Sunday, March 31, 2013

Latino America sin Chávez Guillermo Garcia Machado


Latino America sin Chávez
Guillermo Garcia Machado
Proyectar la imagen de Chávez hacia el futuro constituye un reto para los que de una u otra forma ven en la figura del expresidente venezolano – a título de mito - la solución de todos los problemas de Latino América, bajo la perspectiva del socialismo del siglo XXI, cuyo contenido no hemos logrado definir y mucho menos cuando observamos en sus actuales líderes, para no hablar del pasado, acciones propias salpicadas de fascismo, unas veces, otras veces, acciones propias al mejor estilo comunista, y en el peor de los casos, observamos actitudes propias de un estilo liberal o pseudo liberal, con la aplicación de medidas de tipo monetario, con fines absolutamente fiscalistas, es decir, dirigidas a obtener recursos suficientes para que el Estado populista siga derrochando, con criterio de las vacas gordas. Para ello basta observar que los ingresos petroleros siguen obteniéndose bajo el criterio de un barril de petróleo a ciento veinte dólares en el mercado ordinario. Esta circunstancia de elevados recursos petroleros ponen a la República Bolivariana de Venezuela en la especial situación  de realizar grandes erogaciones en los países con pensamiento político afín al pregonado por ese socialismo, muy propio de la idiosincrasia venezolana, de muy alto contenido pragmático y poco valor desde el punto de vista doctrinario o filosófico,  y poder materializar, de esa manera, voluntades a nivel diplomático, con la arrogancia de contar una chequera con respaldo de los petrodólares. Ahora bien, hasta la fecha las cosas venían funcionando a la máxima perfección, el expresidente Chávez, hoy fallecido, manejo a la perfección una diplomacia agresiva, basando su discurso en un supuesto criterio anti imperialista – yankees go home -  montado en el grupo de los pequeños que luchan contra la hegemonía del grande del Norte, teniendo por norte el planteamiento de la asimetría para poder confrontar hasta en el plano de la guerra a los Estado Unidos de Norte América. Basta poner en marcha una ojeada superficial a los amigos de Chávez y veremos que los mismos aparecen en forma espontánea en todas las latitudes del globo terráqueo, pudiendo haber matices escalofriantes, porque encontramos de todo, es decir, los bien llamados “hermanos’ de la revolución, como por ejemplo, Gadafi, Ortega, Correa, Morales, Kitchner, Mahmoud Ahmedinaj, Mono Jojoy, y otros como, Alexander Lukashenko, Fidel Y Raul Castro, Bashar Al-Assad, y Robert Mugabe, quienes tendrán la ayuda del proyectoa mientras representen a los suyos, en sus respectivos países y mientras perdure el magnetismo del liderazgo representado por quien fuera Presidente de todos los venezolanos, por más de una década. Siendo o constituyendo una gran interrogante la capacidad multiplicadora de los delfines chavistas en hacer perdurar la imagen de su mentor y montarse en ese gran trampolín político de continuar la acción de gobierno, que hemos tenido hasta ahora, como una política de estado permanente, siendo la única limitante la capacidad financiera de la República Bolivariana de Venezuela, en los tiempos que se avecinan, para sortear los grandes compromisos internos, los grandes compromisos económicos asumidos con las potencias extranjeras como Rusia y China, para mencionar sólo dos frentes, de una gran importancia y dejar el resto, si es que alcanza, para satisfacer necesidades de los países aliados, llamados unas veces, parásitos o simplemente chulos, sin necesidad de una mayor explicación. Seguro que recibiremos la peor parte, basta para ello, ser venezolano.

