Sunday, September 25, 2016

Voto Popular
Guillermo García Machado
La etimología del término voto nos lleva a votum, vocablo que pertenece a la lengua latina. Voto es la manifestación que realiza un individuo sobre su predilección ante una determinada alternativa. El concepto también se emplea para nombrar al elemento que permite la expresión de la preferencia en cuestión. Popular, por su parte, es aquello vinculado al pueblo. Lo habitual es que este adjetivo se emplee para calificar a lo que se encuentra a disposición de toda la gente, incluyendo a quienes forman parte de los estratos más bajos de la sociedad por falta de recursos económicos, educación, etc.
Con estas ideas en claro, podemos avanzar en la definición de voto popular. Esta expresión se utiliza para nombrar al mecanismo que permite la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones políticas. Las habitantes de una región, a través de su voto en elecciones, tienen la posibilidad de elegir a sus representantes: es decir, a los sujetos que formarán parte del gobierno y que administrarán el Estado de acuerdo a lo establecido por las leyes.
El voto popular alude al alcance de esta posibilidad de participación. En la antigüedad, era habitual que solo pudieran votar las personas que contaban con determinados bienes o que disponían de un cierto nivel educativo. En estos casos, el voto era restringido o censitario. En cambio, cuando puede votar un amplio sector de la población (por ejemplo, mujeres y hombres mayores de 18 años, independientemente de su educación y situación económica), se trata de una elección de voto popular. Voto es la expresión de una preferencia ante una opción. Dicha expresión puede pronunciarse de manera pública o secreta, según el caso. El término también se utiliza para nombrar a la papeleta, boleta u otro objeto con que se expresa dicha preferencia o al parecer que se explica ante una asamblea. Por ejemplo: “El candidato oficialista se impuso al reunir el 62% de los votos”“Gómez aseguró que la intención de voto muestra una tendencia irreversible”“Mi voto es para la opción A”“Cuando el senador comunicó su voto negativo, una multitud estalló en aplausos”“Los indígenas fueron presionados para que no emitan su voto”.

El concepto de voto es sinónimo de sufragio, sobre todo cuando está vinculado al sistema electoral que se encarga de determinar la provisión de los cargos públicos. El sufragio, en este sentido, es un derecho constitucional y político que tiene dos dimensiones: el sufragio activo (todas las personas tienen derecho a emitir su voto para elegir representantes) y el sufragio pasivo (el derecho a presentarse como candidato para representar al resto de la comunidad). En los últimos años, y gracias al desarrollo de las tecnologías y a la aplicación de estas a todos los aspectos del ámbito administrativo, se ha producido la creación del llamado voto electrónico. Este podemos definirlo como aquel que se lleva a cabo mediante la utilización de herramientas tales como la red Internet. Voto también tiene un significado vinculado a la religión para nombrar al ruego con que se pide algo a Dios, a la ofrenda dedicada a Dios y a los prometimientos que constituyen el estado religioso: “Hago votos por su pronta recuperación”, “Los sacerdotes realizan un voto de castidad para consagrar su vida al Señor”, “Vendió todas sus pertenencias, hizo un voto de pobreza y se marchó a la India para vivir entre los pobres”.

