Sunday, September 14, 2014

El Acoso escolar y el bullying
Guillermo García Machado
Un niño ingresa al aula o salón de clases y comienza a escuchar risas. Al sentarse, advierte que han pegado goma de mascar (chicle) en su silla. Cuando se levanta para limpiarse, le arrojan una tiza que golpea en su cabeza. Un grupo de sus compañeros, mientras tanto, se sigue riendo. Es indudable: el pequeño es víctima de acoso escolar. El acoso es una conducta de hostigamiento que genera una incomodidad en la víctima. Escolar, por otra parte, es un adjetivo asociado a la escuela y a los estudiantes. El acoso escolar, por lo tanto, es la persecución o el acorralamiento que uno o más niños llevan a cabo contra otro u otros dentro del establecimiento educativo. Este tipo de acoso, también denominado bullying (por su nombre en inglés), puede incluir distintas formas de agresión que se mantienen en el tiempo. El maltrato contra la víctima puede ser verbal (con burlas e insultos) o físico (golpes). En cualquier caso, el niño acosado puede sufrir trastornos psicológicos ante la presión y la violencia.
El acoso escolar puede tener lugar en distintos sectores de la escuela, como el salón de clases, el patio, el gimnasio o los pasillos. Es habitual que se desarrolle de manera silenciosa, a la vista de otros compañeros (que suelen ser cómplices o, al menos, indiferentes) pero sin que las autoridades del establecimiento o los padres tomen conocimiento de la situación.
Para tratar esta problemática, que en sus casos más extremos pueden llevar a la víctima al suicidio, se necesita de la intervención de los docentes, las familias y un equipo de psicopedagogos. El bullying suele tener lugar en el aula y en el patio de la escuela. Este tipo de violencia por lo general afecta a niños y niñas de entre 12 y 15 años, aunque puede extenderse a otras edades. Cuando se habla de bullying hay que establecer que los profesionales expertos en la materia tienen muy claro qué perfiles tienen el acosador y el acosado. Así, en el primer caso, estas son las principales señas de identidad que le definen:
 1 )El acosador es alguien que necesita tener el dominio sobre otro para sentirse poderoso y así ser reconocido. 2) Carece de habilidades sociales y no muestra ningún tipo de capacidad de empatía. 3) Por regla general, es alguien que suele tener problemas de violencia en su propio hogar. 4) No tiene capacidad de autocrítica y manipula a su antojo la realidad. En el segundo caso, el del acosado, estas podemos decir que son las características que le suelen identificar: Es alguien sumiso. Tiene baja autoestima y además no posee una personalidad segura. Presenta una incapacidad absoluta para defenderse por sí mismo.  Se trata de una persona muy apegada a su familia y que no tiene autonomía.  Suele presentar algún tipo de diferencia con el resto de sus compañeros de clase en lo que se refiere a raza, religión, físico…
El agresor o acosador molesta a su víctima de distintas maneras, ante el silencio o la complicidad del resto de los compañeros. Es habitual que el conflicto empiece con burlas que se vuelven sistemáticas y que pueden derivar en golpes o agresiones físicas.
Los casos de bullying revelan un abuso de poder. El acosador logra la intimidación del otro chico, que lo percibe como más fuerte, más allá de si esta fortaleza es real o subjetiva. Poco a poco, el niño acosado comienza a experimentar diversas consecuencias psicológicas ante la situación, teniendo temor de asistir a la escuela, mostrándose retraído ante sus compañeros, etc. El bullying se ha convertido en una de las principales preocupaciones que tienen los padres respecto a sus hijos. Por tanto, es importante que aquellos presten atención a signos que pueden indicar que sus vástagos están sufriendo acoso/escolar:
• El adolescente presenta cambios de humor muy bruscos.
• Tiene miedo de ir al colegio y por eso siempre pone excusas para faltar a clase.
• Se produce un importante cambio en lo que es el rendimiento escolar.
• No cuenta nada sobre su día a día en el centro.
Con las nuevas tecnologías, el bullying se ha extendido al hogar de las víctimas, en lo que se conoce como ciberbullying. Los acosadores se encargan de molestar a través de Internet, con correos electrónicos intimidatorios, la difusión de fotografías retocadas, la difamación en redes sociales y hasta la creación de páginas web con contenidos agresivos.


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