Sunday, July 26, 2015

Acento Prosódico versus Ortográfico
Guillermo García Machado
Acento, cuyo origen etimológico se encuentra en el vocablo latino accentus, es un término que puede emplearse para nombrar a la energía que se aplica al pronunciar una sílaba, con el objetivo de diferenciarla del resto por su tono o intensidad. Prosódico, por su parte, es aquello vinculado a la prosodia (la rama de la gramática que instruye sobre la acentuación y la pronunciación correctas).

El acento prosódico es el relieve que se realiza en la pronunciación. Cuando este relieve se indica en la escritura de las palabras a través de la tilde (una línea oblicua que desciende desde la derecha hacia la izquierda), se habla de acento ortográfico.
Como se puede advertir, el acento prosódico es aquel que se aplica en la pronunciación, mientras que el acento ortográfico se plasma a través de la tilde. La sílaba que se acentúa, por otro lado, se denomina sílaba tónica.
Tomemos el caso de la palabra “perro”. Se trata de una palabra de dos sílabas: pe – rro. La sílaba tónica es pe: sobre ella recae el acento prosódico. “Perro”, de este modo, es una palabra acentuada en la anteúltima sílaba, que finaliza con una letra vocal. Las reglas ortográficas de la lengua castellana indican que, en estos casos, no se utiliza la tilde.
La palabra “pasión” también tiene dos sílabas: pa – sión. Su sílaba tónica es sión pero, en este caso, más allá del acento prosódico, también lleva acento ortográfico (tilde). Esto se debe a que la acentuación se encuentra en la última sílaba y la palabra termina en N: de acuerdo a las reglas de la ortografía, dichas palabras llevan tilde para marcar el acento.
SI USAS EL SISTEMA OPERATIVO DE WINDOWS:
Para escribir (ü, é, á, í, ó, ú, ñ, Ñ, ¿, ¡) mantén presionada la tecla “ALT” en una PC o la tecla “option” en la MAC, después ingresa el número que se indica en cada letra usando el teclado de la izquierda.
·        ALT + 129 = ü
·        ALT + 130 = é
·        ALT + 160 = á
·        ALT + 161 = í
·        ALT + 162 = ó
·        ALT + 163 = ú
·        ALT + 164 = ñ
·        ALT + 0193 = Á
·        ALT + 0201 = É
·        ALT + 0205 = Í
·        ALT + 0211 = Ó
·        ALT + 0218 = Ú
·        ALT + 0220 = Ü
·        ALT + 165 = Ñ
·        ALT + 168 = ¿
·        ALT + 173 = ¡
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Sunday, July 19, 2015

El Abandono Escolar
Guillermo García Machado
El abandono es el acto y el resultado de abandonar: dejar algo, alejarse de él. Escolar, por su parte, es aquello vinculado a la escuela (el centro educativo donde se brinda instrucción). La noción de abandono escolar, de este modo, refiere al alejamiento de un alumno de una institución educativa antes de la finalización de la etapa que estaba cursando. Dicho de otro modo: cuando un estudiante deja de asistir a la escuela pese a que todavía no completó su formación, está incurriendo en el abandono escolar.
El abandono escolar es un problema social. Aquellas personas que no completan la formación obligatoria que fija el Estado no cuentan con los conocimientos necesarios para insertarse con éxito en el mercado laboral. De este modo, solo pueden aspirar a conseguir empleos informales o precarios, sin posibilidad de progreso. Puede decirse que estos individuos se encuentran en desventaja ante aquellos que sí completaron sus estudios escolares.
Para los niños, el acceso a la educación es un derecho. Por eso el abandono escolar convierte al niño en una víctima. Por otra parte, debido a la obligatoriedad de la escolaridad, los padres que permiten que un menor abandone la escuela son responsables de esta circunstancia.
Por lo general, el abandono escolar está relacionado a otras problemáticas sociales. Hay padres que, ante la falta de dinero, no pueden enviar al niño a la escuela ya que no logran solventar los gastos de traslado, alimentación, material de estudio, etc. A su vez, la necesidad de generar ingresos lleva a los adultos a hacer trabajar a los niños. Así se produce el abandono escolar. Para evitar esto, el Estado debe garantizar que la familia acceda a los recursos materiales necesarios para su subsistencia y para que el menor pueda completar sus estudios.
Traemos a colación lo tratado por Wikipedia, la cual nos ilustra, como sigue: El abandono escolar temprano es un indicador educativo de la Unión Europea, empleado para evaluar el desempeño de los países miembros en educación. Se entiende como abandono educativo temprano al hecho de alcanzar al menos un nivel CINE 3 y no estar cursando estudios, ya sean reglados o no reglados. Por ejemplo, en España estarían en abandono educativo temprano aquellas personas que tras finalizar satisfactoriamente la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) no continúan sus estudios, ya sea en Bachillerato, Formación Profesional o cualquier curso de formación no reglada. La tasa se calcula para las personas entre 18 y 24 años de edad.
Es un concepto más reciente que el de fracaso escolar, con el que se tiende a confundir. La Unión Europea lo emplea para comparar la formación de los jóvenes de los países miembros, como forma de aproximarse a su futuro capital humano. En la "Agenda de Lisboa"1 se fijó una serie de objetivos en diversos terrenos sociales. En educación, uno de los objetivos es lograr que el promedio de abandono escolar temprano de los países miembros fuese del 10% en 2010, es decir que el 90% de los jóvenes, entre 18 y 24 años esté cursando o tenga estudios superiores a los mínimos obligatorios. Como no se cumplió, el objetivo se repite para 2020, en la Agenda de Madrid.

