Sunday, September 28, 2014

La acción Social
Guillermo García Machado
El término que ahora nos ocupa podemos determinar que tiene su origen etimológico en el latín como lo demuestra el hecho de que las dos palabras que lo conforman proceden de la mencionada lengua. Así, en primer lugar, acción es fruto de la suma del vocablo actus, que puede traducirse como “llevado a cabo”, y del sufijo –ción, que es equivalente a “acción y efecto”. En segundo lugar, la palabra social proviene del concepto latino socius que ejerce como sinónimo de “compañero”. El concepto de acción social pertenece al universo de la sociología, que es la ciencia que se dedica al estudio de los grupos sociales. En su significado más amplio, una acción social es aquella que afecta la conducta de otros. El sociólogo Max Weber contempló cuatro tipos de acción social: la tradicional (vinculada a las costumbres), la afectiva (relacionada con las emociones), la racional con arreglo a valores (guiada por una norma moral) y la destinada a obtener un fin racional. Más allá de esta definición, se suele denominar como acción social a los programas y ayudas que, por lo general, son complementarios a las prestaciones asistenciales que brinda el Estado, aunque también existe la acción social estatal. En este sentido, la acción social tiene como principal objetivo satisfacer necesidades básicas que, por distintos motivos, un grupo de la población no puede satisfacer. De esta manera, la acción social puede estar dirigida a promover la educación o repartir alimentos, por ejemplo. Así, por ejemplo, en el caso de Colombia existe un organismo para la acción social denominado Departamento para la Prosperidad Social que tiene como clara misión el conseguir una serie de objetivos específicos que giran en torno a ese principio. Fines estos a lograr tales como el desarrollo de planes de inclusión social, la coordinación y creación de oportunidades para la población pobre, la puesta en marcha de acciones para la protección de los niños y de las familias en situación de vulnerabilidad o desamparo…

En España, por su parte, merece la pena destacar a la Plataforma de ONG de Acción Social que se caracteriza por ser estatal, sin ánimo de lucro, privada y aconfesional. Con su puesta en marcha y su trabajo, la misma lo que pretende es llevar a cabo todo tipo de planes y proyectos con los que se promueva y desarrolle el conjunto de derechos de los ciudadanos que pertenecen a los colectivos más vulnerables. En concreto está conformado este organismo por más de veinte ONG´s. Por otra parte, la acción social también aparece en momentos específicos, frente a catástrofes naturales o situaciones de emergencia. Una provincia que sufre por la sequía puede ser destinataria de la acción social del resto del país. Lo mismo con una nación que se encuentra en guerra y puede recibir la asistencia de sus países vecinos para ayudar a la población civil que se encuentra afectada por el conflicto. En otras palabras, este tipo de acción pretende transformar el estado de las cosas para lograr otro estado con mayor calidad de vida. La acción social persigue el bien común y no busca satisfacer intereses personales. Nos apunta Omar Rodríguez Bello: “La intensificación de las contradicciones del capitalismo, la creciente desigualdad social que favorece a los que detentan el poder y los impopulares ajustes estructurales promovidos por los gobiernos actuales han originado un nuevo ciclo internacional de protestas que se prolongará en el tiempo. Y en este período de movilizaciones, en el que empieza a plantearse tímidamente la cuestión del poder, los movimientos sociales asumen un rol significativo en las luchas específicas que despliegan. Sin embargo, las experiencias históricas demuestran que los objetivos y los propósitos de los frentes y los estallidos sociales se agotan al ser incapaces de articular una respuesta política amplia. En este sentido, mientras los de arriba, las elites políticas y económicas, disfruten y conserven el control de su Estado y de sus organismos, cualquier crisis o situación histórica determinada contraria a los mismos podrá ser estabilizada y reconducida hacia sus intereses.”

