Sunday, July 6, 2014

Lucha por el poder absoluto
Guillermo García Machado

Para aquellos que siguen creyendo en pajarito preñado me atrevo acudir a la historia para observar de cerca lo que es capaz un tirano. En el año 1922 Stalin fue elegido secretario general del partido. Este cargo, hasta hacía poco menospreciado por otros miembros del Buró Político del Partido (órgano rector del Comité Central del Partido), que posteriormente se transformó en el más poderoso del país, fue inteligentemente utilizado por Stalin para situar a sus partidarios en los puestos clave del aparato central del partido. Así, metódica y sutilmente fue abriéndose camino hacia la cúspide del poder, poder que tuvo que disputar contra Lev Trotski, el reconocido líder del partido y fundador del Ejército Rojo, y que además controlaba gran parte de la Policía secreta. Antes de su muerte, Lenin vivió una creciente preocupación por la personalidad y el comportamiento de Stalin. En su testamento político, expuso sus dudas sobre que el secretario general del partido usara su enorme poder con suficiente cautela. El líder de la Revolución criticó además a Stalin de ser demasiado “brusco” y llamó a destituirle en su famosa carta al XII Congreso del Partido Bolchevique.  “Stalin es demasiado brusco, y este defecto, plenamente tolerable en nuestro medio y en las relaciones entre nosotros los comunistas, se hace intolerable en el cargo de Secretario General. Por eso propongo a los camaradas que piensen la forma de mover a Stalin a otro puesto y de nombrar para este cargo a otro hombre que se diferencie del camarada Stalin en todos los demás aspectos, solo por una ventaja, a saber: que sea más tolerante, más leal, más correcto y más atento con los camaradas y menos caprichoso. Esta circunstancia puede parecer una fútil pequeñez. Pero yo creo que, desde el punto de vista de prevenir el quiebre, y desde el punto de vista de lo que he escrito antes acerca de las relaciones entre Stalin y Trotski, no es una pequeñez, o bien se trata de una pequeñez que puede adquirir importancia decisiva...”. Sin embargo, este intento no prosperó debido a que Stalin logró que no se diera una lectura pública del documento, a sabiendas de que Lenin se encontraba en esos momentos enfermo e imposibilitado de participar en el Congreso. Después de la muerte de Lenin, Stalin aunó fuerzas con Grigori Zinóviev y Lev Kámenev para gobernar el país y expulsar del escenario político a Lev Trotski, el más probable candidato para reemplazar a Lenin. Tras conseguir la “muerte política” de Trotski, Stalin cambió el curso de su alianza y se unió a Nikolái Bujarin y Alexéi Rýkov contra sus antiguos aliados. A partir de entonces, Trotski, Zinóviev y Kámenev fueron tratados por Stalin como la oposición izquierdista. Durante este período, Stalin abandonó el tradicional énfasis bolchevique respecto a la revolución internacional en favor de una política de construir el “socialismo en un solo país”, en contraste a la teoría de Trotski de la “revolución permanente”. Así, mediante una hábil manipulación y particulares interpretaciones de los preceptos de Lenin, Stalin consiguió enfrentar a sus rivales, acercándose así cada vez más a la cima. Para su 50 aniversario en 1929, Stalin se estableció como el sucesor reconocido de Lenin y el único y absoluto líder de la Unión Soviética. En 1929, en el XV Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Trotski y Zinóviev fueron expulsados del partido y Kámenev perdió su puesto en el Comité Central. Luego Stalin pudo destituir de sus cargos a los líderes de la llamada “oposición derechista” y sus recientes aliados: Bujarin y Rýkov. La palabra rusa “troika” tradicionalmente referida al tiro de tres caballos ahora significaba la mesa de tres ejecutores del NKVD (siglas rusas del Comisariado Popular de Asuntos Internos, sucesor de la fuerza política secreta, la cheka), que realizaban un corto y simplificado juicio sin fiscales ni abogados, y con la ejecución de sentencia en un plazo máximo de 24 horas. En 1937 empezaron las grandes purgas y los primeros en sufrir fueron oficiales de alto rango del Ejército Rojo, mediante una falsificación de documentos con ayuda de los servicios secretos nazis. En junio de 1937, el mariscal Mijaíl Tujachevski y otros militares de alto rango fueron acusados de complot militar en colaboración con los alemanes. Todos fueron declarados culpables y ejecutados. Muy pronto los fusilamientos y los arrestos masivos se extendieron por toda la cúpula castrense y tras dos años finalizaron con el fusilamiento, encarcelamiento y despido de 30 000 oficiales de alto rango de las Fuerzas Armadas, infundiendo terror y miedo de asumir la responsabilidad del alto mando militar y otros cargos oficiales por varios años. Un militar asustado deja de ser profesional. Muy pronto, en 1941, este hecho se puso de manifiesto. En agosto de 1940, Trotski, que estaba exiliado desde 1937, fue asesinado en México. Aparte de las purgas se pretendió reescribir la historia en los manuales soviéticos y otros materiales de propaganda. A las personas de relevancia ejecutadas por el NKVD se las borraba de los textos como si no hubiesen existido. 

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