Sunday, September 17, 2017

Diálogo
Guillermo García Machado

Palabra centrada en el concepto latino dialŏgus (que, a su vez, deriva de un vocablo griego), un diálogo, describe a una conversación entre dos o más individuos, quienes exponen sus ideas o afectos de modo alternativo para intercambiar posiciones. En ese sentido, un diálogo es también una discusión o contacto que surge con el propósito de lograr un acuerdo. Su origen en el concepto latino dialŏgus (que, a su vez, deriva de un vocablo griego), un diálogo describe a una conversación entre dos o más individuos, que exponen sus ideas o afectos de modo alternativo para intercambiar posturas. En ese sentido, un diálogo es también una discusión o contacto que surge con el propósito de lograr un acuerdo. Un ejemplo de este significado que tiene la palabra que nos ocupa podría ser el que exponemos a continuación: “Los dirigentes de los dos partidos políticos más importantes del país establecieron un intenso diálogo para intentar encontrar una solución y establecer así un acuerdo con el objetivo de mejorar la situación económica”.
Por otra parte, el diálogo se puede describir en el marco de una obra literaria, en prosa o en verso, en la cual se arma una conversación o surgen controversias entre dos o más personajes. Se utiliza como tipología textual en la literatura cuando aparecen dos personajes que hacen uso del discurso diegético y actúan como interlocutores.
En este ámbito literario, tenemos que subrayar la existencia de un autor que estableció el diálogo como género. Este no es otro que el filósofo griego Platón quien cuenta con una interesante obra que se clasifica en cuatro categorías en función de la etapa de su vida a la que corresponden.
Así, en primer lugar, estarían los diálogos socráticos que son los textos que realizó durante su juventud y que se centran en cuestiones de carácter ético. En segundo lugar, están los trabajos de transición que giran alrededor a la política, y la tercera categoría, corresponde a lo que son los diálogos críticos que fueron realizados durante su madurez y que se caracterizan porque en ellos habla sobre los mitos y las ideas.
Finalmente, la cuarta categoría es la que engloba a los llamados diálogos de vejez. En ellos no sólo vuelve a plantear cuestiones ya protagonistas de anteriores trabajos, sino que también apuesta por abordar nuevas temáticas como, por ejemplo, la medicina y también la naturaleza.
Asimismo, tampoco hay que olvidar que, a lo largo de la Historia, muchos son los escritores que han utilizado el término diálogo para titular unas obras en las que ellos mismos “conversan” con personajes importantes o con determinados elementos de nuestra vida diaria. Este sería el caso, por ejemplo, de Victoria Ocampo con Diálogo con Borges o de Gianni Vattimo con Diálogo con Nietzsche.
En su uso más habitual, el diálogo es una forma presente tanto en el discurso oral como en el escrito en donde se comunican entre sí dos o más personas. Se trata de un recurso válido y adecuado para intercambiar ideas por cualquier medio, ya sea directo o indirecto.
El diálogo puede ser tanto una conversación amable como una violenta discusión. De todas formas, suele hablarse del diálogo como una exposición e intercambio de pensamientos donde se aceptan las posiciones del interlocutor y los participantes están dispuestos a modificar sus propios puntos de vista. Por eso existe un consenso sobre la necesidad de diálogo en campos como la política, por ejemplo.
Se dice que la voluntad de poder y el autoritarismo tienden a excluir al diálogo, ya que pretenden que su verdad sea la única válida y desacreditan las opiniones de los oponentes, en un intento por fortalecer su dominio.

El diálogo genuino intenta buscar la verdad y fomentar el conocimiento sin prejuicios, a diferencia de la retórica que busca persuadir y convencer a través de una manipulación de la opinión.

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