Democracia
interna de partidos políticos
Guillermo
García Machado
Con
el retorno de la democracia en América Latina, dentro de lo que se ha
denominado la tercera ola de democratización, varios fueron los cambios que se
llevaron a cabo dentro de los sistemas políticos de la región. Por una parte,
entraron dentro del juego político nuevos actores antes vetados: movimientos
sociales, partidos políticos y toda suerte de agrupaciones ciudadanas. Por otra
parte, se fueron haciendo rutina los procesos electorales, con la consecuente
consolidación de las elecciones como el mecanismo para constituir los cuerpos
representativos y como fuente primaria de legitimación del sistema. Dentro de
la gama de nuevos actores sociales, los partidos políticos adquirieron una especial
relevancia, ya que además de cumplir las funciones tradicionales de reclutamiento,
movilización, socialización, etc., se convirtieron en actores clave de los periodos
transicionales y de la consolidación de la democracia al garantizar la estabilidad
de los gobiernos (Montero, Gunther y Linz 2007: 21). No obstante, con el tiempo
aparecieron fuertes críticas al comportamiento de estas organizaciones que llevaron
a hablar de decaimiento, descomposición y declive de los partidos. Dichas críticas
se centraban en el carácter oligárquico de los partidos, en su falta de transparencia
y en su incapacidad de responder a las demandas sociales. De esta forma, a
partir de la década de 1990, emergieron en América Latina diferentes voces que
reclamaban la democratización de los partidos políticos: la opinión pública, los
organismos internacionales y hasta algunos políticos presionaban por la
apertura de los procesos de selección de candidatos y autoridades partidistas,
la integración de las bases a espacios de toma de decisión y al establecimiento
de mecanismos de control interno. Los partidos políticos, por su parte,
respondieron de diferentes formas, algunos atendieron parte de estos reclamos,
otros mantuvieron su organización y funcionamiento interno, y otros simplemente
obviaron el tema.
La
democracias interna se refiere a la adopción de los principios del sistema democrático
en el interior de las organizaciones políticas teniendo en cuenta, los factores
sociales que intervienen y sus relaciones (Partidos políticos, órganos del
partido, militantes y no militantes); e incluyendo todo aquel conjunto de
fundamentos jurídico-políticos, disposiciones normativas y medidas políticas
tendentes a garantizar las elecciones de cargos del partido y cargos públicos,
la decisión de contenido y la rendición de cuentas. Ésta adopción de principios
"básicos" significa la inclusión de criterios de competencia; valores
democráticos como, la libertad de expresión y de elección de sus miembros; o
una voluntad partidista que permita el ejercicio de un control político. Así pues,
se pueden establecer cuatro condiciones básicas y necesarias para la existencia
de democracia interna:
1.
Garantías de igualdad entre afiliados y, protección de los Derechos
Fundamentales
2.
Mecanismos de selección a cargos de elección popular.
3.
Respeto del principio de la mayoría, con respeto de la minoría.
4.
Transparencia.
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