Sunday, September 24, 2017

Unidad
Guillermo García Machado
Del latín unĭtas, la palabra unidad permite nombrar a una determinada propiedad de las cosas que está relacionada con la imposibilidad de división o separación. No es posible, por lo tanto, dividir o separar una unidad sin modificar su integridad o esencia. Por ejemplo: En la póliza del seguro se considera que la vivienda es una unidad, más allá de sus diversas habitaciones y espacios”“Voy a llevar tres unidades de ese artículo”“Nuestro gobierno defenderá la unidad territorial del Estado”. La Unidad resulta común en el ámbito político cuando fuerzas, con raíces ideológicas distintas, hacen causa común para derrotar electoralmente al enemigo político, normalmente, el gobierno de turno, vgr, situación propia en Venezuela.
La unidad también es algo singular en lo referente a la cantidad, la numeración o la especificidad: “Vendimos cuarenta unidades de este modelo”“No quedan más unidades, vamos a tener que llamar al proveedor”.
Otros usos del concepto aparecen en las matemáticas, en la esfera militar y en el urbanismo. Para la matemática, la unidad es una cantidad que permite establecer comparaciones o mediciones con otras cosas de las mismas características. En el ámbito militar, se trata de una división o de un grupo que forma parte de las fuerzas armadas. En cuanto al urbanismo, se conoce como unidad a las viviendas que componen un edificio y que se denominan, según el país, como departamentos, apartamentos o pisos.
Centrándonos en el campo castrense podemos subrayar que toda unidad de este tipo, como parte integrante de las citadas Fuerzas Armadas de un país, se compone de un grupo de recursos humanos y materiales que son los que dan sentido a la misma y que además son los que permiten que ella funcione como se espera para conseguir los objetivos establecidos.
En este sentido, podemos subrayar que en sí cada citada unidad militar se encuentra conformada por vehículos de tipo aéreo, ya sean helicópteros o aviones, así como medios de transporte terrestre, de buques, de los correspondientes mandos y soldados, o del armamento pertinente.
Cuando se utiliza la noción de unidad de medida, se hace referencia a una cantidad que, tras obtener su valorización según un parámetro u otras unidades que fueron definidas con anterioridad, refleja una cierta magnitud física.
De esta manera, se puede establecer que incluso existe un Sistema Internacional de Unidades que es el que establece las unidades que se deben emplear para llevar a cabo la medición de las diversas magnitudes existentes. En este caso, estas son siete: la temperatura, la longitud, el tiempo, la cantidad de sustancia, la masa, la intensidad eléctrica o la intensidad luminosa.
Como ejemplos, nos encontramos con el hecho de que para medir la longitud existen diversas unidades que se pueden utilizar según nos interese y que todas ellas van en relación. Este sería el caso del milímetro, el centímetro, el metro, el kilómetro, la milla o el año luz.
Y lo mismo sucede, por ejemplo, a la hora de medir el tiempo pues contamos con unidades universales como son el segundo, el minuto o la hora. No obstante, la unidad básica para realizar esta función es el citado segundo.

En cuanto a la noción de unidad de disco, se trata de un término que, en la informática, señala a los dispositivos que permiten escribir o leer sobre distintos tipos de discos (como un CD, un DVD u otro formato).