Sunday, September 21, 2014

Asamblea Constituyente
Guillermo García Machado

Asamblea, con origen en el vocablo francés assemblée, es una institución que se crea a partir de la convocatoria de un cierto número de individuos que se reúnen para debatir algunos asuntos y tomar una decisión respecto a ellos. Constituyente, por su parte, es un término que se emplea para nombrar a la persona o al objeto (físico o simbólico) que crea, compone o determina alguna cosa. Existen, por lo tanto, diferentes tipos de constituyentes. Se conoce como asamblea constituyente a la institución que se crea específicamente para la creación o la modificación de una Constitución. Cabe destacar que la Constitución, también conocida como Carta Magna, reúne las normas más importantes de un Estado. La asamblea constituyente, cuyos integrantes se conocen simplemente como constituyentes, cuenta con el poder y la facultad para dictar o cambiar estas normas que regirán el funcionamiento del sistema político y social de un territorio. Los constituyentes son elegidos por el pueblo, por lo que una asamblea constituyente es un órgano de la democracia. Suele decirse que la primera asamblea constituyente fue aquella que se desarrolló en Francia en 1789, cuando comenzó la Revolución. Esta Asamblea Nacional Constituyente quedó en la historia no sólo por instituir la Constitución francesa, sino también por eliminar el régimen feudal y por aprobar la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Entre las asambleas constituyentes que se concretaron en los últimos años se encuentran la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela (llevada a cabo en 1999) y la Asamblea Nacional Constituyente de Ecuador (2007).  La Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela de 1999, fue una Asamblea Constituyente creado para redactar una nueva Constitución para Venezuela, pero lo cual también asumió el poder supremo de la república por encima de todos los poderes existentes. La Asamblea fue aprobada por un referéndum en abril de 1999. Se realizaron elecciones para la Asamblea realizadas en Julio de 1999. Tres asientos eran reservados para los delegados indígenas de 131-miembros de la asamblea constitucional, y dos delegados indígenas adicionales ganaron los asientos no reservados en las elecciones de la asamblea. La constitución se endosó después por el referéndum en diciembre de 1999, y las nuevas elecciones presidenciales y parlamentarias se sostuvieron bajo la nueva constitución en julio de 2000. La Asamblea se instaló el 3 agosto con un discurso del diputado del PCV Pedro Ortega Díaz, teniendo la misión de elaborar un Nuevo Ordenamiento Jurídico Nacional que debía encaminar a la nación por los nuevos esquemas de bienestar social, económico y político. Para agilizar el proceso de redacción de la nueva constitución, los constituyentes fueron agrupados en 21 Comisiones Permanentes. El 12 de agosto, la nueva asamblea constitucional votó para darse el poder para abolir las instituciones gubernamentales y despedir a oficiales que fueron percibidos como ser corruptos o sólo operar en sus propios intereses. A sus partidarios, podría obligar reformas que se habían bloqueado durante años por los políticos corruptos y las autoridades judiciales. A sus críticos, era un rebase de poder y una amenaza a la democracia. La fase era fija para una confrontación con el Tribunal Supremo.7 De hecho, Chávez y sus partidarios habían discutido disolver el Tribunal Supremo y el Congreso cada uno de los cuales ellos creyeron para ser controlados completamente por la oligarquía y los antagonistas del movimiento Bolivariano. La asamblea constitucional tenía el poder para realizar tal una acción, y ya había despedido a casi sesenta jueces quienes identificaron por estar envueltos en la corrupción. La nueva constitución incluida mayores garantías para las gentes indígenas y mujeres y estableció los derechos a la educación pública, vivienda, salud y alimentación. Agregaron nuevos derechos al medio ambiente, y aumentó los requisitos para la transparencia gubernamental. Se aumentó el período presidencial de cinco a seis años, permitir a las personas para revocar a presidentes por el referéndum, y agregó un nuevo límite del dos-términos presidenciales. Convirtió la legislatura bicameral que consistió en un Congreso con un Senado y una Cámara de Diputados, en uno unicameral que sólo consistió en una Asamblea Nacional. Como parte de la nueva constitución, el país que estaba entonces oficialmente conocido como la República de Venezuela se renombró la República Bolivariana de Venezuela a la demanda de Chávez, reflejando la ideología del gobierno de Bolivariano por entonces. El resultado fue Constitución de Venezuela vigente fue aprobado por referéndum en diciembre de 1999, con el apoyo de casi 80% de la población.