Saturday, March 16, 2013

Cadáver Insepulto Guillermo García Machado


Cadáver Insepulto
Guillermo García Machado
El embalsamamiento es una práctica, generalmente usando sustancias químicas, en especial resinas o  bálsamos, con el objeto de preservar de la putrefacción la integridad de los cadáveres. Las referencias más antiguas de la práctica se remontan al antiguo Egipto; sin embargo, se ha descrito que la preservación de los cadáveres usando diversos procesos también se acostumbraba entre las culturas sudamericanas, particularmente en el caso de la cultura Chinchorro, en el norte de Chile, la primera del mundo en momificar artificialmente a sus muertos, y también entre los incas en Perú, aunque mediante técnicas diferentes a las egipcias.  La caída del Muro de Berlín hizo que el nuevo gobierno lo sepultara, sólo para que las turbas enardecidas lo exhumaran, cremaran los restos y sepultaran de nuevo las cenizas, por si acaso.  Los faraones de las primeras dinastías fueron considerados inmortales, y eran los únicos seres que podrían seguir viviendo en el más allá. Posteriormente los nobles y altos jerarcas se consideraron merecedores de disfrutar de vida eterna, adoptando también rituales similares de momificación y enterramiento, extendiéndose esta facultad a la mayoría de la población con el paso de los siglos, al evolucionar los sistemas de creencias religiosas. En la Biblia se menciona que tanto el patriarca Jacob como su hijo el visir José fueron embalsamados tras sus respectivos fallecimientos (Génesis 50:2,3,26) aunque los hebreos no llevaban a cabo dicha práctica funeraria. Lenin, Stalin, Kim Il-Sung, Mao Zedong, Ho Chi Min, entre otros, pertenecen al panteón de los líderes comunistas embalsamados, lo mismo pretendían hacer con el difunto Presidente Hugo Rafael Chávez Frías. Las crónicas alrededor de los primeros de los nombrados, y sus respectivas momias, nos muestran la futilidad de preservar cuerpos sin vida de seres que marcaron historia y que ahora inmóviles, son condenados a observar la destrucción de su obra y la deshonra de su recuerdo. Al morir Lenin en 1924, su cuerpo fue embalsamado para que millones de trabajadores despidiesen al "líder del proletariado mundial". Desde entonces yace en el mausoleo de la Plaza Roja de Moscú, visitado sólo por nostálgicos del Soviet, despojado de todo culto. Según Gabriel García Márquez, el cuerpo parece cortado por la cintura bajo las sábanas de la urna, rindiéndose homenaje (si así fuese) a una mitad de héroe. Con la de Lenin compartió alcoba la momia del "padrecito" Stalin, fallecido el 5 de marzo (¡vaya coincidencia!) de 1953, hasta que Kruschev en 1961 ordenó la "desestalinización" del aparato estatal soviético, enterrando la momia en las murallas del Kremlin, hasta su deterioro final. Georgi Dimitrov, tirano de Bulgaria, también fue embalsamado para eterna contemplación de su pueblo. La caída del Muro de Berlín hizo que el nuevo gobierno lo sepultara, sólo para que las turbas enardecidas lo exhumaran, cremaran los restos y sepultaran de nuevo las cenizas, por si acaso. Según el médico de Mao Zedong, Li Zhisui, los 16 litros de formol con que se inyectaría el cadáver del líder fueron aumentados a 22, en exceso de celo. Como resultado, la cara de Mao se hinchó, rezumando formol por los poros, mientras las orejas asomaron en ángulo recto. Hoy Mao reposa en Tian’anmen (Puerta de la Paz Celestial), plaza en la que en 1989 su sucesor Deng Xiaoping aplastó con cientos de muertos una revuelta libertaria. La momia, incapaz de protesta, ve ahora cómo su obra se ha hecho trizas, en una China brutalmente capitalista, donde lo único que sobrevive de su régimen es el absoluto control político de la sociedad, ajeno a cualquier derecho civil. Caso aparte es el de la momia viajera de Eva Perón, cuya macabra odisea antes de ser finalmente enterrada a 8 metros de profundidad en una cápsula blindada de acero. Razón tiene García Márquez: "estas cosas son posibles por la mala costumbre de conservar cadáveres para ser adorados por la muchedumbre. Nada se parece menos a la imagen que se tiene de un hombre o una mujer memorables que sus desperdicios mortales arreglados como para una fiesta funeraria".

