Monday, December 30, 2013

Reencuentro familiar
Guillermo García Machado

Seguimos percibiendo a la familia como la célula fundamental de la sociedad, cualesquiera sea su expresión o ubicación. Sin ella se extinguen las razones por las que el ser humano propone el ideal de mantener las normas que fueran necesarias para mantener la paz social. La familia, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad, tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado. Los lazos principales que definen una familia son de dos tipos: vínculos de afinidad derivados del establecimiento de un vínculo reconocido socialmente, como el matrimonio, que en algunas sociedades, sólo permite la unión entre dos personas mientras que en otras es posible la poligamia y vínculos de consanguinidad, como la filiación entre padres e hijos o los lazos que se establecen entre los hermanos que descienden de un mismo padre. También puede diferenciarse la familia según el grado de parentesco entre sus miembros.
No hay consenso sobre la definición de la familia. Jurídicamente está definida por algunas leyes, y esta definición suele darse en función de lo que cada ley establece como matrimonio. La familia nuclear no es el único modelo de familia como tal, sin embargo es la estructura difundida mayormente en la actualidad. Las formas de vida familiar son muy diversas, dependiendo de factores sociales, culturales, económicos y afectivos. La familia, como cualquier institución social, tiende a adaptarse al contexto de una sociedad. Esto explica, por ejemplo, el alto número de familias extensas en las sociedades tradicionales, el aumento de familias monoparentales  en las sociedades industrializadas y el reconocimiento legal de las familias homoparentales en aquellas sociedades cuya legislación ha reconocido el matrimonio homosexual.
Pareciera muy complicado visualizar una expresión más cercana al concepto íntimo de la familia, es decir, a la forma como cada quien ve su propia famila, en sus aspectos propios, buenos o malos, en su aspecto cuantitativo o simplemente cualitativo. Que hermoso es ver transcurrir una jornada feriada donde el total familiar se reunen en sitio determinado y pudiesen reencontrarse más de cien personas, todas ellas unidas por la consanguinidad y la afinidad, con logros de alta relevancia matizados por la hazaña académica, así como suena, que sabroso es comentar la presencia de un pariente que ya es doctor.
En estos momentos nos preocupa que las grandes expresiones sociales del planeta esten perdiendo el concepto básico acerca de la familia y no podamos ni siquiera componer una buena faena cuando el año viejo quiere despedirse y el año nuevo pise a gritos el reencuentro familiar. Las últimas celebraciones del año es Navidad y el Año Nuevo lo que las convierte en las más deseadas por todas las personas. Navidad es reunión en donde todos quieren pasar con sus respectivas familias reunidos, caso contrario al Año Nuevo en donde todos quiere ir a una fiesta a celebrar y disfrutar para comenzar el año de manera feliz. Este tipo de festejos por navidad y año nuevo hace que la unión crezca entre familia y amigos y también hace que la redes sociales como facebook o twitter se llenen de mensajes de reflexiones  por las fiestas tan especiales. Comparto la idea sobre estas fechas, sobre todo que en las fiesta de fin de año la paz llegue a las almas de todas las personas, y que sean felices para poder crear un mejor mundo en donde vivir, quiero que todos tengamos una feliz navidad, y que este año que se viene todos logremos hacer realidad nuestros sueños. Que las fiestas de fin de año sirvan para ayudar a quienes más lo necesitan, y dar a conocer nuestros mejores sentimientos hacia las personas que amamos, que pasen felices fiestas de fin de año. Mayor atención a los conceptos tradicionales, sin olvidar la presencia de los nuevos hábitos y por ende las buenas intenciones de los nuevos tiempos y sus nuevos paradigmas.