Sunday, September 14, 2014

El Acoso escolar y el bullying
Guillermo García Machado
Un niño ingresa al aula o salón de clases y comienza a escuchar risas. Al sentarse, advierte que han pegado goma de mascar (chicle) en su silla. Cuando se levanta para limpiarse, le arrojan una tiza que golpea en su cabeza. Un grupo de sus compañeros, mientras tanto, se sigue riendo. Es indudable: el pequeño es víctima de acoso escolar. El acoso es una conducta de hostigamiento que genera una incomodidad en la víctima. Escolar, por otra parte, es un adjetivo asociado a la escuela y a los estudiantes. El acoso escolar, por lo tanto, es la persecución o el acorralamiento que uno o más niños llevan a cabo contra otro u otros dentro del establecimiento educativo. Este tipo de acoso, también denominado bullying (por su nombre en inglés), puede incluir distintas formas de agresión que se mantienen en el tiempo. El maltrato contra la víctima puede ser verbal (con burlas e insultos) o físico (golpes). En cualquier caso, el niño acosado puede sufrir trastornos psicológicos ante la presión y la violencia.
El acoso escolar puede tener lugar en distintos sectores de la escuela, como el salón de clases, el patio, el gimnasio o los pasillos. Es habitual que se desarrolle de manera silenciosa, a la vista de otros compañeros (que suelen ser cómplices o, al menos, indiferentes) pero sin que las autoridades del establecimiento o los padres tomen conocimiento de la situación.
Para tratar esta problemática, que en sus casos más extremos pueden llevar a la víctima al suicidio, se necesita de la intervención de los docentes, las familias y un equipo de psicopedagogos. El bullying suele tener lugar en el aula y en el patio de la escuela. Este tipo de violencia por lo general afecta a niños y niñas de entre 12 y 15 años, aunque puede extenderse a otras edades. Cuando se habla de bullying hay que establecer que los profesionales expertos en la materia tienen muy claro qué perfiles tienen el acosador y el acosado. Así, en el primer caso, estas son las principales señas de identidad que le definen:
 1 )El acosador es alguien que necesita tener el dominio sobre otro para sentirse poderoso y así ser reconocido. 2) Carece de habilidades sociales y no muestra ningún tipo de capacidad de empatía. 3) Por regla general, es alguien que suele tener problemas de violencia en su propio hogar. 4) No tiene capacidad de autocrítica y manipula a su antojo la realidad. En el segundo caso, el del acosado, estas podemos decir que son las características que le suelen identificar: Es alguien sumiso. Tiene baja autoestima y además no posee una personalidad segura. Presenta una incapacidad absoluta para defenderse por sí mismo.  Se trata de una persona muy apegada a su familia y que no tiene autonomía.  Suele presentar algún tipo de diferencia con el resto de sus compañeros de clase en lo que se refiere a raza, religión, físico…
El agresor o acosador molesta a su víctima de distintas maneras, ante el silencio o la complicidad del resto de los compañeros. Es habitual que el conflicto empiece con burlas que se vuelven sistemáticas y que pueden derivar en golpes o agresiones físicas.
Los casos de bullying revelan un abuso de poder. El acosador logra la intimidación del otro chico, que lo percibe como más fuerte, más allá de si esta fortaleza es real o subjetiva. Poco a poco, el niño acosado comienza a experimentar diversas consecuencias psicológicas ante la situación, teniendo temor de asistir a la escuela, mostrándose retraído ante sus compañeros, etc. El bullying se ha convertido en una de las principales preocupaciones que tienen los padres respecto a sus hijos. Por tanto, es importante que aquellos presten atención a signos que pueden indicar que sus vástagos están sufriendo acoso/escolar:
• El adolescente presenta cambios de humor muy bruscos.
• Tiene miedo de ir al colegio y por eso siempre pone excusas para faltar a clase.
• Se produce un importante cambio en lo que es el rendimiento escolar.
• No cuenta nada sobre su día a día en el centro.
Con las nuevas tecnologías, el bullying se ha extendido al hogar de las víctimas, en lo que se conoce como ciberbullying. Los acosadores se encargan de molestar a través de Internet, con correos electrónicos intimidatorios, la difusión de fotografías retocadas, la difamación en redes sociales y hasta la creación de páginas web con contenidos agresivos.


