la vida eterna con ayuda de Dios.
Esperanza también es un nombre femenino“Esperanza Aguirre es una política conservadora que forma parte del Partido Popular”“La actriz española Esperanza Roy ganó varios premios a lo largo de su carrera”.
Esperanza, por último, es el nombre de varios lugares geográficos, como una ciudad de la provincia de Santa Fe (Argentina), una localidad chilena, un municipio guatemalteco y un distrito en República Dominicana.
Aprovecho para destacar una gran institución conocida como la Asociación Internacional del Teléfono de la Esperanza (de sigla ASITES), se trata de una entidad española fundada en el año 1971 por Serafín Madrid y reconocida como organismo de utilidad pública un año más tarde. Entre sus relaciones a nivel internacional, se encuentra un vínculo formal con la Organización Mundial de la Salud y una serie de convenios con diversas universidades españolas y del resto del mundo.
Su misión es apoyar a aquellas personas que necesitan desahogarse, recobrar el rumbo de sus vidas, y que no cuentan con las amistades adecuadas o bien prefieren hablar de sus problemas con alguien ajeno a sus círculos. El servicio que brinda el Teléfono de la Esperanza es gratuito y de calidad; entre sus voluntarios hay gente de diversos ámbitos, desde profesionales de la psicología hasta individuos que en el pasado resolvieron su malestar gracias a esta misma asociación.
Por otro lado, son conscientes de lo importante que resulta prevenir los problemas emocionales y, por esta razón, han desarrollado una serie de redes de ayuda preventiva que ofrece talleres, cursos y seminarios (entre otras actividades) para promover en los ciudadanos una relación positiva consigo mismos y con su entorno.
En la actualidad se encuentra en 26 provincias de España, en 10 países latinoamericanos, en algunas ciudades de Europa y en Miami. Para todos aquellos que sientan la vocación de ayudar a los demás de forma desinteresada, el Teléfono de la Esperanza cuenta con un curso de formación para potenciar sus cualidades y brindarles herramientas para convertirse en auténticos motores de la esperanza.

Sunday, June 7, 2020


DESPOTISMO ILUSTRADO

Guillermo García Machado
 Este concepto suele estar vinculado con un tipo de gobierno que posee el poder absoluto y cuyo accionar no se encuentra limitado por las leyes existentes. El concepto de ilustrado, a su vez, se encuentra relacionado con aquello perteneciente o relativo a la ilustración (el movimiento filosófico y cultural surgido en el siglo XVIII que postulaba el predominio de la razón por sobre las emociones y que consideraba que en el uso de la inteligencia residía el progreso de toda la humanidad).
Durante la Ilustración existió un tipo de gobierno que se conoció como despotismo ilustrado. Aunque a simple vista esta palabra pueda denotar características negativas, lejos estuvo esa organización de ser considerada como tal.
Se trató de un concepto político desarrollado dentro de las monarquías absolutas y que incluyó la adaptación al campo de la política de ciertas ideas filosóficas provenientes de los pensadores más famosos del movimiento al que respondía, la ilustración. Esto quiere decir que los monarcas que gobernaban continuaban manteniendo el mismo sistema social que existiera con el Antiguo Régimen, pero con un agregado: intentaban enriquecer la cultura de sus pueblos.
El despotismo ilustrado también suele mencionarse como despotismo benevolente o absolutismo ilustrado. Sus líderes adoptaban una actitud paternalista y, en sus discursos, hablaban sobre la felicidad de sus súbditos.
Luis XV en FranciaCarlos III en EspañaCatalina II en Rusia y José II en Austria fueron algunos de los déspotas ilustrados que promovieron diversos cambios en sus monarquías, con la centralización de la administración pública, la modernización de la economía, el fomento del comercio, la agricultura y la industria y la intervención en asuntos de la Iglesia.
El surgimiento del despotismo ilustrado suele explicarse como la falta de voluntad revolucionaria que movía a que la mayoría de los filósofos ilustrados, pese a sentirse disgustados con el rumbo que tomaba la sociedad y a criticar la política de la época, no deseaban luchar por un cambio rotundo. Posiblemente, porque les atemorizaba lo que podría surgir como consecuencia de la destrucción abrupta del régimen, por eso se enfocaban en promover un cambio pacífico y paulatino que fuera guiado y dirigido por los propios monarcas.
Durante el siglo XVII el absolutismo fue el régimen político más extendido; así, surgió el “Despotismo Ilustrado”. Si buscamos la definición exacta del concepto encontraremos que se caracterizó por la utilización de la ideología ilustrada por parte de las leyes absolutas para mantener su absolutismo. Los monarcas que gobernaron en este movimiento recibieron el nombre de “déspotas ilustrados”, y es importante señalar que eran reyes que gobernaban con poder absoluto sobre sus pueblos.
En este período se desarrollaron una serie de reformas que ayudaron a que los reyes pudieran terminar con el feudalismo, y consiguieran abarcar un poder mayor. Entre las principales acciones cabe mencionar: 1)Protección de la agricultura a través de la construcción de canales y pantanos 2) Urbanización y modernización de las ciudades 3) Construcción de monumentos y alumbrado público. También se introdujeron reformas judiciales (se suprimió la tortura como método legal de investigación), se crearon muchísimos centros educativos y universidades para conseguir una mejor y eficaz escolarización. Todo esto lo hicieron movidos por el lema del despotismo ilustrado: “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”.
Es importante mencionar que el rechazo por la libertad política que es seguramente una de las ideas más importantes y renovadoras de la Ilustración, a su vez, fue esto lo que llevó al final de este tipo de gobierno. Porque fue la burguesía ilustrada, que en un principio había apoyado totalmente este movimiento, la que se volvió enemiga acérrima del absolutismo y planeó la posterior revolución; a través de la cual se buscó alcanzar lo más importante que puede desear una sociedad: la libertad.