País-Nación-República-Estado
Guillermo García
Machado
En Latinoamérica existen diversas manifestaciones, con
o sin asidero filosófico, que pretenden usar la simple simbología para impactar
a un pueblo que definitivamente e independientemente de su patriotismo, no
pareciera tener muy claro el alcance y contenido de conceptos tan fundamentales, como:
País-Nación-República-Estado. El concepto de Nación es relativamente nuevo. Por
mucho tiempo, los diversos grupos humanos han asumido formas organizativas muy
distintas de las que hoy conocemos. En Latinoamérica la palabra “Nación” genera
miedos, deseos o polémicas. Este concepto de Nación surgió durante la
Revolución Francesa, se consolidó en el siglo XIX en Europa y América y en el
siglo XX en Asia, África y Oceanía.
Nación se refiere a nacer. Quizá por ello la descripción más conocida es la que
acuñaron las ciencias sociales sobre esta organización humana: es una comunidad
de origen, cultura, religión y costumbres. Concepción que ha conducido a
nacionalismos extremos que excluyen a quienes tienen otro origen étnico y
exacerban con consecuencias funestas, las diferencias, los conflictos
interraciales y económicos. Hay naciones que se han desarrollado con habitantes
de un mismo Estado y por ello se tiende a identificar ambos términos. Así, por
ejemplo, se habla indistintamente del Estado
y de la Nación. Pero en el
interior del Estado conviven diferentes grupos sociales, resultado de la
inmigración y de la propia diversidad cultural de la población. Los términos Estado y
Nación no significan lo mismo. Estado es una entidad política y
administrativa; el concepto de Nación
hace referencia al sentimiento de pertenencia a una comunidad, por razones
históricas, étnicas, lingüísticas o religiosas. Sus partes constitutivas son el
idioma, la historia común, el territorio habitado o abarcado, la memoria y la
conciencia nacional o de identidad que se concretan en la disposición por los
mismos propósitos y valores. Podría decirse que la
palabra país, que proviene en forma directa del francés pays, no tiene una definición propia o exclusiva. El
término se utiliza como el sinónimo más usual de Estado nación. Incluso la Real Academia
Española apela a otros conceptos para
definirlo, al decir que un país es una nación, una región o
un territorio. Un país es, por lo tanto, una determinada
área geográfica y
una entidad políticamente independiente,
que cuenta con su propio gobierno, administración, leyes, fuerzas
de seguridad y,
por su puesto, población. De
todas formas, un Estado puede estar formado por distintos
países o naciones, como España (con el País
Vasco y Cataluña,
por ejemplo). Proviene la palabra
República de los vocablos latinos “res” (cosa) pública. Es un sistema político
caracterizado por poseer los ciudadanos el manejo del estado o cosa pública. Si
bien se usa esta palabra muchas veces como sinónimo de país o estado, no
todo estado merece tener el carácter de
republicano. Los romanos establecieron un tipo de gobierno republicano como segunda etapa de su régimen político, en el período
comprendido entre la monarquía
y el imperio, que se extendió desde el 509 a. C hasta el 27 a. C. y que se
caracterizó por poseer magistraturas periódicas (la mayoría, salvo las
extraordinarias, duraban un año) gratuitas, colegiadas responsables, y electivas. Los
magistrados ordinarios eran elegidos por la Asamblea del Pueblo que se reunía
en los comicios centuriados o tribados, o en concilios de la plebe. Los
magistrados se completaban para el ejercicio del resto de los cargos políticos
con el senado y los comicios. En el siglo XVIII, Montesquieu definió al
gobierno republicano como aquel en el cual la soberanía reside en el pueblo, o en una parte de
él, y quienes ejercen el poder lo hacen en forma limitada por la división de poderes estatales. No debe ser el
mismo poder el que hace la ley y el que la aplica, para evitar el despotismo.
La Revolución Francesa de 1789,
luchó para lograr esta forma de gobierno, oponiéndose al absolutismo monárquico.