Sunday, September 7, 2014

La verdad bien dicha
Guillermo García Machado

Muy a propósito de la interrelación de un gobierno con su pueblo, traemos a colación un slogan de los años cincuenta (50) donde se ponía de manifiesto que en el mensaje publicitario - la verdad bien dicha- estaba implícita la verdad y su mejor oportunidad para expresarla, a través de los diferentes medios de comunicación de la época, especialmente, la incipiente televisión. Nos llama la atención que las propuestas políticas siempre se hacen – ab initio- durante la campaña electoral, todo ello bajo el rubro de las promesas electorales, siendo que los adeptos se ganan en la medida que el candidato a gobernante se haga más atractivo por lo insinuante de sus propuestas o promesas electorales. Obviamente que el candidato ganador, es decir, quien ejerce el poder gracias al mandato del pueblo le toca poner en marcha su plan de gobierno y ejecutar al pie de la letra cada una de las promesas electorales, las cuales, siempre contienen los correctivos necesarios para corregir las deficiencias del gobernante que estuviera de turno a la época de la confrontación electoral. La democracia latinoamericana tiene casi siempre un ministerio o secretaría encargada de oficializar la información de todos los logros gubernamentales, con el loable propósito de convencer al pueblo que todo marcha sobre rieles y el gobierno en ejercicio ha superado las expectativas en cuanto a hechos y logros que benefician a la comunidad en general. Obviamente que los gobernantes exitosos o simplemente aquellos que convenzan por sus logros y éxitos, tendrán la oportunidad de mantener el apoyo permanente del electorado, quien le corresponderá eventualmente imponer el voto castigo cuando las cosas no marchen adecuadamente o simplemente prevalezca la mentira en el mensaje oficial acerca de los logros y metas alcanzadas. El pueblo que recibe las directrices de sus gobernantes suelen ser tolerantes y muchas veces extra-pacientes en la espera de recibir los beneficios de una gestión política administrativa determinada, no obstante, cuando ello no se produce en el terreno de la realidad surge la frustración colectiva y las distintas manifestaciones de inconformidad y por ende las distintas formas de plantear esa disconformidad en forma pública hasta llegar a la violencia, la cual puede dentro del marco legal quedar plenamente legitimada. Al gobernante serio no le queda otra que decir la verdad de buena manera, aun cuando la misma ponga en evidencia su fracaso como dirigente en ejercicio del noble mandato que le otorgara el pueblo. De lo contrario no nos queda otra que catalogar a ese tipo de mandatario, aquel que mancilla la verdad, la oculta o la altera como un vulgar mentiroso, inescrupuloso, ignorante y farsante. La verdad bien dicha le proporciona al gobernante crear un ambiente de estabilidad social y política lo suficientemente confiable como para poder superar cualquier signo de inestabilidad, teniendo por norte la justicia en la mejor de sus acepciones: “Darle a cada uno lo que es suyo” (Justiniano). Han sido muchos los intentos de desmejorar la verdad con mensajes donde privan planteamientos ideológicos que hacen de la fe ciega el mayor bloqueo a la capacidad humana para discernir y descubrir con sinceridad y dignidad lo que realmente acontece en su entorno individual y mucho más allá en su entorno colectivo, evitando aquella práctica hitleriana de abusar de la mentira, bajo el pretexto malvado, que la misma, cuando se repite se llega a convertir en verdad, así las cosas, ni es verdad, ni está bien dicha, y de ahí que nuestro mensaje siempre estará muy cerca de aquellos principios democráticos que le permita a nuestra sociedad convivir en forma pacífica, descartando de antemano cualquier subterfugio electorero.
La verdad bien dicha
Guillermo García Machado