En los países latinoamericanos el abandono escolar temprano recibe el nombre de deserción escolar.

Sunday, July 12, 2015

Identidad Nacional
Guillermo García Machado

Identidad es una palabra de origen latino (identitas) que permite hacer referencia al conjunto de rasgos propios de un sujeto o de una comunidad. Estas características diferencian a un individuo o a un grupo de los demás. La identidad también está vinculada a la conciencia que una persona tiene sobre sí misma. La identidad nacional, por su parte, es una condición social, cultural y espacial; se trata de rasgos que tienen una relación con un entorno político ya que, por lo general, las naciones están asociadas a un Estado (aunque no siempre sea así).
La nacionalidad es un concepto cercano a la identidad nacional. Las personas que nacen en Brasil, por ejemplo, son de nacionalidad brasileña y tienen documentos legales que acreditan dicha condición. Estos individuos, por lo tanto, tiene identidad brasileña.
Sin embargo, el aspecto más simbólico de la noción puede variar en cada caso. Una persona que nace en Brasil (tiene nacionalidad brasileña) y a los cinco años de edad se marcha al exterior, puede perder o descuidar, con el paso del tiempo, su identidad nacional. Si dicho sujeto, después de pasar sus primeros cinco años de vida en Brasil, vive los cuarenta años siguientes en Australia, sin regresar nunca a su tierra natal, es probable que mantenga su nacionalidad desde el punto de vista jurídico, pero no su identidad social o cultural.
En otros casos, la identidad nacional puede existir sin que esté certificada por un documento legal. Los gitanos pueden hablar de identidad nacional pese a que su nación no cuenta con un territorio propio o un Estado que los ampare como colectivo social. Un hombre, por lo tanto, puede tener nacionalidad española o de cualquier otro país e identidad gitana.
Retomando el concepto puro de identidad, es importante resaltar que uno de sus matices fundamentales es la visión que una persona tiene sobre sus propias características, cómo cree que los demás la perciben cuando la ven, cuando la escuchan, cuando tratan con ella. Es justamente este aspecto tan personal, tan privado, el que afecta de manera incuestionable la rigidez de la identidad nacional; ni siquiera es necesario haber vivido en un país para sentirse parte del mismo, aunque esto no se dé muy frecuentemente. Si bien el intercambio cultural ha tenido lugar desde hace cientos de años, como se puede comprobar investigando acerca de la vida de escritores y compositores, los avances tecnológicos en el ámbito de las comunicaciones facilitan cada vez más el acercamiento a otras tierras sin necesidad de moverse de la propia. Internet nos permite aprender de una forma que hace tan sólo unos años tan sólo la ciencia ficción podía describir, y esto repercute en una riqueza que debilita cada vez más las cadenas que separan a una nación de otra.
Para quienes han nacido en la era de la televisión, palabras de origen extranjero como “stop” o “play” nunca fueron extrañas; del mismo modo, han sabido incorporar “email”, “Internet” y “streaming”, entre tantos otros términos, para adaptarse a las crecientes posibilidades que ofrece la tecnología. Algo similar ocurre con los géneros musicales: una pareja de japoneses bailando tango en un teatro de Kyoto resulta tan común como un español interpretando un rap escrito por él mismo, en su propio idioma.
¿Cuánto queda de identidad nacional en estos últimos dos ejemplos? Si se toma en cuenta la cantidad de horas necesarias para entrenarse en una disciplina como el baile o el canto, en el caso de una persona que dedica su vida a estudiar un estilo creado a miles de kilómetros de su hogar, en otra época, con un contexto sociocultural absolutamente diferente y en otro idioma, seguramente dichas personas no tengan mucho tiempo disponible para la danza nenbutsu o el cante jondo. La pregunta es, por lo tanto, si es necesaria, o positiva, la identidad nacional.


