Sunday, August 25, 2013

Fin de la Primavera Árabe Guillermo García Machado

Fin de la Primavera Árabe
Guillermo García Machado

La primavera árabe ha terminado. En Egipto y en el mundo árabe, o en cualquier otro lugar, la auto organización sólo puede inscribirse en la marcha de las clases explotadas, para salir de su apatía política y en el camino de tomar conciencia sobre su propio papel.
La revolución en Egipto y Túnez, Siria, y otros países con mayoría islámica, es un gran precedente para el mundo actual. También es un fantástico desciframiento de los cambios recientes en el planeta y los caminos que, actualmente, toma la conciencia de los oprimidos hacia su emancipación.
El diagnóstico que se vislumbraba el 3 de julio pasado, con el golpe de Estado en el Egipto, se confirmó ayer, con la matanza en la plaza Nahda de El Cairo. Aquellos que creímos que una ola democrática recorrería el mundo árabe después de las revoluciones del 2011, solamente nos queda la esperanza de Túnez y su tortuoso camino constitucional. Los Hermanos Musulmanes han pasado de ser los responsables de la transición egipcia, a las víctimas de la represión. Mursi y sus consejeros no supieron leer el triángulo que rige la correlación de fuerzas del país, compuesto por el Ejército, los liberales y los islamistas. Creyeron que con la aplastante victoria en las elecciones legislativas de diciembre del 2011 y con la ajustada victoria en las presidenciales de junio del 2012 no necesitaban aliados. Se equivocaron. Su inexperiencia política les impidió ver que para gobernar un Egipto polarizado y empobrecido necesitaban contar con al menos uno de los dos potenciales aliados: el Ejército o los liberales. En vez de esto, se enfrentaron a ambos, aprobando una Constitución sin consenso y propiciando la improbable “alianza” entre ellos. Lo más sorprendente fue el apoyo prestado por los liberales al Ejército en el golpe del 3 de julio. «Antes militarizados que islamizados», parecían pensar. Pero ante la gravedad de los acontecimientos en plena acción, al premio Nobel Mohamed el Baradei, viceprimer ministro responsable de Relaciones Exteriores en el nuevo Gobierno surgido del golpe militar y gran representante del campo liberal, no le ha quedado más remedio que dimitir. ¿Es el fin de la imposible alianza entre militares y demócratas? Está por verse, pero si fuera el caso podríamos ser testigos del regreso del mubarakismo, es decir, de un régimen militar que enarbola la amenaza del islamismo para suprimir todas las libertades. Lo único que podría impedirlo es una gran alianza histórica, que hoy parece imposible, entre islamistas y liberales. Ambos deberían comprometerse en la construcción de un régimen civil de libertades, abierto a todos los egipcios: musulmanes y cristianos, sunís y chiís, religiosos y laicos. De lo contrario, será un fracaso con amplias repercusiones internacionales. Será, una vez más, el fracaso del islam político, es decir, del islam dispuesto a participar en la política democrática y, en definitiva, dispuesto a secularizarse y a aceptar que leyes dictadas por parlamentos prevalezcan sobre la ley islámica, la sharia. Será, por el contrario, el éxito de los extremistas islamistas, para quienes la asimilación de la democracia por el islamismo es la mayor amenaza. Será el éxito también de los regímenes autoritarios del mundo árabe, que dicen, como decía Franco con respecto a España, que «la democracia no está hecha para nosotros». Estoy convencido, sin embargo, de que la historia demostrará lo contrario. Los árabes son capaces, como cualquier otro pueblo, de gobernarse en democracia y en libertad.