Sunday, September 17, 2017

Diálogo
Guillermo García Machado

Palabra centrada en el concepto latino dialŏgus (que, a su vez, deriva de un vocablo griego), un diálogo, describe a una conversación entre dos o más individuos, quienes exponen sus ideas o afectos de modo alternativo para intercambiar posiciones. En ese sentido, un diálogo es también una discusión o contacto que surge con el propósito de lograr un acuerdo. Su origen en el concepto latino dialŏgus (que, a su vez, deriva de un vocablo griego), un diálogo describe a una conversación entre dos o más individuos, que exponen sus ideas o afectos de modo alternativo para intercambiar posturas. En ese sentido, un diálogo es también una discusión o contacto que surge con el propósito de lograr un acuerdo. Un ejemplo de este significado que tiene la palabra que nos ocupa podría ser el que exponemos a continuación: “Los dirigentes de los dos partidos políticos más importantes del país establecieron un intenso diálogo para intentar encontrar una solución y establecer así un acuerdo con el objetivo de mejorar la situación económica”.
Por otra parte, el diálogo se puede describir en el marco de una obra literaria, en prosa o en verso, en la cual se arma una conversación o surgen controversias entre dos o más personajes. Se utiliza como tipología textual en la literatura cuando aparecen dos personajes que hacen uso del discurso diegético y actúan como interlocutores.
En este ámbito literario, tenemos que subrayar la existencia de un autor que estableció el diálogo como género. Este no es otro que el filósofo griego Platón quien cuenta con una interesante obra que se clasifica en cuatro categorías en función de la etapa de su vida a la que corresponden.
Así, en primer lugar, estarían los diálogos socráticos que son los textos que realizó durante su juventud y que se centran en cuestiones de carácter ético. En segundo lugar, están los trabajos de transición que giran alrededor a la política, y la tercera categoría, corresponde a lo que son los diálogos críticos que fueron realizados durante su madurez y que se caracterizan porque en ellos habla sobre los mitos y las ideas.
Finalmente, la cuarta categoría es la que engloba a los llamados diálogos de vejez. En ellos no sólo vuelve a plantear cuestiones ya protagonistas de anteriores trabajos, sino que también apuesta por abordar nuevas temáticas como, por ejemplo, la medicina y también la naturaleza.
Asimismo, tampoco hay que olvidar que, a lo largo de la Historia, muchos son los escritores que han utilizado el término diálogo para titular unas obras en las que ellos mismos “conversan” con personajes importantes o con determinados elementos de nuestra vida diaria. Este sería el caso, por ejemplo, de Victoria Ocampo con Diálogo con Borges o de Gianni Vattimo con Diálogo con Nietzsche.
En su uso más habitual, el diálogo es una forma presente tanto en el discurso oral como en el escrito en donde se comunican entre sí dos o más personas. Se trata de un recurso válido y adecuado para intercambiar ideas por cualquier medio, ya sea directo o indirecto.
El diálogo puede ser tanto una conversación amable como una violenta discusión. De todas formas, suele hablarse del diálogo como una exposición e intercambio de pensamientos donde se aceptan las posiciones del interlocutor y los participantes están dispuestos a modificar sus propios puntos de vista. Por eso existe un consenso sobre la necesidad de diálogo en campos como la política, por ejemplo.
Se dice que la voluntad de poder y el autoritarismo tienden a excluir al diálogo, ya que pretenden que su verdad sea la única válida y desacreditan las opiniones de los oponentes, en un intento por fortalecer su dominio.

El diálogo genuino intenta buscar la verdad y fomentar el conocimiento sin prejuicios, a diferencia de la retórica que busca persuadir y convencer a través de una manipulación de la opinión.

Sunday, September 10, 2017

Calamidad
Guillermo García Machado

A propósito de huracanes, tornados, tormentas tropicales, entre otras cosas, la palabra calamidad procede de la lengua latina: calamĭtas. El concepto se emplea para hacer referencia a un desastre o una catástrofe que afecta a una gran cantidad de individuos. Por ejemplo: “El terremoto del año 85 en México fue una calamidad: hubo centenares de fallecidos y muchas familias perdieron sus casas”“Si la empresa cierra sus puertas será una calamidad para todo el pueblo”“¡No tenemos electricidad desde hace cinco días! ¡Es una calamidad!”. El gobierno del dictador Maduro es una calamidad.
La idea de calamidad suele vincularse a un suceso trágico o muy negativo. Supongamos que un tsunami arrasa con una isla, dejando muchos heridos y muertos y destruyendo la infraestructura local. Puede decirse que este fenómeno natural es una calamidad, o que provocó una calamidad en la población insular.
En ocasiones se emplea el término calamidad para mencionar una situación que provoca un cierto dolor, angustia o incomodidad, sin llegar a constituirse como una tragedia. Si el Club Atlético de Madrid pierde 8 a 0 con el Deportivo La Coruña, los futbolistas y los simpatizantes del equipo perdedor pueden considerar que el resultado es una calamidad. Este malestar, de todos modos, no puede compararse con el sufrimiento que atraviesan las víctimas de una verdadera tragedia.
Calamidad, por último, puede referirse a un sujeto que es torpe, inepto o fastidioso“¡Eres una calamidad! Otra vez te has olvidado de asistir a la reunión con los directivos”“Este camarero es una calamidad, confundió todos los platos y los trajo fríos”“Hoy estoy hecho una calamidad, mejor me voy a dormir la siesta.
La infelicidad o desgracia denota un suceso desagradable, dañoso y perjudicial. Si esta desgracia es grande y se extiende a infinito número de personas y a países dilatados se llama calamidad, que es propiamente un infortunio público y general, tal como la guerra, la peste, las malas cosechas, las erupciones de los volcanes o los terremotos.
El infortunio viene a ser una cadena de desgracias que no provienen del hombre, pues que no ha dado motivo ellas por su conducta o falta de prudencia; no por esto, sino por su mala suerte se cae en el infortunio.
Comparando las dos voces desgracia y desdicha, diremos que la primera viene a denotar el mal en sí, y la segunda además su efecto; el hombre llega a ser desdichado a fuerza de sufrir desgracias. Estas pueden ser graves o leves, duraderas, o como es lo común, pasajeras; las desdichas son graves, fuertes, duraderas, a veces permanentes.
Lo que llamamos regularmente azote no es más que la calamidad, con la diferencia de que las calamidades son las desgracias consideradas en sí mismas, y el azote considerado como efecto de la providencia o del castigo del cielo.