Sunday, July 5, 2015

Dependencia Económica
Guillermo García Machado
La razón de dependencia es importante para el desarrollo del presupuesto público, ya que diversos gastos sociales (como las jubilaciones) dependen de dicha tasa. A mayor tasa, mayor carga para la población activa. Se debe entender por dependencia económica una situación en la cual la economía de determinados países está condicionada por el desarrollo y la expan­sión de otra economía, a la que están sometidas las primeras. La relación de interdependencia entre dos o más países, y entre éstos y el comer­cio mundial, toma la forma de dependencia cuando algunas naciones (las dominantes) pue­den expandirse y ser auto generadoras, en tanto que otras naciones (las dependientes) sólo pue­den hacerlo como reflejo de esa expansión, la cual puede tener un efecto negativo o positivo sobre su desarrollo inmediato. El concepto de dependencia nos permite ver la situación interna de estos países como parte de la economía mundial. Con la globalización, se ha generado un proceso de expansión de los centros económicamente poderosos y es entonces cuando más necesario es exponer una teoría del desarrollo interno en aquellos países que son objeto de dicha expansión y están gobernados por ella. Avanzar en esta dirección teórica significa trascender la teoría del desarrollo que busca explicar la situación de los países subdesarrollados como consecuencia de su lentitud o de su fracaso en la adopción de patrones de eficiencia característicos de los países desarro­llados y que, si bien admite la existencia de una dependencia "externa", es incapaz de advertir el subdesarrollo como consecuen­cia y parte del proceso de expansión mundial del capitalismo, parte necesaria e integralmente ligada a ese proceso. Cuando se analiza el proceso de constitución de una economía mundial que integra a las lla­madas economías nacionales en un mercado mundial de mercancías, capital y fuerza de trabajo, se ve que las relaciones producidas por este mercado, son desiguales y combinadas. 
Son desiguales porque el desarrollo de algunas par­tes del sistema se produce a expensas de otras partes. Las relaciones comerciales se basan so­bre el control monopólico del mercado, que conduce a la transferencia del excedente de los países dependientes hacia los países dominan­tes; las relaciones financieras se basan sobre empréstitos y exportación de capital realizados por los poderes dominantes, lo cual les permite recibir intereses y beneficios, incrementándose de esta manera su excedente nacional y refor­zándose su control sobre las economías de los otros países. Para los países dependientes es­tas relaciones significan una exportación de be­neficios e intereses que llevan consigo parte del excedente generado dentro del ámbito de sus fronteras y les hace perder el control de sus recursos productivos.
Son combinadas porque, para permitir estas rela­ciones desventajosas, los países dependientes deben generar grandes excedentes, no por me­dio de la creación de un nivel tecnológico más alto, sino más bien explotando al máximo su fuerza de trabajo. Se conoce como razón de dependencia al vínculo que existe en la cantidad de personas que no se encuentran activas en lo referente a la producción y la cantidad de individuos productivos. La noción de dependencia se vincula a que los primeros “dependen” de los recursos generados por los segundos. Lo habitual es que esta tasa se calcule en base a la edad: los adultos mayores, ya jubilados, no forman parte del mercado laboral y, por lo tanto, no son productivos en términos económicos. Lo mismo ocurre con los niños. El resto de las personas, en teoría, son productivas.
Esta simplificación, por supuesto, deja de lado a una gran cantidad de sujetos que, pese a tener la edad apropiada para desempeñarse laboralmente, no trabaja y, por lo tanto, no produce recursos económicos.
Para calcular la razón de dependencia, es necesario dividir el número de individuos que no se encuentra en edad productiva (lo habitual es considerar a los menores de 15 años y mayores de 65) por el número de individuos productivos (aquellos que tienen entre 15 y 65 años).
Por ejemplo: si en una ciudad de 5.000 habitantes1.200 personas tienen entre 0 y 14 o 66 años o más, y 3.800 personas tienen entre 15 y 65 años, la razón de dependencia será 0,31. Es habitual que dicha razón se multiplique por 100 y se exprese como porcentaje. En este caso, podría decirse que 31 de cada 100 personas es dependiente.