Nacionalismo
Guillermo García
Machado
El origen etimológico de la palabra nacionalismo que ahora
vamos a analizar tenemos que decir que se encuentra en el latín. En concreto,
está formada por dos partes diferenciadas como son nasci que
significa “nacer” y el sufijo –ismo que
equivale a “sistema, teoría, doctrina o tendencia”. De acuerdo al
diccionario de la Real
Academia Española (RAE), el término nacionalismo posee
tres significados diferentes. Por un lado, está definido como el afecto y sentido de pertenencia de los
oriundos de una determinada nación respecto a
ella. Por dar algunos ejemplos: “En muchos países, el
nacionalismo sólo se ve tras un éxito deportivo”, “Las guerras son tragedias que sirven para despertar el
nacionalismo dormido de la población”.
El nacionalismo, por otra parte, se define
como aquella ideología
o línea de pensamiento que le atribuye un carácter o valor diferenciado
y único a un territorio específico y a los ciudadanos que lo habitan. Esta
tendencia del pensamiento suele desarrollarse como oposición a otras
regiones: “El nacionalismo vasco más extremista volvió a
golpear a la sociedad española, “Aspiro a vivir en un Estado
democrático, donde todos los nacionalismos sean escuchados”.
La aspiración de un pueblo a obtener un
determinado nivel de independencia respecto a condiciones externas también se
define como nacionalismo: “Quiero un programa político
que defienda el nacionalismo y mantenga la propiedad estatal de nuestras
empresas más importantes”.
En este sentido podemos exponer que en estos
momentos en España se está viviendo con intensidad lo que se da en llamar
nacionalismo catalán pues se ha producido una manifestación donde una parte de
la población de esta comunidad autónoma ha salido a la calle en señal de que
quiere la independencia de aquel país.
Además de todo ello podemos exponer que
existen diversos tipos de nacionalismo entre los que destaca, por ejemplo, el
llamado nacionalismo integrador que es aquel que se sustenta en la intención de
que poblaciones de distintos Estados pero que comparten muchas características
se unifiquen.
En total contraposición al anterior se halla
el nacionalismo desintegrador que se define porque apuesta de manera
contundente por la secesión de una parte de un Estado pues se considera que la
población de aquella tiene señas de identidad que difieren de las del resto del
citado país.
Estas son las dos clases más importantes de
nacionalismo, no obstante, no podemos olvidar que existen otras que toman como
eje central diversos aspectos de la sociedad para cimentarse y plantearse. Así,
nos encontramos, por ejemplo, con el nacionalismo económico, el cultural o
étnico que sería el que llevó a cabo Hitler, y el religioso.
Cabe resaltar también que múltiples
movimientos políticos pueden sustentarse en el nacionalismo. El régimen
fascista de Benito
Mussolini y el nazismo de Adolf
Hitler se autoproclamaban nacionalistas y, bajo esa bandera,
atacaron a otros países. Estos casos históricos muestran también que el
concepto de nacionalismo cambia con la historia: Hitler asoció
su idea de Alemania a la raza aria y
excluyó de la nación a otros colectivos sociales nacidos en el territorio
alemán. Esto quiere decir que, para el nacionalismo de Hitler, un judío nacido en Berlín no pertenecía a la
nación alemana. Para otras personas, en cambio, el nacionalismo está
estrechamente asociado al lugar de nacimiento.