Saturday, March 9, 2013

Todo cuento llega a su fin Guillermo García Machado


Todo cuento llega a su fin
Guillermo García Machado
Antes hemos escuchado este cuento: Ocurrió en una estación de tren en Moscú de la época de Stalin. Dos amigos, Ilya y Mikhail, se encuentran en un andén a la espera de un tren que partirá hacia el sur. Luego de los saludos acostumbrados uno pregunta: “Dime, Ilyia, ¿adónde vas?” E Ilyia contestó: “Pues, Mikhail, voy a Kiev”. Entonces Mikhail se quedó pensando: “Ilyia me dice que va a Kiev para que yo piense que va a Vladivostok. Entonces debe ir a Kiev”. (Sensatez y sentimientos, 27 de abril de 2006).
Por la vía mediática se ha sabido que el Presidente de la República viajó, en enésima ocasión, a Cuba para tratamiento rehabilitador que describió como “sesiones de oxigenación hiperbárica”. De inmediato, arrancaron los motores de la especulación, sólo que funcionando como máquinas de certeza: “Te informo—me dijeron en un correo de hoy—que Chávez es llevado urgentemente a La Habana por metástasis con incidencia seria en la médula. Lo montaron en el avión en camilla y muy descompensado. Debe operarse y supuestamente queda inutilizado o se muere”. No me molesté en preguntar por la fuente creíble de tan portentosa “noticia”, como tampoco en buscar lo que Nelson Bocaranda y el médico a control remoto, José Rafael Marquina, tendrán que decir. Los famosos Runrunes sólo salen martes y jueves, y Marquina ya había declarado a El Observador de Uruguay el 7 de abril: “Vamos a empezar a ver complicaciones serias a partir de noviembre. Una vez que presente complicaciones graves su expectativa de vida va a ser aproximadamente de 30 días”. Ya lo ha matado.
Entonces me llegó un artículo de Fernando Londoño, avezado político del hermano país, Colombia: Quien ha  escrito cosas como éstas:
Si Chávez no estuviera agonizante, habría dicho mil cosas sobre la crisis reciente en Siria, donde se tambalea su amigo Bashar Al Assad, y sin duda estaría ufanándose de los nuevos envíos de combustible para alimentar sus equipos de guerra. (…) Si Chávez estuviera vivo, andaría a la cabeza de sus tropas rojas para alimentar la votación importantísima que se le viene encima.  El camarada no estaría corriendo el riesgo de gobernar un país lleno de Estados enemigos.  (…) Si Chávez estuviera vivo, no faltaría a la cita de las Farc en La Habana, personaje fundamental como es de aquel sainete, y estaría encabezando la exigencia para el indulto de Simón Trinidad, sin cuyas luces los diálogos parecen un pesebre apagado. (…) Lo dicho conduce a una conclusión inapelable: Chávez no está vivo. Y no importa si lo tienen guardado en estado vegetativo en algún hospital de aquí o de allá. Lo que importa es que Venezuela es una nave al garete, un Estado fantasma, una estructura vacía. Porque en el mundo del caudillismo totalitario, las cosas son así. Sin el reyezuelo, no queda nada.
Bueno, fue Assad quien justamente ayer hizo llegar  un mensaje privado a Chávez, Luis Vicente León ha opinado: “Esto le va a hacer más difícil a la oposición ganar espacios, porque la mente de los electores se ocupará en el Presidente”, y Chávez ha ido precisamente a La Habana, donde podrá encontrarse con los delegados de las FARC. En síntesis, una pieza mal informada e inútil ese artículo de Londoño, construida sobre una sarta de oraciones puramente condicionales. Hacia el remate de su nueva pontificación, aventura Londoño esta evaluación que nos insulta: “Venezuela es un país tan acongojado, tan desorientado, tan deshecho, que no se siente capaz de afrontar su destino sin la imagen del tirano. (…) Porque al parecer Venezuela no podía vivir con Chávez, pero no está preparada para vivir sin Chávez”. Que el Sr. Londoño continúe escribiendo arrogancias no solicitadas, pero se abstenga de describir a nuestro país con estupideces como ésas. ………
En la nota que The Washington Post dedica al nuevo viaje terapéutico, se lee: “El tratamiento al que Chávez se someterá, generalmente involucra respirar oxígeno puro mientras se halla en una cámara sellada y presurizada. Su valor ha sido bien establecido para el tratamiento de quemaduras, envenenamiento por monóxido de carbono y otras condiciones médicas, y para ayudar a la cicatrización de heridas y auxiliar la reparación de huesos y tejidos dañados por tratamientos con radiación”.
Lo más sencillo es tomar las cosas at face value. ¿Por qué sospechar que Chávez va a Vladivostok? 