Sunday, August 18, 2013

Seguiremos esperando Guillermo García Machado

Seguiremos esperando
Guillermo García Machado

Entender lo que pasa en Venezuela, donde dos visiones de país, diametralmente opuestas, con la simpleza del caso, tan sólo aspiran exprimirle el jugo a la naranja, entendiendo que la fruta aludida representa el poder, jamás podríamos expresar por esta vía unas pocas palabras que resumieran buenos augurios. Efectivamente, mientras tenemos quince cadáveres ingresando en la morgue de Caracas en forma diaria; mientras tenemos la carestía de alimentos básicos más alta registrada en la era republicana; mientras tenemos una burocracia protegida por planes de seguros que representan una altísima erogación por parte del gobierno venezolano; mientras tenemos, en contraste con lo anterior, unos hospitales en el suelo, edificaciones en estado precario, insumos desaparecidos y médicos sometidos al terror de las fuerzas extrañas que abundan en estos tiempos, salvo que Usted se gradúe en la Bolivariana y termine vendiendo certificados médicos en un centro comercial citadino; mientras tenemos que hacer largas colas para adquirir los elementos de la cesta básica; mientras tenemos a la guerrilla colombiana conviviendo con nosotros en las capitales del país; mientras tenemos que hacer magia para adquirir dólares baratos para su uso en el exterior; mientras tenemos declaraciones de funcionarios públicos que reconocen la fuga de divisas con el subterfugio de empresas de maletín; mientras tenemos una concentración de poderes en quien le corresponde dirigir los destinos del país; mientras tenemos una impunidad galopante donde el entarimado judicial sólo funciona cuando se trata de perseguir a un disidente; mientras tenemos una cantidad de funcionarios cuya investidura sobrepasa el término legal establecido; mientras tenemos la peor crisis financiera de la empresa más importante de Venezuela, entiéndase PDVSA; mientras tenemos repetición de accidentes en las instalaciones petroleras, cuyas causas siempre son atribuidos a la madre naturaleza; mientras tenemos una realidad mediática subsumida en las garras del Estado; mientras tenemos la constante violación de los preceptos constitucionales por la simple banalidad de convertirnos en un Estado socialista, a pesar de haberse manifestado claramente en contra el soberano; mientras tenemos que hacer malabares para conseguir medicinas, cualquiera que sea su prescripción, siendo así que la cosa se pone difícil hasta para obtener unas pastillitas contra el catarro común; mientras tenemos un país dividido en dos grandes toletes y no hay forma que sus líderes se sienten en una mesa a dialogar; mientras tenemos un estado de cosas donde el odio le de perfil propio a la conducta política del venezolano. Mientras todo ello ocurre, tenemos que el palacio legislativo, el mismo donde deben darse los mejores debates en procura de las mejores soluciones para los problemas que aqueja al venezolano de a pie, por aquello que siento una gran diferencia entre cualquiera de nosotros y los privilegios que le asisten a un señor legislador de estos tiempos, sea más bien el centro de violencia y corrupción más notorio de nuestro quehacer político, sin poder olvidar como un “honorable” diputado es capaz de destacar sin ningún desparpajo la supuesta homosexualidad de un compañero de trabajo, todo ello porque el disidente no es un simple adversario, sino un enemigo al que hay que eliminar utilizando las instituciones del Estado. Mientras todo ello rompa el aspecto cíclico de la política, en cualquiera de sus matices, no nos toca otra que seguir esperando. Adelante Venezuela!

Sunday, August 11, 2013

El fraude electoral Guillermo García Machado

El fraude electoral
Guillermo García Machado

Lo primero que se nos ocurre acerca de las posibles conclusiones de este ligero estudio sobre los procesos electorales, es que el fraude puede optar una amplia gama de formas, que van desde las violaciones de los procedimientos establecidos en la Ley Electoral (CON O SIN LA INTENCIÓN DE ALTERAR LOS RESULTADOS) hasta el abierto uso de la violencia en contra de los votantes . De la misma manera, aun cuando la manipulación del voto es parte integral de la competencia electoral, rara vez desempeña un papel decisivo. En todo caso, el fraude per se debilita la estabilidad política, ya que puede ser crucial cuando se trata de una contienda muy reñida. De la misma manera  y de forma notoria, la fabricación de votos se incrementa con la desigualdad, pero la competencia, moldeada en parte por las instituciones, determina las estrategias de los partidos en cuanto al fraude electoral se refiere.  Agotando el mundo de las definiciones podemos decir que el fraude electoral es la intervención deliberada en un proceso electoral con el propósito de impedir, anular o modificar los resultados reales. Fraude electrónico: corrupción en los sistemas informáticos que cuentan los votos. Fraude mediático: no en las urnas, sino durante la campaña; desequilibrio de las campañas de los candidatos en los medios; favoreciendo a un candidato, generalmente del partido gobernante; desacreditando a un candidato, generalmente de la oposición. Fraude en las urnas: el más común en el mundo, se da cuando de alguna manera un candidato se hace de votos falsos, pero avalados por una boleta, se puede encontrar en las famosas casillas zapatos, el carrusel loco, etc., también se la llama "embarazar una urna" si ésta ya tiene votos indebidos al momento de comenzar los votantes a depositar su voto. La práctica del fraude electoral ocasiona reacciones enérgicas, desde manifestaciones que denuncian su simple sospecha, como en los comicios del estado de Florida en la primera elección de George W. Bush contra Al Gore, procesos penales e investigaciones como en Perú, después de que el presidente Alberto Fujimori abandonó el país, renuncias o destituciones de los jefes de estado, como la renuncia del presidente de EE.UU. Richard Nixon como consecuencia de la investigación del Caso Watergate, o actos de resistencia civil. La sociedad reacciona  y para evitar el fraude electoral se han puesto de moda urnas transparentes para ver que no contengan votos previos; Padrones y listados de electores; Credenciales electorales con hologramas y fotografía del votante registrado; Manchón con tinta indeleble en uno de los dedos del elector que ya votó; Prohibición a los partidos de que realicen actos de proselitismo el día de las elecciones;  Control y auditoría del costo de las campañas políticas; Financiamiento público para partidos; Revisión y mejora de las formas para contar las papeletas. Otros mecanismos de defensa contra el fraude electoral consisten en la creación de órganos y tribunales electorales integrados con funcionarios no seleccionados por el poder ejecutivo y se han tipificado un buen número de delitos para castigar a los instigadores, colaboradores, beneficiarios y ejecutores de cada una de las prácticas del fraude electoral, sin embargo aún falta mucho por hacer ya que ninguna legislación contempla el fraude mediático, aunque en algunos países se prohíbe muy convenientemente que los partidos se promuevan en la televisión por medio de anuncios, lo tienen que hacer en espacios específicamente diseñados para eso. Sin embargo muchas de estas medidas resultan insuficientes, la cultura del fraude electoral en países como México, Venezuela – cuyo sistema está totalmente automatizado -  Perú, es enorme, pero es en países llamados desarrollados donde este fenómeno debe ser estudiado con diferente óptica (Estados Unidos, Italia, Francia, entre otros). El que comete fraude electoral se asimila al que roba un banco, porque ambos son delincuentes.