La plaga es muy semejante a la calamidad, como esta consiste en un grave daño que atormenta a un país o nación entera, como sucedió en Egipto; pero como la palabra plaga contiene en sí la idea además de copia o abundancia de cosas nocivas, se diferencia en esto de la calamidad, y así diremos: plaga de animales, de insectos, como langostas que devastan todo un país, y en este sentido es en el que más comúnmente se entiende, dando además la idea de cosa sucia, asquerosa, corrompida. La plaga será pues la causa y la calamidad el efecto.

Sunday, September 3, 2017

Aborigen
Guillermo García Machado
El concepto de aborigen hace referencia a alguien o algo originario del suelo en que vive. En este sentido, puede nombrar tanto a una personapersona (una tribu aborigen) como a un animal o a una planta.
Cuando el término se refiere a una persona, se utiliza para nombrar al primitivo morador de un territorio, por lo que se contrapone a quienes se establecieron posteriormente en la región.
La noción de aborigen se utiliza como sinónimo de indígena o poblador originario. Sin embargo, en su sentido más específico, un indígena es un hombre que pertenece a una etnia que preserva la cultura tradicional no europea. Por lo general, un indígena pertenece a una tradición organizativa anterior al surgimiento del Estado Moderno.
Por otra parte, a los aborígenes americanos suelen llamarlos de forma errónea indios; una confusión que surgió cuando los europeos llegaron por primera vez a América y creyeron que habían arribado a India.
Distintas estadísticas señalan que, en la actualidad, existen cerca de 350 millones de aborígenes en todo el planeta. Mientras que algunas comunidades asimilaron muchas costumbres del mundo occidental, otras siguen siendo nómadas o mantienen sus formas ancestrales de vida. Se calcula que hay unos 5.000 pueblos con sus propias particularidades lingüísticas y culturales.

Los aborígenes han sido discriminados y perseguidos por los europeos y los descendientes de europeos, incluso mucho tiempo después de la conquista de América. Una prueba de esto es que, recién en 2006Sudamérica tuvo su primer presidente indígena: el Aymará Evo Morales, primer mandatario de Bolivia. Con respecto a USA en 1975 se aprobó la Ley de Autodeterminación del Indio Y Asistencia a la Educación, marcando la culminación de los 15 años de cambio de política. Relacionado con el activismo indígena, el Movimiento de Derechos Civiles y aspectos de desarrollo comunitario de los programas sociales de la década de 1960, la Ley reconoce la necesidad de autodeterminación para los nativos americanos. Marcó la despedida del gobierno de Estado Unidos hacia la política de la terminación, el gobierno de Estados Unidos alentó los esfuerzos de los nativos americanos en el autogobierno y la determinación de su futuro. Muchos nativo-americanos y los defensores de derechos de los mismos señalan que la afirmación del Gobierno Federal de los Estados Unidos de reconocer la "soberanía" de los pueblos nativos de América se queda corto, dado que los Estados Unidos todavía desean gobernar los pueblos nativo-americanos y los tratan como objeto de la ley de Estados Unidos. El verdadero respeto de la soberanía Americana Nativa, de acuerdo con tales defensores, obligaría al gobierno federal de los Estados Unidos a hacer frente a los pueblos nativo-americanos de la misma manera que cualquier otra nación soberana, el manejo de asuntos relacionados con las relaciones con los nativo-americanos a través del Secretario de Estado, en lugar de la Oficina de Asuntos Indígenas.