Saturday, March 2, 2013

La renuncia oportuna Guillermo Garcia Machado


La renuncia oportuna
Guillermo Garcia Machado
El último Papa que renunció fue Gregorio XII (1406-1415), que vivió el llamado Cisma de Occidente, el Concilio de Constanza se inició el 4 de noviembre de 1414, bajo la presidencia del antipapa Juan XXIII. Dicho sistema consistió en que los participantes se reunieran por naciones y que en cada uno de estos grupos tuvieran voto no sólo los prelados, sino también los príncipes, los teólogos y los canonistas. Este nuevo sistema supuso la plasmación de la teoría "conciliarista", según la cual el Concilio se encontraba por encima del Papa, y este debía plegarse a las decisiones de aquél. El antipapa Juan XXIII que había convocado el concilio con la intención oculta de conseguir el apoyo de los participantes para ser nombrado único papa legítimo, ante la perspectiva de tener que acatar las decisiones conciliares intentó huir de Constanza, pero interceptado en su huida fue devuelto al concilio y obligado a abdicar el 29 de mayo de 1415. Por su parte el Papa Gregorio XII renunció voluntariamente el 4 de julio mediante una bula en la que además reconocía al concilio, por lo que el concilio de Constanza, convocado por un antipapa, es considerado válido por la Iglesia Católica. El segundo antipapa, Benedicto XIII, se negó en cambio a abdicar por lo que fue depuesto por el propio concilio dos años más tarde, el 26 de julio de 1417; tras lo cual se eligió un nuevo Papa, Martín V que fue reconocido por todos y que supuso el fin del Cisma de Occidente que había dividido la Iglesia durante casi cuarenta años. Cuando llegó al cargo con 78 años, Benedicto XVI ya era el pontífice más viejo elegido en casi 300 años. Hoy tiene 85 años, y en los últimos tiempos ha disminuido considerablemente sus viajes al extranjero y ha limitado sus audiencias. El Papa se traslada hasta el altar de la Basílica de San Pedro en una plataforma móvil para ahorrarse algo más de 90 metros de pasillo, y de vez en cuando utiliza un bastón.  Estar cansado sería un diagnóstico perfectamente normal para un Papa de 85 años de edad, incluso para alguien que no ha experimentado ningún problema de salud grave y todavía tiene una mente ágil. Benedicto XVI reconoció haber sufrido un accidente cerebrovascular hemorrágico en 1991 que afectó temporalmente a su visión, pero luego se recuperó por completo. En 2009, el Papa cayó y sufrió heridas leves cuando se rompió una de sus muñecas mientras estaba de vacaciones en los Alpes. Podemos decir que haciendo abstracción de las bondades que le otorga el ejercicio de su cargo, todo ello para conducir la institución más longeva del planeta, entiéndase: Iglesia Católica, consideró el Sumo Pontífice, no contar con las fuerzas suficientes para enfrentar, por una parte, los problemas propios de una organización humana: fugas de información por parte del personal subalterno, presiones propias de la curia romana, la situación de los curas pederastas, el control de la iglesia en cada uno de los recónditos lugares de la tierra, el manejo de los recursos de la institución, por otra parte asumir con entereza y celeridad  los grandes retos que impone la sociedad contemporánea, y muy especialmente los mil millones de seres que profesan con dignidad la religión católica. Por supuesto que los enemigos de la misma iglesia aprovecharan para magnificar cada uno de los errores reseñados en estos últimos lustros para tratar de destruir la obra de Cristo, expresamente fundada por él, cuya resistencia y perseverancia no ha podido ser medida a través de los siglos, la cual podríamos calificar como indestructible. Mientras todo lo de la renuncia toma su curso normal, el renunciante asume el grado de Emérito, asumiendo un rol de eventual asesor y con dedicación casi exclusiva a la oración. Situación ésta que se mantendrá hasta que el Todo Poderoso lo llame al descanso eterno. El Papa Benedicto XVI tuvo el miércoles una emotiva despedida en su última audiencia general, al decir que comprendía la gravedad de su decisión de convertirse en el primer pontífice en renunciar en casi 600 años, pero que lo había hecho por el bien de la Iglesia Católica. Joseph Ratzinger dijo que tenía mucha fe en el futuro de la actualmente atribulada Iglesia y agregó: "Dí este paso en completa conciencia de su gravedad y rareza, pero también con profunda serenidad". El líder católico sostuvo que no estaba "bajando de la cruz" pese a renunciar a su puesto, sino que permanecerá al servicio de la Iglesia a través de la oración. Pidió a sus fieles que oraran por los cardenales y por el prelado que elegirán para sucederlo. Amar a la Iglesia significó "tener el coraje de tomar elecciones difíciles y angustiosas, siempre teniendo en mente el bien de la Iglesia y no el de uno mismo", sostuvo el Papa.