Sunday, May 5, 2013

Democracia Venezolana bajo la Mirada del mundo Guillermo García Machado


Democracia Venezolana bajo la Mirada del mundo
Guillermo García Machado
La muerte es sinónimo de la extinción de los signos vitales de cualquier ser viviente; en Venezuela la misma muerte es capaz de ponerle coto a todo un proyecto político, en lo que espabila un mosquito loco. Efectivamente, desde que el máximo exponente del socialismo del siglo XXI desapareció de la faz de la tierra, por la vía rápida, empezó el Cristo a padecer, se escogió a un candidato ungido por el factor Castro, sin que hubiere lugar a un proceso interno, donde los exponentes o delfines socialistas demostraran sus buenos dotes para continuar con la obra del maestro. El candidato oficialista con el apoyo del Tribunal Supremo y sus discutidas decisiones, se convierte en presidente temporal, más tarde candidato, y por ende portador o beneficiario de la fuerza de los recursos del Estado Venezolano, para convertirse en Presidente electo de todos los venezolanos con unos resultados electorales, que por primera vez la oposición no los convalida y mucho menos legitima con un discurso de aceptación formal del resultado final planteado por el órgano electoral, conocido como Consejo Nacional Electoral (CNE). El asunto de marras sube de punto y en reunión extraordinaria de presidentes de países de Sur América aglutinados bajo UNASUR, deciden,  frente un posible fraude electoral, exhortar a las autoridades electorales venezolanas a esclarecer cualquier duda que existiera al respecto y poner en marcha un plan de auditoría, que como su nombre lo indica, supone una revisión exhaustiva de boletas o comprobantes de voto, cuadernos lectorales, eficiencia de las célebres maquinas capta huellas, entre otras cosas.  Pues bien, todo quedo en buenas intenciones y aparte de frases bonitas, de discursos políticos, donde nunca hubo la intención de querer cumplir con las célebres y famosas auditorías. Siendo así que la autoridad electoral y cuatro de sus miembros, de mil y una manera, han manifestado diez mil excusas, con el firme propósito de impedir que sus funcionarios, más las personas calificadas y designadas por los distintas organizaciones políticas, den un paso adelante en aras de poner orden en las cifras o resultados del 14 de Abril, que en este momento, por muy escaso margen, pusieron en manos del candidato oficialista el ejercicio de la primera magistratura del país caribeño. A todo esto se le suma, un clima de desosiego por la infame declaración de personeros, de alto nivel del gobierno, persiguiendo funcionarios públicos que se atrevieron a manifestar sus preferencias por el candidato de la oposición. Mientras que en la asamblea nacional se producían actos de violencia, donde la peor parte la llevaron los diputados no oficialistas, quienes por el simple hecho de no reconocer al presidente proclamado por el ente electoral, les fue negado todo tipo de protagonismo en el debate que es propio en sede de todo parlamento democrático, y con seria amenaza de suspenderles el goce de sus respectivos salarios. Como corolario de lo anterior, pareciera a que ahora está la zorra detrás de los perros y se pone el gobierno y el partido oficialista a bailar al ritmo que le impone la opción opositora, con el respectivo deterioro de un poder único en manos de un solo pensamiento ideológico, cuyo papel en nada a contribuido en hacer de la democracia un concepto perfectible, tal y como, lo hemos afirmado una cantidad innumerable de veces, con el agravante de que un hecho local y hasta simpático para un país bananero,  hoy por hoy, está en boca de millones de personas que aspiran que reine la paz en Venezuela y perdure la misma bajo los designios de una verdadera y real democracia.

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