UTOPÍA
El concepto de utopía (también reconocido sin tilde,
es decir, como utopia)
fue impulsado por primera vez, según dicen los expertos en cuestiones
lingüísticas, por Tomás Moro. Esta palabra se ha formado a partir de dos
neologismos griegos: outopia (formado
por ou –«ningún»– y topos –«lugar»-)
y eutopia (euque, en español, se traduce como «buen»), esto permitiría explicar el
término utópico como «lo que no está en ningún lugar»
Moro optó por nombrar “Utopía” a una obra que redactó en latín
alrededor de 1516. De
acuerdo a distintos historiadores, el escritor y humanista inglés (proclamado
santo por la Iglesia Católica en 1935) quedó impactado por las narraciones
de Américo Vespucio sobre la isla de Fernando de Noronha, avistada por los
europeos en 1503.
Fue entonces cuando Moro decidió
plasmar descripciones sobre un sitio nuevo y puro donde podría llegar a
desarrollarse una sociedad perfecta.
La sociedad utópica de Moro estaba estructurada de modo racional. Todos los ciudadanos vivían
en casas idénticas y la propiedad de los bienes era comunitaria. Los habitantes
dedicaban su tiempo libre a la lectura y el arte, y no eran enviados a la guerra salvo en
situaciones extremas. Así, esta sociedad vivía en paz y con una plena armonía de intereses.
La aceptación actual de la palabra
utopía permite hacer referencia a un proyecto,
emprendimiento, sistema optimista, acción futura, plan o doctrina que,
en un primer momento, parece ser imposible de concretar o cumplir.
Dicho de otra forma se entiende por
utopía una idea de sociedad perfecta, donde reina la armonía y la convivencia y
cuyos aspectos políticos, económicos y
sociales están equilibrados y permiten que toda la
comunidad pueda disfrutar de una vida apacible gracias a formar parte de un
sistema absolutamente ideal.
Puede hablarse de utopías económicas cuando se anima a
erradicar la existencia del dinero y donde los ciudadanos se dedicarían sólo a
los trabajos que más les agradan y que se orientan al
bien común. Otras utopías existentes son las
ecologistas y las políticas (que anhelan la paz mundial).
Tema aparte sería descubrir la utopías en el mundo religioso.
Por último cabe resaltar que suele
utilizarse el término utópico para nombrar algo que se considera altamente deseable pero imposible de alcanzar,
y utopía para mencionar ideas revolucionarias pero impracticables en esta
realidad y en ninguna donde el ser humano sea parte. Parece ser algo intrínseco
en la humanidad el desequilibrio social y los conflictos, sin embargo desde
siempre se busca la forma de cambiar esta situación negativa sin resultados
positivos.