Sunday, August 28, 2016

Nacionalismo
Guillermo García Machado

El origen etimológico de la palabra nacionalismo que ahora vamos a analizar tenemos que decir que se encuentra en el latín. En concreto, está formada por dos partes diferenciadas como son nasci que significa “nacer” y el sufijo –ismo que equivale a “sistema, teoría, doctrina o tendencia”. De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), el término nacionalismo posee tres significados diferentes. Por un lado, está definido como el afecto y sentido de pertenencia de los oriundos de una determinada nación respecto a ella. Por dar algunos ejemplos: “En muchos países, el nacionalismo sólo se ve tras un éxito deportivo”“Las guerras son tragedias que sirven para despertar el nacionalismo dormido de la población”.
El nacionalismo, por otra parte, se define como aquella ideología o línea de pensamiento que le atribuye un carácter o valor diferenciado y único a un territorio específico y a los ciudadanos que lo habitan. Esta tendencia del pensamiento suele desarrollarse como oposición a otras regiones: “El nacionalismo vasco más extremista volvió a golpear a la sociedad española, “Aspiro a vivir en un Estado democrático, donde todos los nacionalismos sean escuchados”.
La aspiración de un pueblo a obtener un determinado nivel de independencia respecto a condiciones externas también se define como nacionalismo: “Quiero un programa político que defienda el nacionalismo y mantenga la propiedad estatal de nuestras empresas más importantes”.
En este sentido podemos exponer que en estos momentos en España se está viviendo con intensidad lo que se da en llamar nacionalismo catalán pues se ha producido una manifestación donde una parte de la población de esta comunidad autónoma ha salido a la calle en señal de que quiere la independencia de aquel país.
Además de todo ello podemos exponer que existen diversos tipos de nacionalismo entre los que destaca, por ejemplo, el llamado nacionalismo integrador que es aquel que se sustenta en la intención de que poblaciones de distintos Estados pero que comparten muchas características se unifiquen.
En total contraposición al anterior se halla el nacionalismo desintegrador que se define porque apuesta de manera contundente por la secesión de una parte de un Estado pues se considera que la población de aquella tiene señas de identidad que difieren de las del resto del citado país.
Estas son las dos clases más importantes de nacionalismo, no obstante, no podemos olvidar que existen otras que toman como eje central diversos aspectos de la sociedad para cimentarse y plantearse. Así, nos encontramos, por ejemplo, con el nacionalismo económico, el cultural o étnico que sería el que llevó a cabo Hitler, y el religioso.

Cabe resaltar también que múltiples movimientos políticos pueden sustentarse en el nacionalismo. El régimen fascista de Benito Mussolini y el nazismo de Adolf Hitler se autoproclamaban nacionalistas y, bajo esa bandera, atacaron a otros países. Estos casos históricos muestran también que el concepto de nacionalismo cambia con la historia: Hitler asoció su idea de Alemania a la raza aria y excluyó de la nación a otros colectivos sociales nacidos en el territorio alemán. Esto quiere decir que, para el nacionalismo de Hitler, un judío nacido en Berlín no pertenecía a la nación alemana. Para otras personas, en cambio, el nacionalismo está estrechamente asociado al lugar de nacimiento.

