Diálogo
Guillermo García Machado
Palabra centrada en el concepto latino dialŏgus (que,
a su vez, deriva de un vocablo griego), un diálogo, describe
a una conversación entre dos o más individuos, quienes exponen sus ideas o afectos de modo alternativo
para intercambiar posiciones. En ese sentido, un diálogo es también una discusión o contacto que surge con el propósito de lograr un acuerdo.
Su origen en el concepto latino dialŏgus (que,
a su vez, deriva de un vocablo griego), un diálogo describe
a una conversación entre dos o más individuos, que exponen sus ideas o afectos de modo alternativo para
intercambiar posturas. En ese sentido, un diálogo es también una discusión o contacto que surge con el propósito de lograr un acuerdo. Un ejemplo de este
significado que tiene la palabra que nos ocupa podría ser el que exponemos a
continuación: “Los dirigentes de los dos partidos políticos más importantes del
país establecieron un intenso diálogo para intentar encontrar una solución y establecer
así un acuerdo con el objetivo de mejorar la situación económica”.
Por otra parte, el diálogo
se puede describir en el marco de una obra literaria,
en prosa o en verso, en la cual se arma una conversación o surgen controversias
entre dos o más personajes. Se utiliza como tipología textual en la literatura cuando
aparecen dos personajes que hacen uso del discurso diegético y actúan como
interlocutores.
En
este ámbito literario, tenemos que subrayar la existencia de un autor que
estableció el diálogo como género. Este no es otro que el filósofo griego
Platón quien cuenta con una interesante obra que se clasifica en cuatro
categorías en función de la etapa de su vida a la que corresponden.
Así, en primer lugar,
estarían los diálogos socráticos que son los textos que realizó durante su
juventud y que se centran en cuestiones de carácter ético. En segundo lugar,
están los trabajos de
transición que giran alrededor a la política, y la tercera categoría,
corresponde a lo que son los diálogos críticos que fueron realizados durante su
madurez y que se caracterizan porque en ellos habla sobre los mitos y las
ideas.
Finalmente,
la cuarta categoría es la que engloba a los llamados diálogos de vejez. En
ellos no sólo vuelve a plantear cuestiones ya protagonistas de anteriores
trabajos, sino que también apuesta por abordar nuevas temáticas como, por
ejemplo, la medicina y también la naturaleza.
Asimismo, tampoco hay que
olvidar que, a lo largo de la Historia, muchos son los escritores que han
utilizado el término diálogo para titular unas obras en las que ellos mismos
“conversan” con personajes importantes o con determinados elementos de nuestra
vida diaria. Este sería el caso, por ejemplo, de Victoria Ocampo con Diálogo con Borges o
de Gianni Vattimo con Diálogo
con Nietzsche.
En su uso más habitual, el
diálogo es una forma presente tanto en el
discurso oral como en el escrito en donde se comunican
entre sí dos o más personas. Se trata de un recurso válido y adecuado
para intercambiar ideas por cualquier medio, ya sea
directo o indirecto.
El diálogo puede ser tanto
una conversación amable como una violenta discusión. De todas formas, suele
hablarse del diálogo como una exposición e intercambio de pensamientos donde se aceptan las
posiciones del interlocutor y los participantes están
dispuestos a modificar sus propios puntos de vista. Por eso existe un consenso
sobre la necesidad de diálogo en campos como la política,
por ejemplo.
Se dice que la voluntad
de poder y el autoritarismo tienden a excluir al diálogo, ya que
pretenden que su verdad sea la única válida y desacreditan las opiniones de los
oponentes, en un intento por fortalecer su dominio.
El diálogo genuino intenta
buscar la verdad y fomentar el conocimiento sin prejuicios, a diferencia de
la retórica que busca persuadir y convencer a través de
una manipulación de la opinión.
No comments:
Post a Comment