Sunday, December 22, 2013

Reflexión de fin de año
Guillermo García Machado 

A propósito de las buenas y sanas reflexiones que nos asisten cada fin de año, el Apóstol Pablo en un momento dado de su vida escribió en  Filipenses capitulo 3:13-14: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.  Extendiéndome a lo que está delante  lo importante en nuestra vida es lo que está por venir. Ya no podemos dar vuelta a atrás para enmendar nada de lo que sucedió en nuestra vida. Lo que pasara de aquí en adelante con tu vida es lo que verdaderamente importa.  Recuerda que la inmediatez de las cosas hace que no nos debe interesar mucho el pasado, sino el presente y por ende el futuro. Un futuro brillante estará presente cuando dejemos nuestros fracasos del pasado y prosigamos en lo que está por delante.Pero el último mes del año no solamente induce los estados anímicos directamente relacionados con la Navidad, sino que ofrece también un espacio ideal para la reflexión en torno a ciclos que se cierran y otros que comienzan. De ahí que muchas personas formulen propósitos para el año venidero, buscando mejorar, transformar o enriquecer determinados aspectos de su vida. Tales propósitos surgen de un proceso de análisis que se presenta de manera natural, cuando dejamos atrás un año para abrirnos a lo que nos depara el siguiente. Es como un remanso que, al margen del tráfago cotidiano en que nos encontramos atareados e inmersos en un sinnúmero de actividades, nos permite replantearnos objetivos y reflexionar acerca del rumbo que lleva nuestra vida en términos generales. Se trata de una pausa de gran importancia, especialmente si consideramos que de ordinario vivimos, por así decir, en “piloto automático”, en el sentido de que nuestra vida es como un barco que sigue su curso de manera decidida pero también, a veces, por inercia. Ese breve oasis de fin de año, gracias al cual podemos realizar un ejercicio de introspección y preguntarnos a nosotros mismos acerca de nuestra realidad y nuestras posibilidades, se convierte entonces en el punto de partida de un proceso potencialmente infinito de crecimiento. Muchas veces, los compromisos sociales ocupan toda nuestra atención y nos impiden entrar en contacto con esa parte reflexiva e íntima de nosotros mismos. Tomarnos el tiempo de realizar un ejercicio introspectivo, no obstante, puede incrementar de manera significativa las posibilidades de cosechar éxitos y satisfacciones en nuestros proyectos de vida, dado que nos ayuda a enfocarnos y a definir prioridades. Para mayor tranquilidad podríamos entregarnos a la gula del amor y el respeto con el siguiente procedimiento culinario:  Agregue: una cucharada de Espiritualidad, un poco de esparcimiento, un poquito de Simpleza y una taza bien limpia de Buen Humor , añada a todo esto Amor al gusto, mezcle con una buena dosis de energía. Aderécelo con Sonrisas y un poquito de júbilo…. después sírvalo con una salsa de Serenidad, Altruismo y Alegría. ¡Abrazos y felicidades! Esta receta es de excelentes resultados  en cualquier parte de la “Tierra”. Celebremos pues, ese momento del año en que podemos ponernos en contacto con nosotros mismos y con los demás de manera más profunda, desarrollando quizá en el proceso un mayor nivel de conciencia. Pero sobre todo, procuremos que lo que percibimos como real, deseable y exigible en ese momento de lucidez nos acompañe en la medida de lo posible a lo largo del año. Sólo así estaremos honrando verdaderamente el espíritu de la Navidad.

Sunday, December 15, 2013

La paciencia en Política
Guillermo García Machado

Parafraseando al profesor Robert Téllez Chávez, compartimos plenamente: el político como humano que es, tiene sus defectos y virtudes, tanto en lo personal como en la profesión que ejerce. Lo fundamental en él, como en una persona cualquiera, es que la balanza de su mundo interior se encuentre siempre a favor de lo que denominamos virtudes. Por ello, siempre es bueno saber qué cualidades o características positivas debe tener un buen político. Una de estas virtudes y cualidades que debe tener es la paciencia o perseverancia; la paciencia o perseverancia es la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien. De acuerdo con la tradición filosófica, es la constancia valerosa que se opone al mal, y a pesar de lo que sufra el hombre no se deja dominar por él. Aristóteles en su Ética alude a esta virtud como equilibrio entre emociones extremas o punto medio. Con ella se consigue sobreponerse a las emociones fuertes generadas por las desgracias o aflicciones. Para ello es necesario un entrenamiento práctico ante el asedio de los dolores y tristezas de la vida. El cristianismo, posteriormente, tiene a esta virtud personificada en la vida de personajes bíblicos como Job o el mismo Jesucristo. La paciencia posee un vicio antitético en el pecado de la ira. La paciencia es un rasgo de personalidad madura. Es la virtud de quienes saben sufrir y tolerar las contrariedades y adversidades con fortaleza y sin lamentarse. La persona paciente tiende a desarrollar una sensibilidad que le va a permitir identificar los problemas, contrariedades, alegrías, triunfos y fracasos del día a día y, por medio de ella, afrontar la vida de una manera optimista, tranquila y siempre en busca de armonía. Es necesario tener paciencia con todo el mundo, pero, en primer lugar, con uno mismo. Y a partir de ahí entender que el buen político sabe que puestos, dirigencias y liderazgos son efímeros; que las estructuras gubernamentales y partidistas deben oxigenarse con nuevos integrantes; que el valor más grande de la política es actuar desde la veracidad y la coherencia, la comprensión y la responsabilidad. La competencia política debe ser un incentivo que obligue y estimule al político a prepararse, a actuar con total honestidad y transparencia. Podemos elegir nuestro destino cada instante de nuestra vida. La vida está llena de decisiones. Pero además de controlar esas múltiples decisiones, también podemos modificar nuestra percepción de las cosas que nos pasan. Marco Aurelio decía, "si te sientes dolido por las cosas externas, no son éstas las que te molestan, sino tu propio juicio acerca de ellas. Y está en tu poder el cambiar este juicio ahora mismo".  Agregamos que la paciencia en política es una virtud escasa en tiempos acelerados, de exigencias cortas y respuestas rápidas. Es cierto que los retos nos obligan a encontrar soluciones urgentes y que la paciencia, cuando es pasiva y resignada, parece claudicación e impotencia. Pero hay otra versión de la paciencia: la que se trabaja, no la que se acepta. La que se cultiva, no la que se padece. Paciencia y esperanza van de la mano. Se puede esperar, se puede aceptar el sacrificio hoy, si se espera recompensa mañana. Pero la paciencia, en un contexto tan frágil de confianza política, se agota fácilmente. Especialmente cuando los resultados tardan más de lo deseable o soportable y los primeros síntomas de mejora no llegan a todos por igual, o con la rapidez necesaria. Así, los que practican y predican la paciencia pueden ser las primeras víctimas de su persuasión fallida o de su incapacidad predictiva, liberando una corriente imparable de impaciencia. De ahí a la ira, hay un paso. Sea como fuere, no son buenos tiempos para la paciencia. Y esto es lo relevante para quien pide lo que ya no se fía. Los ciudadanos (y los electores) no van a dar mucha tregua. La irritación es un estado de ánimo contagioso. Y el desánimo, El populismo avanza. Los que promueven que sobran políticos y administraciones acabarán diciendo que sobran instituciones. El caldo de cultivo está ahí.