Sunday, August 21, 2016

Idealismo
Guillermo García Machado
La noción de idealismo posee dos grandes acepciones. Por un lado, se emplea para describir la posibilidad de la inteligencia para idealizar. Por otra parte, el idealismo se presenta como un sistema de carácter filosófico que concibe las ideas como el principio del ser y del conocer. El idealismo de perfil filosófico, por lo tanto, sostiene que la realidad que se halla fuera de la propia mente no es comprensible en sí misma, ya que el objeto del conocimiento del hombre siempre es construido a partir de la acción cognoscitiva.
Puede decirse entonces que el idealismo se opone al materialismo, una doctrina que asegura que la única realidad es la materia. Los idealistas subjetivos creen que la entidad en sí es incognoscible, pero la reflexión brinda la posibilidad de acercarse al conocimiento. Para los idealistas objetivos, en cambio, el único objeto que puede conocerse es aquel que existe en el pensamiento del individuo.
Es posible distinguir, de acuerdo al idealismo, entre el fenómeno (el objeto que puede conocerse de acuerdo a la percepción de los sentidos) y el noúmeno (es decir, los objetos en sí mismos, con sus propias características naturales). La realidad está conformada por el contenido de la conciencia del hombre: o sea, por lo que percibimos y no por lo que realmente es.
En general, los términos idealismo y realismo suelen confundirse, pero existen muchas diferencias entre ambos que resulta necesario señalar.
En principio, ambos conciben el origen del conocimiento de manera diversa; el realismo sostiene que se da en las cosas, mientras que el idealismo lo define como una actividad que realiza el hombre para elaborar conceptos.
El realismo plantea la existencia de las cosas independientemente de nuestro razonamiento o de nuestros procesos intelectuales. Por otro lado, el idealismo defiende la participación de la mente para la concepción, por ejemplo, de las leyes, las matemáticas o el arte, las cuales no tendrían lugar sin nuestra intervención.
De esta forma, se entiende que el idealismo se centra en el ser humano como sujeto necesario para dar lugar a la realidad, mientras que el realismo parte de ella y va en su búsqueda. Depende del grado de conocimiento de ambos conceptos, algunos afirman que están muy cerca de ser opuestos, mientras que otros los conciben como complementarios. En el lenguaje coloquial, el idealismo está asociado a la confianza en valores que al día de hoy cayeron en desuso y al optimismo. Un idealista cree que la moral, la ética, la bondad y la solidaridad, por ejemplo, logran imponerse frente a conceptos contrarios. Por ejemplo: “Mi abuelo siempre fue un idealista que luchó por un mundo mejor”.
Lamentablemente, este sentido de idealismo se acerca peligrosamente a la negación, que es una de las mayores causas del fracaso del ser humano como especie. Creer de manera firme e inquebrantable en algo, ignorando la posibilidad de un cambio, haciendo oídos sordos a la diversidad de opiniones, es lo mismo que morir; es poner límites que no permitan que nada avance, estancar el aire para que con las corrientes no traiga nuevos aromas. Esta actitud suele estar asociada con personas mayores, pero, como otras actitudes autodestructivas, no repara en edad, género ni raza.
En la pintura, el idealismo es una forma de representar la realidad con un nivel muy alto de fidelidad, similar al realismo artístico. Sin embargo, se opone a este último ya que intenta purificarla de cualquier elemento vulgar o carente de belleza, según la visión propia de cada artista. Sólo los aspectos de mayor elegancia y refinamiento pasan el filtro de dicha abstracción, dando como resultado escenas forzosamente fluidas, sin mucho contraste y equilibradas artificialmente.


Sunday, August 14, 2016

Humanismo
Guillermo García Machado
El concepto de humanismo tiene varios usos. Se trata, por ejemplo, de la doctrina que se basa en la integración de los valores humanos. A su vez, puede hacer referencia a un movimiento renacentista, a través del cual se propuso retornar a la cultura grecolatina para restaurar los valores humanos. El humanismo, en general, es un comportamiento o una actitud que exalta al género humano. Bajo esta concepción, el arte, la cultura, el deporte y las actividades humanas generales, se vuelven trascendentes. Dicha trascendencia podía conseguirse a través de la exaltación y la experimentación de las propias facultades.
Se trata de una doctrina antropocéntrica, donde el hombre es la medida de todas las cosas. La organización social, por lo tanto, debe desarrollarse a partir del bienestar humano. Esta corriente se opone al teocentrismo medieval, donde Dios era el centro de la vida.
El humanismo reconoce valores, como el prestigio, el poder y la gloria, que eran criticados por la moral cristiana e incluso considerados como pecados. Otra diferencia con las doctrinas religiosas es que el humanismo hace al hombre objeto de fe, mientras que, en la antigüedad, la fe era patrimonio de Dios.
Cabe mencionar, sin embargo, que esta corriente se opone al consumismo; ya que está en contra de lo superficial, del narcisismo y de aquello que no es propio de la dignidad humana. La cosificación del hombre como productor o consumidor atenta contra su desarrollo integral.
Como movimiento intelectual surgido en Europa durante el siglo XV, el humanismo promovía la entronización del ser humano no solo como elemento indispensable en torno al cual giraba la vida social, sino también como centro del universo.
En la educación hubo importantes cambios que se verían reflejados en el nivel intelectual de las personas. En lugar de continuar con una enseñanza rígida, se le dio importancia a la individualidad de cada alumno y el aprendizaje se centró en formar a personas que estuvieran preparadas para desarrollar una vida activa en la comunidad civil, que confiaran en sí mismas y que fueran capaces de discernir por sí solas entre lo correcto y lo incorrecto. En lo que respecta a la literatura, existen miles de autores; de hecho, la literatura actual podría en su mayoría encauzarse en esta ideología. Sin embargo, para mencionar las raíces del movimiento humanista debemos irnos al Renacimiento.
Gracias al surgimiento de la imprenta, en el siglo XVI hubo una gran difusión de las ideas a través de la literatura. Entre los autores fundamentales que comenzaron a recorrer el mundo se encontraron Dante Alighieri, Francisco Petrarca y Giovanni Bocaccio, quienes mucho tiempo antes habían plasmado las ideas que durante este período tomaría el nombre de humanismo.
Además, el surgimiento de la novela Bizantina, sin duda colaboró con la difusión de este tipo de pensamientos. Cabe resaltar la publicación de “Lazarillo de Tormes”, el “Guzmán de Alfarache”, y el “Quijote”. También podemos citar autores de la literatura anglosajona, como William Shakespeare, Ben Jonson y Tomás Moro.
Para comprender la gran importancia de este movimiento y la fácil propagación que tuvo debemos citar los aspectos políticos e históricos que lo rodearon. En esta época, España era un gran imperio que no solamente gobernaba en gran parte del territorio europeo sino que además tenía firmes colonias en América.
Los escritores nacidos en el gran imperio se apoyaron en las corrientes y tendencias filósoficas de gran auge, con la importante influencia de Erasmo de Rotterdam y de Antonio de Guevara. En lo que respecta a la historia, los nombres más relevantes de este período fueron Diego Hurtado de Mendoza y el jesuita Juan de Mariana.



