Thursday, May 3, 2012

Venezuela busca salida política democrática Guillermo García Machado


Venezuela busca salida política democrática
Guillermo García Machado
Hugo Chávez volvió a sorprender a sus partidarios y detractores. “Se ha detectado una nueva lesión en el mismo sitio donde fue ubicado el tumor cancerígeno”, anunció a los medios venezolanos el 21 de febrero pasado. Junto con reconocer que deberá ser sometido a una nueva intervención, se declaró “en buenas condiciones físicas para enfrentar la batalla”. Si se refería a su propia salud o al desafío electoral, no quedó claro. Hace meses que reiteraba su deseo de pelear por una nueva relección en los comicios del 7 de octubre. Especialmente después que la oposición convocó a más de 3 millones de personas a unas primarias para escoger al candidato que los represente en octubre. El elegido: un abogado de 39 años que se define de centroizquierda, aficionado a correr maratones, descendiente de judíos que huyeron del nazismo, declarado católico y admirador del brasileño Lula da Silva. Henrique Capriles Radonski enarbola la bandera de la unidad, la educación, el empleo, la iniciativa privada y la lucha contra la violencia. Pero, sobre todo, se ha preocupado de proyectar la imagen de un político que no entra en el juego confrontacional que Chávez lanzó apenas tres días después de su elección. “Una de mis tareas va a ser quitarte la máscara. Mientras más te empeñes en disfrazarte más te vas a conseguir conmigo”, exclamó el comandante-presidente. Rostro de “la burguesía” y la derecha, como lo ha llamado Chávez. Capriles no ha hecho caso de las diatribas y se defiende asegurando que no fue escogido para pelear, sino para resolver problemas. Y su estrategia fue premiada por el electorado opositor: obtuvo casi 2 millones de votos, muy por delante de los candidatos que interpelaron más duramente al mandatario. “La parte más peligrosa para Chávez del discurso de Capriles es la de unidad nacional, integración y respeto. Tiene que desmontarla. Y el reto de Capriles será aguantar las provocaciones sin salir de su estrategia, no puede morder el anzuelo de la confrontación”, grafica el director de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León. Chávez está echando mano al discurso duro y frontal que tanto éxito le ha dado. En las presidenciales de 2006 ganó con casi 63% de los votos y hoy, a 13 años de su llegada al poder, tiene niveles de aprobación por encima del 50%. Antes que la oposición escogiera un candidato único, todas las encuestas lo señalaban como ganador de las presidenciales. Pero esta vez hay espacio para un optimismo moderado en la oposición: las primarias sacudieron al gobierno, que no esperaba que la participación fuera tan alta y llegara finalmente al 17% del padrón electoral de 18 millones de votantes. Todo un mérito, considerando el temor de muchos a ser objeto de represalias por participar. La oposición tampoco lo esperaba. Ninguno de sus dirigentes se había atrevido a fijar una cifra y sólo declaraban que un 10% del padrón sería un éxito. Pero después de meses de campaña llamando a votar “sin miedo”, los electores acudieron al llamado de la Mesa de la Unidad Democrática, una especie de Concertación chilena que agrupa a la mayoría de las fuerzas no chavistas, una veintena de partidos políticos desde la centro-derecha a la extrema izquierda, todos unidos por el deseo de derrotar a Chávez por la vía electoral. Hoy está convencida de una cosa: que tiene ante sí una mejor oportunidad para derrotar con votos al comandante, apoyándose en el desgaste de su gestión y en transmitir la idea de un país cansado de la división política y los problemas económicos. “El enfrentamiento será entre un proyecto estatista y autoritario y el liderazgo de una oposición que en los últimos años ha pasado a tener una cara más democrática y plural”, plantea la historiadora Margarita López Maya, autora del libro Ideas para debatir el socialismo del siglo XXI y antigua partidaria de Chávez. La elección de Capriles despertó también el optimismo de los mercados. Al día siguiente de las primarias se dispararon los bonos y cayó el riesgo país. “El mercado está reaccionando de manera muy positiva, porque se ha empezado a incrementar la probabilidad de un cambio en la conducción política y económica”, señala Alejandro Grisanti, director para América Latina de Barclays Capital.

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