Sunday, December 8, 2013

La elección dentro del fervor democrático
Guillermo García Machado
Corresponde al marco legal asegurar que todo ciudadano, a partir de cierta edad, tenga derecho al sufragio y que pueda ejercer efectivamente ese derecho sin discriminación alguna y sobre la base de igualdad ante la ley. No se debe permitir que algún tipo de discriminación basada en razones de raza, color, género, idioma, religión, opiniones políticas, pertenencia a una minoría nacional, propiedad o nacimiento prive a un ciudadano del derecho al voto o de contender por un cargo popular.


En tal sentido, alguna vez la sociedad en su conjunto deberá exigir que se cumpla la Ley, que se permita participar a todos, por cuanto, la participación es el medio más efectivo para lograr las transformaciones, las Primarias deberían permitir esa participación y la tan ansiada oxigenación, es hora que la madurez de la dirigencia política de señales y apueste a la renovación, la única manera es dejar ejercer el derecho de elegir y ser elegido. El concepto estricto de derecho electoral alude únicamente a aquellas determinaciones legales que afectan al derecho del individuo a participar en la designación de los órganos representativos. Este concepto estricto concretiza el derecho de sufragio y se limita, en su contenido, a establecer las condiciones jurídicas de la participación de las personas en la elección y de la configuración de este derecho de participación. El derecho electoral en el sentido estricto señala, en concreto, quién es elector y quién es elegible y trata de determinar además, si el derecho de sufragio es o no universal, igual, directo y secreto. Con ello, el concepto estricto de derecho electoral se remite a postulados y cuestiones jurídicas que, por lo general, tienen un carácter jurídico constitucional. El reconocimiento formal a nivel constitucional o legislativo del derecho de los ciudadanos a votar y a contender por cargos públicos es común en los estados democráticos y no sólo cumple una función sustantiva, sino que además es susceptible de generar confianza. Estos derechos están a menudo sujetos a ciertos requisitos, en la medida en que la mayoría de los estados los condicionan a ciertas exigencias de ciudadanía, edad y residencia. Es conveniente que quienes llevan a cabo la revisión del marco legal de un país miren cuidadosamente tras el velo de esas restricciones para comprobar si no existe alguna motivación oculta. Por ejemplo, cuando un ciudadano sentenciado por traición no puede votar, en el contexto de un alud de sentencias de ese tipo sólo contra líderes de la oposición por un tribunal aparentemente “manipulado”, puede resultar cuestionable la validez de esa disposición. La negación de los derechos electorales por delitos políticos añejos también puede resultar cuestionable. Incluso, reglas aparentemente tan simples y claras como las que niegan el derecho al voto por “incapacidad mental” pueden requerir un serio examen. El acceso efectivo al voto puede ser tan importante como el derecho mismo, porque un derecho que no puede ser ejercido es un derecho denegado. Por ejemplo, cuando los electores no cuentan con facilidades para la emisión del voto o cuando la identificación del elector en los sitios de votación es extremadamente compleja, esto puede terminar por privar al elector de su derecho al voto. Cuando se pide un depósito monetario desproporcionado para poder ser inscrito como candidato, esto puede efectivamente privar a los candidatos con menores recursos de la capacidad de disputar libremente una elección. Con frecuencia, no se pueden ofrecer facilidades para la emisión del voto a los ciudadanos expatriados, si bien esta restricción debe ponderarse a la luz de, por ejemplo, la capacidad de un país pobre para hacerlo. Por otra parte, dependiendo del desarrollo económico y tecnológico de un país, se puede considerar la posibilidad de ofrecer el acceso al voto a los ciudadanos a través del servicio postal o de internet.

