El Deporte y su trascendencia
Guillermo García Machado
Siendo que el futbol, hoy por hoy , copa toda
nuestra atención con ocasión del mundial que se celebra en Brasil, este
artículo se propone reflexionar sobre el
papel que cumple el deporte en las sociedades contemporáneas, cuando se
enfrenta a modelos económicos y políticos que no siempre consideran el
bienestar del ser humano; pero, al mismo tiempo, irrumpe en la iniciativa de
los sectores sociales subalternos, los mismos que les dan sus propios usos no solo
al deporte sino a esas otras prácticas que por momentos se muestran hostiles y
hasta contrarias a su plena realización. De la misma manera este artículo es
fruto de diversos ejercicios académicos que han tenido al deporte como objeto de reflexión,sin perder
de vista su articulación con las disciplinas que no solo determinan su rumbo
sino que al mismo tiempo son influidas por el primero. En ese encuentro
analítico animado por el deporte, se estimó necesario invitar a escena a la
comunicación política, incluidos todos los fantasmas que habitan en el contexto
de la sociedad globalizada. El juego y el deporte responden a necesidades
profundamente humanas. El juego y el deporte responden a necesidades
profundamente humanas y desempeñan un importante rol en todas las culturas. En
el contexto del desarrollo, el deporte abarca todas las formas de actividad
corporal que contribuyan al bienestar físico, al equilibrio mental y al
intercambio social, independientemente de si se trata de deporte organizado o
no. Sin embargo, el deporte también puede tener efectos colaterales negativos,
tales como violencia, corrupción, discriminación, hooliganismo, nacionalismo,
dopaje o fraude. Para que el deporte pueda desplegar su potencial positivo,
revisten suma importancia el acompañamiento y el pilotaje. El deporte tiene su
puesto en distintos sectores de la sociedad y por eso es idóneo. como instrumento
transversal para alcanzar el desarrollo. Sin embargo, no se puede esperar que
el deporte, por sí solo, despliegue su potencial positivo. Se ha de promover
asegurando al mismo tiempo una gestión profesional, responsable y adaptada a
cada contexto social. Cualquier sea su potencial, el deporte no es una panacea
inofensiva capaz de resolver todos los problemas de desarrollo. Como fenómeno
cultural, el deporte es el reflejo de la sociedad y resulta, pues, tan complejo
y contradictorio como la sociedad misma. Más allá de la cultura física y de la adquisición
de aptitudes específicas, el deporte entraña un enorme potencial educativo. Favorece
el desarrollo de la personalidad y competencias sociales, contribuyendo así a
la integración y cohesión sociales. Pero ello supone una utilización selectiva
y competente del deporte. Hoy en día, la violencia, el hooliganismo y el
racismo en el deporte de elite. Son fenómenos muy mediatizados. Existe, pues,
el riesgo de que olvidemos que el deporte a menudo ha sido un instrumento de
paz y de diálogo entre culturas y grupos sociales. El deporte puede facilitar encuentros
en un terreno neutro, exento de política y constituir un pretexto para el
acercamiento y la reconciliación entre antiguas partes beligerantes. Al
inculcar valores sociales fundamentales como la tolerancia, el espíritu de
equipo, el juego limpio y la actitud constructiva frente a los conflictos, el
deporte contribuye a una cultura basada en valores pacíficos. Promover la
equidad de género y el empoderamiento de la mujer es uno de los grandes
objetivos del desarrollo y el deporte puede contribuir enormemente a lograrlo.
Desde hace algunos años, la noción de «equidad en el deporte» tiende a ser
reemplazada por la de «deporte para la equidad». Por eso, las actuales
iniciativas en el campo deporte y desarrollo ya no persiguen únicamente una
mayor participación de mujeres y chicas en el deporte, sino la igualdad de
oportunidades. De un pasatiempo reservado a algunos aficionados ilustrados, desde
el siglo 20 el deporte se ha convertido en un fenómeno social de masas que
concierne a millardos de personas en el mundo entero. Actualmente, en los países
desarrollados el deporte es un sector económico que representa 2% del PIB. Hoy
en día, el desafío consiste en hacer del deporte un factor de desarrollo
económico de los países menos desarrollados.
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