Sunday, August 4, 2013

El culto a la personalidad Guillermo García Machado

El culto a la personalidad
Guillermo García Machado

Rendirle culto a un  caballo, a una mata, a una vaca y considerarla, además, como un ente sagrado, está dentro de las cosas cuasi normales, que han estado a nuestro alcance como algo visto en la historia. El panorama internacional ha vuelto a poner en la palestra una peligrosa tendencia, que se creía superada, en las experiencias vividas por tantos países en el siglo pasado: El culto a la personalidad de gobernantes como estrategia de perpetuación en el poder. En el siglo XX casi una tercera parte de las naciones, dejaron en los pueblos huellas imborrables de lo que significa delegar el poder en un hombre, y estas se dieron en dos aparentes extremos: El socialismo y el fascismo, que a la postre habrían de dejar en la memoria de los pueblos el supuesto criterio de derecha e izquierda, donde se vende la idea de que la izquierda está con el pueblo y la derecha contra él, en una copia de los criterios dados por el comunismo mundial para favorecerse con la aceptación de la mayoría del pueblo. El culto a la personalidad se dio con fuerza en la UNION SOVIÉTICA con Lenin, y Stalin, principalmente, en CHINA con Mao Tse Tung, en ALBANIA con Enver Hoxa, Yugoeslavia con el mariscal Tito, en CUBA con Fidel Castro; pero también se dio con Hitler, Mussolini y Franco un esquema similar, donde grandes fotografías y un alto número de estatuas recordaban al jefe máximo, mientras juventudes, ejércitos y gran cantidad de adeptos estaban permanentemente uniformados y con banderas para declarar al unísono su adhesión al supremo líder. Posiblemente colocar en un sólo párrafo las tendencias socialistas y las fascistas generará escozor en más de uno, pero la realidad es la inmensa similitud psicológica, e incluso ética, de estos ejemplos de representantes del culto a la personalidad. Será motivo de muchos artículos profundizar en similitudes, entre las cuales están el alto grado de intolerancia que genera oleadas de propaganda contra los detractores, o su condena a la cárcel, la repatriación e incluso la muerte. Pero lo más importante, a excepción de Cuba, probablemente, por el hecho de no conocerse la muerte de su dirigente máximo, y China donde se ha desarrollado estrategias continuistas y modificaciones sustanciales a su política, todos sucumbieron con la muerte de los principales dirigentes y volaron en pedazos como naciones, generándose profundas divisiones hasta encontrar nuevamente su cauce. Y algo más, podría decirse con argumentos claros, que en todos estos dirigentes se dio algún tipo de patología, y cuando menos, fueron expresiones de un narcisismo acendrado que les hacía creer que ellos solos eran el mundo y a su lado sólo había seres inferiores. A diferencia de la propaganda, cuyo objetivo es diseminar la ideología del régimen, el propósito del culto a la personalidad es reforzar la posición política del líder. El mensaje detrás del culto de la personalidad radica en lo que sigue: "En este régimen la única persona que importa soy yo". El término fue acuñado y descrito en 1956 por el Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética Nikita Sergeyevich Khrushchev, en un discurso denunciando a Stalin en el XX Congreso del Partido.  Por tratarse de un concepto en un marco histórico y político muy concreto, es impreciso describir con él, fenómenos antiguos como el culto al Faraón egipcio o el culto estatal al César en el Imperio romano (46 a. C.), si bien podemos señalar en la misma dinámica tipificada por  Stalin, tales como la Alemania nazi  con Adolf Hitler. De todas formas, es desde entonces, usado en muchas ocasiones de forma acusatoria o peyorativa para describir a un líder o mandatario que comparte algunas de las características plasmadas ut- supra.