Sunday, September 15, 2013

Guerra o Mediación? Guillermo García Machado

Guerra o Mediación?
Guillermo García Machado

El origen histórico de la resolución de conflictos se remonta al origen mismo de la humanidad, comienza con la existencia de, por lo menos, tres personas en el mundo. Por lo que su génesis es la de la vida en comunidad. Existen fragmentos filosóficos presocrático, como los de Heráclito y Aristóteles donde se ha traducido que el "conflicto es el promotor del cambio y a su vez es consecuencia de este. " y simplemente se necesitan dos seres, ya que el conflicto se caracteriza por la dualidad adversario – adversario. En la actualidad se acepta que los conflictos son de naturaleza humana, ya que en la naturaleza no existen conflictos. Igualmente, un conflicto puede existir entre opciones de una misma persona (conflicto interno) y no necesariamente entre dos adversarios distintos (conflicto externo). Tras la II Guerra Mundial se dio un gran impulso al estudio del fenómeno antropológico, social económico y político de la guerra, y se fueron modelando distintas teorías que tienen entre uno de sus capítulos la “intervención de terceros". Estos dieron paso a la llamada mediación/transformación/resolución de conflictos como la participación de una tercera persona que promueva la conciliación y el acuerdo auto determinado por las partes en desavenencia. La negociación luce como el único remedio que acabará la guerra civil siria. De por sí las diferencias políticas detonaron ese conflicto en marzo de 2011. Ninguno de los bloques que apoya a cada uno de los bandos enfrentados aceptará que el enemigo alcance una victoria, por lo que un incremento de la ayuda militar a un bando hará que el otro obtenga más, lo que sin duda escalará el conflicto. Los temores y riesgos ante una conflagración regional por posibles represalias sobrepasan cualquier optimismo, pero el problema sigue siendo que las partes no coinciden en las exigencias. La solución a la guerra, o el atolladero para otros, pasa por el futuro del presidente sirio Bashar al Assad. Por un lado, Rusia y China vienen vetando sanciones y exigencias a Siria en el Consejo de Seguridad de la ONU desde 2011. Una oposición desorganizada exige la capitulación del régimen, que rechaza esto, mientras el ala militar disidente busca un "equilibrio bélico". Las potencias occidentales y las monarquías del Golfo no logran consenso para acordar quiénes pueden o no sentarse a dialogar. Lo seguro es que excluyen a Irán, aliado de Siria. Antes del ataque químico cerca de Damasco, el 21 de agosto pasado, Rusia y EEUU se alistaban para discutir los puntos de la II Conferencia de Ginebra en pro de una "salida negociada" a la guerra civil cuyo saldo de 100 mil muertos empañó la aclamada "primavera árabe". "Ginebra II" es la segunda parte de la primera conferencia de paz para Siria que se celebró en junio de 2012. En ella se acordó un Gobierno de transición, incluyendo a los miembros del gabinete de Al Assad y la oposición, un elemento que Damasco sí aceptó pero a condición (implícita) de detentar el poder en una nación en el que esa dinastía se acentuó a merced de fuerza. Los diferentes grupos que conforman esa disidencia condicionan negociar argumentado que solo aceptarán una rendición incondicional del régimen, mientras que Al Assad defiende que él es "la única" figura legítima, inconsistencias que frenan el proceso. Lo esencial es que la creación de ese Gobierno transitorio implicaría el inicio de un diálogo nacional que daría paso a una nueva Constitución y sistema judicial con mayor participación política. Los esfuerzos para frenar la violencia culminaron en el plan de paz que el ahora ex enviado especial de la ONU y la Liga Árabe al país, Kofi Annan, presentó en marzo de 2012. Ese plan ha fracasado por completo hasta ahora. Exigía, entre otras cosas, la retirada de las tropas de los centros de población, la liberación de presos, y la libertad de movimiento. El fin de la crisis implica catalizar los factores que la alimentaron. El objetivo final de EEUU en su iniciativa es detener la influencia de Irán mediante la caída de Al Assad, y el de Moscú es el de mantener su influencia con su aliado. El exceso de condiciones luce peligrosa para ambos bandos. 

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