Dependencia Económica
Guillermo García Machado
La razón de dependencia es importante para el desarrollo del presupuesto
público, ya que diversos gastos sociales (como las jubilaciones)
dependen de dicha tasa. A mayor tasa, mayor carga para la población activa. Se debe entender
por dependencia económica una situación en la cual la economía de determinados
países está condicionada por el desarrollo y la expansión de otra economía, a
la que están sometidas las primeras. La relación de interdependencia entre dos
o más países, y entre éstos y el comercio mundial, toma la forma de
dependencia cuando algunas naciones (las dominantes) pueden expandirse y ser auto
generadoras, en tanto que otras naciones (las dependientes) sólo pueden
hacerlo como reflejo de esa expansión, la cual puede tener un efecto negativo o
positivo sobre su desarrollo inmediato. El concepto de dependencia nos permite
ver la situación interna de estos países como parte de la economía mundial. Con
la globalización, se ha generado un proceso de expansión de los centros
económicamente poderosos y es entonces cuando más necesario es exponer una
teoría del desarrollo interno en aquellos países que son objeto de dicha
expansión y están gobernados por ella. Avanzar en esta dirección teórica
significa trascender la teoría del desarrollo que busca explicar la situación
de los países subdesarrollados como consecuencia de su lentitud o de su fracaso
en la adopción de patrones de eficiencia característicos de los países desarrollados
y que, si bien admite la existencia de una dependencia "externa", es
incapaz de advertir el subdesarrollo como consecuencia y parte del proceso de
expansión mundial del capitalismo, parte necesaria e integralmente ligada a ese
proceso. Cuando se analiza el proceso de constitución de una economía
mundial que integra a las llamadas economías nacionales en un mercado mundial
de mercancías, capital y fuerza de trabajo, se ve que las relaciones producidas
por este mercado, son desiguales y combinadas.
Son desiguales porque el desarrollo de algunas partes del sistema se
produce a expensas de otras partes. Las relaciones comerciales se basan sobre
el control monopólico del mercado, que conduce a la transferencia del excedente
de los países dependientes hacia los países dominantes; las relaciones
financieras se basan sobre empréstitos y exportación de capital realizados por
los poderes dominantes, lo cual les permite recibir intereses y beneficios,
incrementándose de esta manera su excedente nacional y reforzándose su control
sobre las economías de los otros países. Para los países dependientes estas
relaciones significan una exportación de beneficios e intereses que llevan
consigo parte del excedente generado dentro del ámbito de sus fronteras y les
hace perder el control de sus recursos productivos.
Son combinadas porque, para permitir estas relaciones desventajosas,
los países dependientes deben generar grandes excedentes, no por medio de la
creación de un nivel tecnológico más alto, sino más bien explotando al máximo
su fuerza de trabajo. Se conoce como razón de dependencia al vínculo que existe en la cantidad de
personas que no se encuentran activas en lo referente a la producción y la cantidad de individuos productivos. La
noción de dependencia se vincula a que los primeros “dependen” de los recursos generados por los segundos. Lo
habitual es que esta tasa se
calcule en base a la edad: los adultos mayores, ya jubilados, no forman parte
del mercado laboral y, por lo tanto, no son productivos en términos económicos.
Lo mismo ocurre con los niños. El resto de las personas, en teoría, son productivas.
Esta simplificación, por supuesto, deja de lado a una gran cantidad de
sujetos que, pese a tener la edad apropiada para desempeñarse laboralmente, no
trabaja y, por lo tanto, no produce recursos
económicos.
Para calcular la razón de dependencia, es necesario dividir el número de individuos
que no se encuentra en edad productiva (lo habitual es considerar a los menores
de 15 años y mayores de 65) por el número de individuos productivos (aquellos
que tienen entre 15 y 65 años).
Por ejemplo: si en una ciudad de 5.000
habitantes, 1.200 personas tienen
entre 0 y 14 o 66 años o más, y 3.800
personas tienen entre 15 y 65 años, la razón de dependencia será 0,31. Es habitual que dicha razón
se multiplique por 100 y se exprese como porcentaje. En este caso, podría
decirse que 31 de cada 100 personas es dependiente.
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