Sunday, December 30, 2012


Como salir de la crisis……….económica
Guillermo García Machado
En realidad, la respuesta es bastante fácil. Pero ello implica romper con el modelo neoliberal que nos llevó a la crisis y nos mantiene en ella. Se tiene que hacer un cambio en el pensamiento económico semejante al que ocurrió a finales de los setenta y en los ochenta pero en sentido contrario. Y ello no ocurrirá a no ser que haya un cambio de las relaciones de poder de clase en estas sociedades. El conocimiento económico hegemónico es siempre el que beneficia a las clases dominantes. El neoliberalismo es el pensamiento del capital, hegemonizado por el capital financiero. Es necesario establecer un pensamiento económico que represente los intereses del mundo del trabajo, que son los de la mayoría de la población. Tal pensamiento tiene que ser la génesis de políticas públicas que reviertan las políticas neoliberales. Así, en lugar de aumentar la regresividad fiscal y disminuir los impuestos, hay que aumentar los impuestos de los sectores que se han beneficiado más de los recortes impositivos regresivos durante estos últimos treinta años (en España, de una manera muy notable, en los últimos quince años). Es más, los ingresos al estado deberían depender menos de las rentas del trabajo y más de las rentas del capital. Debería terminarse la discriminación impositiva de manera que todas las rentas y todas las propiedades deberían grabarse por igual, independientemente de su origen. Por otro lado, los ingresos al estado deberían alcanzar los niveles de los países nórdicos a fin de desarrollar un elevado estado del bienestar. Si España obtuviera los mismos ingresos al estado que, por ejemplo Suecia, el estado español ingresaría 200.000 millones de euros más de los que ingresa ahora. Los neoliberales publicarían informes señalando que tal carga impositiva deprimiría la economía, pues disminuiría la demanda. Tal argumento ignora que la mayoría de la carga impositiva caería en el 20% de renta superior del país que ahorra (y especula) más que consume. Es más, el estado debería gastar los fondos adquiridos de estos impuestos en crear puestos de trabajo y con ello estimular la demanda. Si España tuviera el mismo porcentaje de la población adulta en los servicios públicos del estado del bienestar que tiene, por ejemplo, Suecia (24%, versus 9% en España), España crearía cerca de cinco millones de puestos de trabajo eliminando el desempleo. Se alcanzaría pleno empleo además de corregir el retraso del estado del bienestar español (que treinta años después de democracia continúa a la cola de la UE-15 en gasto público social por habitante y en porcentaje de la población adulta que trabaja en el estado del bienestar). Un segundo cambio sería el establecimiento de bancas públicas tanto a nivel central como autonómico e incluso municipal que garantizara el crédito. Por otra parte, las ayudas a la banca privada se condicionarían a la garantía de disponibilidad de crédito, acentuando más la ayuda al usuario del crédito que a las instituciones crediticias. La banca en España está excesivamente protegida y el usuario poco protegido. Se permitiría que el ciudadano en bancarrota finalizara la hipoteca cuando dejara el piso, absorbiendo la banca las pérdidas en sus inversiones. La deuda con los bancos extranjeros y nacionales se redefiniría, exigiendo que la banca absorbiera las pérdidas por sus inversiones fallidas. Lejos de despolitizar las cajas, estas deberían convertirse en bancas públicas bajo dirección política. La provisión de crédito sería una función política y social, mediante propiedad y/o regulación pública. La única manera de eliminar el déficit es a base del crecimiento económico como bien recordó el ex presidente Lula al gobierno socialista portugués (al cual aconsejó no seguir los consejos del FMI que habían hecho mucho daño a Brasil). Tal crecimiento no puede ser a base de exportaciones sino a base del estímulo de la demanda doméstica creando pleno empleo. Si las medidas propuestas aquí no pudieran implementarse en España debido a la resistencia de la UE, España debería considerar salirse del euro pues la situación tal como está ahora condenará a España a una época larga, de décadas, en que permanecerá estancada con un elevado desempleo.

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