Saturday, September 22, 2012

Ganar perdiendo Guillermo García Machado


Ganar perdiendo
Guillermo García Machado
Muchas veces nos dicen que perdiendo también se gana, defenestrado por segunda vez en una nueva  elección presidencial de México, el excandidato de izquierda Andrés Manuel López Obrador procura su futuro político: creando un nuevo partido con los integrantes de su movimiento social. Siendo así que esta  decisión causa más dudas que certezas. Para algunos analistas, la separación de los partidos que le postularon en los recientes comicios puede causar una ruptura dentro de la izquierda mexicana, que es la segunda fuerza política del país. Pero otros ven que el nuevo movimiento de López Obrador, que el mismo puede proyectarse como el verdadero contrapeso del gobierno de Enrique Peña Nieto, presidente electo de México, quien fue postulado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), antiguo representante de la izquierda mexicana. En todo caso, el escenario político del país se ha movido, e incluso el senador Manuel Camacho plantea un frente de partidos de izquierda similar al que existe en otros países de América Latina, lo que acercaría a este movimiento con los gobiernos de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, o simplemente repetir el modelo de la propuesta Brasileña. Un proyecto que todavía esta por verse. Existe ahora una izquierda legislativa que esperemos defienda los proyectos de esa ideología. El anuncio de buscar su propio partido no causó sorpresa en México, e incluso muchos anticipaban que ese sería el camino de López Obrador después de conocerse su derrota en las elecciones presidenciales. Y es que algunos de los partidos y líderes de izquierda que le apoyaron en su campaña no estaban dispuestos a repetir el conflicto post electoral de 2006, cuando los seguidores del excandidato bloquearon durante varias semanas una de las principales avenidas de Ciudad de México. Fue una decisión que los líderes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el más grande de los que integraron la coalición de izquierda que participó en los comicios presidenciales, dejaron claro desde hace varias semanas a su ex candidato. Una posición rupturista de colapso social no tendría ningún tipo de apoyo social y político. Si no cuenta con el respaldo de sus antiguos aliados, ¿es viable el futuro político de López Obrador? Sí, responden varios de sus adeptos….. “Será una lucha siempre pacífica y una participación por las vías legales”, explican sin ningún tapujo. De hecho, aunque se separó de la coalición de partidos, el ex candidato no parte de cero en su nuevo camino. En los últimos seis años, López Obrador recorrió todos los municipios del país, y creó el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que según sus estadísticas tiene al menos tres millones de afiliados. Hasta ahora, sin embargo, no se sabe si estos electorales apoyarían proyectos de otras organizaciones de izquierda, ni tampoco está claro el respaldo que darían a una candidatura presidencial que no fuera con López Obrador. En este escenario, coinciden los analistas, el más perjudicado sería, en todo caso, el alcalde de Ciudad de México, Marcelo Ebrard, quien ha dicho que buscará contender por el gobierno del país dentro de seis años. Más allá de su estrategia, podríamos predecir o simplemente ver un escenario positivo para el ex candidato presidencial, a pesar de que el tiempo sería su enemigo real. La izquierda mexicana siempre ha tenido una presencia social,  y lo que vimos en la campaña del 2012 fue verdaderamente una fuerza política que tiene un enorme potencial de crecimiento, así se colige sin necesidad de profundizar sobre el tema. De hecho, la coalición llamada Movimiento Progresista obtuvo más de 15 millones de votos en los comicios recientes, y ganó además los gobiernos de tres estados, entre ellos la capital del país. Es un buen resultado, a todas luces, siendo menester que los ganadores pongan todo su empeño y casi obligados en conservar.  No nos equivocamos en afirmar que los grandes triunfadores de la pasada elección fue la izquierda mexicana y por eso creo que el futuro de estas organizaciones es muy alentador, pudiendo afirmarse que renacen los tiempos de analizar los paso que pudieran dar los socialistas mexicanos en el propio siglo XXI.

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