Sunday, August 7, 2016

Calentamiento Global
Guillermo García Machado
La noción de calentamiento global permite referirse a dos cuestiones relacionadas: por un lado, se trata de un fenómeno observado en el promedio de la temperatura de las últimas décadas, que sube de manera sostenida; por otra parte, es una teoría que, a partir de distintas proyecciones, sostiene que la temperatura seguirá creciendo en el futuro a causa de la acción del hombre. Pese a la popularidad que el tema ha cosechado en los últimos años, es importante realizar algunas distinciones. El calentamiento global suele asociarse al cambio climático, aunque éste último fenómeno (la variación del clima) siempre ha existido y es natural. De todas formas, en la actualidad suele conocerse como cambio climático al producido por la acción humana, que genera variaciones anómalas.
Por otra parte, el calentamiento global está asociado al efecto invernadero, que es un fenómeno por el cual ciertos gases que componen la atmósfera terrestre retienen parte de la energía emitida por el suelo tras haber sido calentado por la radiación del Sol. El efecto invernadero funciona de la siguiente manera: la radiación solar atraviesa la atmósfera, rebota contra el suelo y debería volver a atravesar la atmósfera; sin embargo, los gases de efecto invernadero (como el dióxido de carbono y el metano) producen una capa de contaminación que impide que los rayos solares vuelvan a salir, produciendo un aumento de la temperatura en la Tierra.
Entre las principales consecuencias que podemos establecer acerca del fenómeno del calentamiento global tenemos que exponer que, además de lo que es el aumento considerable de las temperaturas, se puede producir un crecimiento palpable de lo que son las enfermedades de tipo respiratorio que experimenta el ser humano.
De esta manera, los expertos en la materia dictaminan que de seguir produciéndose dicho fenómeno la población mundial estará mucho más expuesta a sufrir patologías respiratorias. Pero no sólo ellas, además aumentará el número de personas que padezcan enfermedades cardiovasculares, que sufrirán la deshidratación y también infecciones causadas por mosquitos o similares.
Esta citada consecuencia, referida al campo de la salud, se debe fundamentalmente al hecho de que tanto el sistema respiratorio como el cardiovascular se ven perjudicados al aumentar las temperaturas pues estas traen consigo que cualquier individuo tenga que realizar un mayor esfuerzo para acometer cualquier acción o actividad.
De la misma manera, el calentamiento global traerá consigo que tanto las aguas superficiales como las subterráneas pierdan calidad como consecuencia de esas citadas altas temperaturas. Todo ello sin olvidar que en ambos casos se reduciría de manera palpable la cantidad de agua y que disminuiría notablemente la potable que es apta para el consumo humano.
Un hecho este último que perjudicaría especialmente a sectores como el agrícola pues las tierras se volverían más secas, perderían nutrientes y además aquellas se verían más afectadas por plagas, que son las que causan enfermedades en las plantas y, por consiguiente, estropean las cosechas.
Aunque ciertos especialistas consideran que el calentamiento global es un mito, existe un cierto consenso sobre la necesidad de reducir las emisiones contaminantes para impedir que el calentamiento siga en un aumento. De no revertirse la tendencia, los glaciares podrían derretirse, aumentando el nivel del agua en los océanos e inundando numerosas ciudades.