Sunday, September 18, 2016

Xenofobia
Guillermo García Machado

El término xenofobia proviene del concepto griego compuesto por xénos (extranjero) y phóbos (miedo). La xenofobia, por lo tanto, hace referencia al odio, recelo, hostilidad y rechazo hacia los extranjeros. La palabra también suele utilizarse en forma extendida con la fobia hacia los grupos étnicos diferentes o hacia a las personas cuya fisonomía social, cultural y política se desconoce. La xenofobia es una ideología que consiste en el rechazo de las identidades culturales que son diferentes a la propia. A diferencia del racismo, la xenofobia se plantea aceptar a los extranjeros e inmigrantes, siempre que se cumpla su asimilación sociocultural.
Puede decirse que este tipo de discriminación se basa en distintos prejuicios históricos, religiosos, culturales y nacionales, que llevan al xenófobo a justificar la segregación entre distintos grupos étnicos con el fin de no perder la identidad propia. Por otra parte, muchas veces se suma un prejuicio económico que considera a los inmigrantes como una competencia por los recursos disponibles en una nación.
Por tal motivo, la crisis económica y social que sufrieron muchos países a finales del siglo XX fue el punto de partida para una manifestación agresiva de la xenofobia, que se vio reflejada desde las pancartas y los discursos hasta los actos de violencia de todo tipo. Los medios de comunicación, por su parte, suelen colaborar con el desarrollo de la xenofobia al presentar las costumbres y culturas extranjeras como dimensiones extrañas y ajenas a la identidad nacional.
Cabe destacar que los antropólogos han advertido situaciones de xenofobia en los pueblos arcaicos, lo que demuestra que la xenofobia es un fenómeno que ha estado siempre en las conductas humanas. Estados Unidos se forjó como un país de inmigrantes que poblaron su extenso territorio en el siglo XIX, atraídos por el sueño de “hacer la América”. En los últimos años, con el avance de la inmigración hispana, se está produciendo un cambio demográfico significativo. Como reacción, se erige un muro en la porosa frontera con México y resurge un discurso racista y xenófobo, llevado al paroxismo por el precandidato a la presidencia Donald Trump, quien hasta ahora encabeza las encuestas del Partido Republicano. Sectores conservadores resisten la aprobación de una reforma migratoria que otorgue cobertura a millones de habitantes que son super explotados por vivir en la ilegalidad. Desde la época colonial, América del Norte se nutrió de inmigrantes, que fueron desplazando a los pueblos originarios. Si primero provenían de Gran Bretaña y Francia – además de los millones de africanos que fueron traídos por la fuerza como esclavos –, ya en el siglo XIX fueron incrementándose los contingentes del Sur y Este de Europa. Hasta la Primera Guerra Mundial, más de 30 millones de habitantes del Viejo Continente cruzaron el Atlántico para afincarse en la tierra prometida. Ya en la segunda mitad del siglo XX, las principales corrientes migratorias hacia Estados Unidos provinieron de Asia y América Latina. En 1875 se aprobó la primera ley de inmigración, y a partir de ese entonces se fue sancionando una compleja legislación, que intentó regular y controlar los flujos poblacionales. Durante la Gran Depresión, más de 400.000 mexicanos fueron deportados. Hacia 1954, se lanzó la Operación Espaldas Mojadas – desde los años ‘20, así se denominaba despectivamente a los inmigrantes mexicanos que habían llegado ilegalmente, muchos de ellos atravesando el Río Bravo –, que expulsó a más de un millón de inmigrantes del país vecino.
El primer quinquenio del siglo XXI batió un nuevo récord ya que llegaron más de 8 millones de inmigrantes, casi lo mitad de los cuales lo hizo en forma ilegal. Tras los atentados del 2001, se estableció una política más restrictiva contra los que llegaban sin papeles. El presidente George W. Bush  lanzó la Operación Guardián y en 2007 inició la construcción de un oprobioso muro para endurecer los controles en los más de 3.000 km de frontera con México. A partir de los cambios demográficos que produjo el creciente peso hispano en la sociedad y la cultura estadounidenses – hoy son más de 55 millones, superando así a los afroamericanos como primera minoría –, influyentes intelectuales, como Samuel Huntington, argumentan que está en peligro la identidad nacional, que se corre el riesgo de una bifurcación. Hoy existe un poderoso lobby para oponerse a una reforma migratoria que permita legalizar a los millones de indocumentados. En la actual campaña electoral, de cara a las elecciones presidenciales de 2016, reapareció un discurso xenófobo y racista,


Sunday, September 11, 2016

Usura

Guillermo García Machado

Del latín usura, el término usura se refiere al interés que alguien cobra cuando presta dinero. En un sentido general, el concepto hace referencia al contrato que implica el crédito y a la ganancia o utilidad del mismo. Sin embargo, la noción de usura está muy vinculada al interés excesivo en un préstamo y a la ganancia desmedida que obtiene el prestamista. Las personas y entidades que cobran intereses muy elevados reciben el calificativo de usureros.
La usura no es un concepto económico preciso; es decir, no existe un nivel específico y concreto que determine en qué momento un tipo de interés pasa a convertirse en algo excesivo. Por el contrario, la usura está vinculada a una noción compartida socialmente y a la creencia de que existe un cierto precio que es justo y que merece ser pagado por el usuario o consumidor.
En la antigüedad, varias culturas consideraban que cualquier tasa de interés suponía una usura. Por eso, los créditos con interés estuvieron prohibidos en muchas regiones y durante periodos temporales muy extensos.
En el Islam, la condena a la usura todavía sigue muy vigente. En países como Arabia SauditaPakistán e Irán incluso existen bancos e instituciones financieras que otorgan créditos sin intereses.
En cambio, en el mundo occidental es muy común que exista la capitalización de intereses o anatocismo, que es la acción de cobrar intereses sobre los intereses derivados de un crédito. Queda claro que la definición de usura dependerá del matiz cultural con que se la observe.
Las leyes y la usura
Actualmente el concepto de usura se encuentra ligado a los contratos basura a los que han accedido muchos individuos y que han puesto en riesgo su bienestar económico.
Los términos para establecer una relación con intereses se encuentran detallados en la legislaturas del país en el que se lleve a cabo, tal es así que todo préstamo usurario deberá elaborarse teniendo en cuenta las leyes redactadas en el territorio y evitando cualquier tipo de irregularidad que pueda ser condenada.
Algunas situaciones en las que un préstamo puede considerarse inaceptable para la ley son las siguientes:
* cuando existe un interés notablemente superior y desproporcionado a lo normal;
* cuando la firma se haya realizado en condiciones consideradas como ilegítimas, donde por ejemplo, el prestatario ha aceptado por encontrarse en una situación crítica, no tener experiencia o encontrarse inhabilitado en sus capacidades mentales para tomar dicha decisión; * cuando se exija como devolución la entrega de una cantidad de dinero que supere considerablemente a la prestada. Hoy en día el concepto de usura suele ser utilizado para hacer mención a lo que los bancos ponen en práctica; es decir a las relaciones que se establecen entre éstos y diversos individuos, cuando los que desean acceder a la compra de una propiedad solicitan un préstamo a una determinada entidad bancaria.
Los acuerdos establecidos en los contratos suelen ser considerablemente favorables para dicha compañía en detrimento de los derechos y necesidades de los clientes, siendo así que muchas familias hoy en día son dejadas en la calle al no poder pagar los elevados intereses que les supone la hipoteca de sus casas y, dado el incumplimiento de sus pagos, los bancos proceden a expropiarlos quedándose con los inmuebles.