Sunday, December 1, 2013

Zelaya por la puerta trasera
Guillermo García Machado

En el momento en que Honduras se encuentra en el centro de atención del mundo, Manuel Zelaya regresa a la política detrás de la figura de su esposa Xiomara Castro, al ser elegido diputado en las elecciones generales de Honduras del domingo pasado, al tiempo que encabeza las protestas que defienden una supuesta victoria de su esposa, quien permanece alejada de los medios y no ha salido públicamente desde el mismo domingo cuando se autoproclamó ganadora. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) declaró con 68% de las actas escrutadas el carácter irreversible del triunfo del candidato Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional (PN), con 34% de los votos válidos, pero el Partido Libre -liderizado por Zelaya- se mantiene renuente a aceptar el resultado e instó a sus integrantes a salir a las calles el día de ayer, mientras que los hondureños sólo desea paz y democracia para todos. Todos los organismos que acudieron como observadores internacionales validaron los resultados pero exhortaron al TSE a que resuelva los cuestionamientos de todas las toldas según la normativa establecida, salvo el exjuez español Garzón, quien denunció irregularidades. Antonio Rivera Callejas, diputado por el PN, reconoce el derecho de Libre a mostrar "si es que hay irregularidades y presentar impugnaciones", y considera normal su posición debido a las altas expectativas que tenían, pero critica que levanten la voz contra la elección presidencial y no contra los demás cargos que estaban sometidos a votación, muchos de los cuales ellos obtuvieron.
Rivera explica que por primera vez en la historia hondureña el partido del presidente electo no obtiene la mayoría en el Congreso Nacional. "Está quedando un Congreso con 47 diputados de nuestro partido, 39 del partido Libre, 26 del partido Liberal, 13 del PAC y 3 de otro partido minoritario". "¿Cómo va a ser posible que haya fraude en la elección para presidente y no haya fraude en la elección para diputados?", cuestiona el parlamentario sobre la posición fijada por Libre. (Lo que es bueno para el pavo también es bueno para la pava). Rivera descarta que se presenten focos importantes de violencia, aunque Libre llamó a sus partidarios a protestar y un grupo de cerca de 400 estudiantes bloquearon ayer algunas calles, pero admite que la gobernabilidad no será fácil. El diputado señala que el PN deberá formalizar una alianza con el Partido Liberal -que quedó como la tercera fuerza del país- para poder legislar y lograr las propuestas del Gobierno.
En otras elecciones en Honduras lo normal fue que un candidato a presidente se declarara ganador, incluso horas antes de que finalizaran las votaciones, y que el contendiente reconociera la derrota. En el proceso electoral de marras, los dos candidatos favoritos a ganar la presidencia de Honduras se autoproclamaron vencedores de los comicios celebrados el domingo, marcados por una alta concurrencia y cuyos resultados oficiales preliminares, tildados de fraudulentos por un sector de la oposición, dan el triunfo al aspirante oficialista. Los autoproclamados ganadores de la contienda son Xiomara Castro, esposa del derrocado Manuel Zelaya y abanderada del partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda), y Juan Orlando Hernández, del gobernante Partido Nacional (conservador).. Mientras esto ocurría el organismo electoral daba pacíficamente resultados parciales, donde todo parece indicar que hay suficiencia numérica como para proclamar al candidato oficialista. Por otra parte el resto de los contendores prefirieron esperar los resultados definitivos para emitir las correspondientes proclamas de reconocimiento o de desconocimiento. Debiendo destacarse que las elecciones latinoamericanas con árbitros no confiables ponen a prueba las preferencias democráticas de nuestros pueblos, poniéndose en jaque al sistema electoral cada vez que reclamamos los resultados cuando no nos favorecen.