Muy a propósito de la interrelación de un gobierno con su pueblo, traemos a colación un slogan de los años cincuenta (50) donde se ponía de manifiesto que en el mensaje publicitario - la verdad bien dicha- estaba implícita la verdad y su mejor oportunidad para expresarla, a través de los diferentes medios de comunicación de la época, especialmente, la incipiente televisión. Nos llama la atención que las propuestas políticas siempre se hacen – ab initio- durante la campaña electoral, todo ello bajo el rubro de las promesas electorales, siendo que los adeptos se ganan en la medida que el candidato a gobernante se haga más atractivo por lo insinuante de sus propuestas o promesas electorales. Obviamente que el candidato ganador, es decir, quien ejerce el poder gracias al mandato del pueblo le toca poner en marcha su plan de gobierno y ejecutar al pie de la letra cada una de las promesas electorales, las cuales, siempre contienen los correctivos necesarios para corregir las deficiencias del gobernante que estuviera de turno a la época de la confrontación electoral. La democracia latinoamericana tiene casi siempre un ministerio o secretaría encargada de oficializar la información de todos los logros gubernamentales, con el loable propósito de convencer al pueblo que todo marcha sobre rieles y el gobierno en ejercicio ha superado las expectativas en cuanto a hechos y logros que benefician a la comunidad en general. Obviamente que los gobernantes exitosos o simplemente aquellos que convenzan por sus logros y éxitos, tendrán la oportunidad de mantener el apoyo permanente del electorado, quien le corresponderá eventualmente imponer el voto castigo cuando las cosas no marchen adecuadamente o simplemente prevalezca la mentira en el mensaje oficial acerca de los logros y metas alcanzadas. El pueblo que recibe las directrices de sus gobernantes suelen ser tolerantes y muchas veces extra-pacientes en la espera de recibir los beneficios de una gestión política administrativa determinada, no obstante, cuando ello no se produce en el terreno de la realidad surge la frustración colectiva y las distintas manifestaciones de inconformidad y por ende las distintas formas de plantear esa disconformidad en forma pública hasta llegar a la violencia, la cual puede dentro del marco legal quedar plenamente legitimada. Al gobernante serio no le queda otra que decir la verdad de buena manera, aun cuando la misma ponga en evidencia su fracaso como dirigente en ejercicio del noble mandato que le otorgara el pueblo. De lo contrario no nos queda otra que catalogar a ese tipo de mandatario, aquel que mancilla la verdad, la oculta o la altera como un vulgar mentiroso, inescrupuloso, ignorante y farsante. La verdad bien dicha le proporciona al gobernante crear un ambiente de estabilidad social y política lo suficientemente confiable como para poder superar cualquier signo de inestabilidad, teniendo por norte la justicia en la mejor de sus acepciones: “Darle a cada uno lo que es suyo” (Justiniano). Han sido muchos los intentos de desmejorar la verdad con mensajes donde privan planteamientos ideológicos que hacen de la fe ciega el mayor bloqueo a la capacidad humana para discernir y descubrir con sinceridad y dignidad lo que realmente acontece en su entorno individual y mucho más allá en su entorno colectivo, evitando aquella práctica hitleriana de abusar de la mentira, bajo el pretexto malvado, que la misma, cuando se repite se llega a convertir en verdad, así las cosas, ni es verdad, ni está bien dicha, y de ahí que nuestro mensaje siempre estará muy cerca de aquellos principios democráticos que le permita a nuestra sociedad convivir en forma pacífica, descartando de antemano cualquier subterfugio electorero.