Éste es un grave problema que se vivió en USA y se está viviendo precisamente en España, donde se han ofrecido préstamos hipotecarios a mansalva en un período floreciente de la economía, pero ya no se puede sostener la misma calidad de vida. Por otro lado, las leyes suelen inclinarse a favor de los más poderosos, colaborando nefastamente con el perjuicio de la sociedad.

Sunday, September 4, 2016

Seguridad Informática
Guillermo García Machado

La seguridad informática es una disciplina que se encarga de proteger la integridad y la privacidad de la información almacenada en un sistema informático. De todas formas, no existe ninguna técnica que permita asegurar la inviolabilidad de un sistema. Un sistema informático puede ser protegido desde un punto de vista lógico (con el desarrollo de software) o físico (vinculado al mantenimiento eléctrico, por ejemplo). Por otra parte, las amenazas pueden proceder desde programas dañinos que se instalan en la computadora del usuario (como un virus) o llegar por vía remota (los delincuentes que se conectan a Internet e ingresan a distintos sistemas).
En el caso de los virus hay que subrayar que en la actualidad es amplísima la lista de ellos que existen y que pueden vulnerar de manera palpable cualquier equipo o sistema informático. Así, por ejemplo, nos encontramos con los llamados virus residentes que son aquellos que se caracterizan por el hecho de que se hallan ocultos en lo que es la memoria RAM y eso les da la oportunidad de interceptar y de controlar las distintas operaciones que se realizan en el ordenador en cuestión llevando a cabo la infección de programas o carpetas que formen parte fundamental de aquellas.
De la misma forma también están los conocidos virus de acción directa que son aquellos que lo que hacen es ejecutarse rápidamente y extenderse por todo el equipo trayendo consigo el contagio de todo lo que encuentren a su paso.
Los virus cifrados, los de arranque, los del fichero o los sobre escritura son igualmente otros de los peligros contagiosos más importantes que pueden afectar a nuestro ordenador.
Entre las herramientas más usuales de la seguridad informática, se encuentran los programas antivirus, los cortafuegos o firewalls, la encriptación de la información y el uso de contraseñas (passwords).
Herramientas todas ellas de gran utilidad como también lo son los conocidos sistemas de detección de intrusos, también conocidos como anti-spyware. Se trata de programas o aplicaciones gracias a los cuales se puede detectar de manera inmediata lo que son esos programas espías que se encuentran en nuestro sistema informático y que lo que realizan es una recopilación de información del mismo para luego ofrecérsela a un dispositivo externo sin contar con nuestra autorización en ningún momento. Entre este tipo de espías destaca, por ejemplo, Gator.
Un sistema seguro debe ser íntegro (con información modificable sólo por las personas autorizadas), confidencial (los datos tienen que ser legibles únicamente para los usuarios autorizados), irrefutable (el usuario no debe poder negar las acciones que realizó) y tener buena disponibilidad (debe ser estable).
De todas formas, como en la mayoría de los ámbitos de la seguridad, lo esencial sigue siendo la capacitación de los usuarios. Una persona que conoce cómo protegerse de las amenazas sabrá utilizar sus recursos de la mejor manera posible para evitar ataques o accidentes.
En otras palabras, puede decirse que la seguridad informática busca garantizar que los recursos de un sistema de información sean utilizados tal como una organización o un usuario lo ha decidido, sin intromisiones.