Inmigración
Guillermo García Machado
Mucha paciencia hay que
tener para dejar el terruño propio, por otro enteramente desconocido, así se
plantea la alternativa a quien por razones personales, económicas, culturales,
sociales, religiosas, o cualquier otra, debe o simplemente emprende la aventura
incierta del inmigrante. Tenemos que la inmigración es la acción
y efecto de inmigrar. Este término hace referencia a la persona que
llega a otro país para
residir en él, generalmente por motivos económicos, políticos o académicos. En
otras palabras, entre los objetivos que más comúnmente persiguen quienes se
marchan de su país para radicarse en uno extranjero se encuentran la intención
de conseguir un mejor trabajo, de escapar de la persecución en su tierra natal
o de estudiar en una escuela o universidad de prestigio. El concepto
complementario de inmigración es emigración;
ambas se pueden aplicar a la misma situación, aunque con distinta perspectiva.
Cuando un sujeto es inmigrante, necesariamente ha debido ser emigrante en
primer lugar. Por ejemplo: si Richard abandona
los Estados Unidos para
radicarse en Chile, es un
emigrante de Estados Unidos y
un inmigrante en Chile. Los procesos
migratorios han existido a lo largo de gran parte de la historia
humana. Cabe señalar que suelen ser especialmente numerosos en países que se
encuentran atravesando momentos de crisis, ya que una importante porción de sus
habitantes busca trasladarse a otro país en busca de una mejor calidad de vida.
En la actualidad, la globalización es un fenómeno social que
facilita la inmigración, gracias al desarrollo de los medios de transporte y la
liberalización de las fronteras. La inmigración, de todas formas, suele ser criticada por ciertos
sectores sociales del país de acogida. Hay quienes encuentran en los
inmigrantes a los responsables de los problemas económicos y sociales, aunque las estadísticas muestran que
estas personas aportan, con su trabajo y contribuciones, más recursos que los
que consumen. Esto no impide, sin embargo, que muchos inmigrantes sufran
la discriminación. El desprecio a los
inmigrantes representa un problema muy
grave y que suele pasar desapercibido, dado que en
muchos países es parte de la herencia cultural que sobrevive generación a generación. Se
trata de un fenómeno muy particular y selectivo: no recibe el mismo grado de
discriminación un portero que un médico, aunque ambos provengan del mismo país
extranjero. Esto no quiere decir, por otro lado, que llegado el
momento de la verdad el segundo sea considerado como un par de
cualquier individuo de su nueva tierra, sin importar la clase social o el nivel
intelectual. Sobra decir que esto no ocurre
siempre, sino que se da en personas con una
profunda pobreza cultural, sin las herramientas necesarias para analizar
la realidad por ellas mismas y sacar sus propias conclusiones. Sin embargo,
cuando se habla de desprecio, resulta siempre interesante observar las
reacciones de las personas aparentemente tolerantes en
momentos de ira; es durante un
ataque de furia que los seres humanos dejamos salir esas ideas que procuramos
ocultar en el fondo de nuestra mente. Independientemente de cuán genuinos creamos que son nuestros
sentimientos, luchamos constantemente contra ideas que se encuentran arraigadas
en lo más profundo de nuestro ser; nuestras raíces suelen estar colmadas de
principios con los que no estamos de acuerdo, pero que continúan con nosotros
durante el resto de nuestra vida, como un par de zapatos viejos
que no nos atrevemos a desechar, pero que de ninguna manera
usaríamos. En ese rincón oscuro se encuentra el odio que aseguramos no sentir
y, en medio de una discusión fuerte, puede exteriorizarse y causar una honda
desilusión y un daño irreparable en alguien que confíe en nosotros. Por otro
lado, la inmigración ha sido responsable del enriquecimiento de diversas naciones a lo largo de la historia. Al día
de hoy, este fenómeno se extiende a todo el mundo, gracias a los avances en la
comunicación, que nos permiten aprender de las experiencias de los valientes
individuos que dejan atrás su país, sus costumbres, a sus amigos y familiares
para comenzar de nuevo.