Monday, May 14, 2012

Enemigos de la Democracia Guillermo García Machado


Enemigos de la Democracia
Guillermo García Machado
La desigualdad y la pobreza aparecen como las principales deficiencias para avanzar en el camino democrático, así como la consolidación de estructuras institucionales capaces de hacer efectivos los derechos de los ciudadanos y ciudadanas de América Latina. El apoyo a la democracia muestra grandes contrastes entre los diversos países, lo que evidencia la heterogeneidad latinoamericana. El número de personas que apoyarían a un gobierno no democrático si éste les resolviera sus problemas económicos y sociales ha aumentado. Los desafíos que enfrenta la región son tan significativos como los que se debieron afrontar en el momento inicial de las transiciones en la lucha contra el autoritarismo. Las soluciones no son fáciles y demandarán un gran esfuerzo por organizar y consolidar sociedades democráticas. La gobernabilidad se entiende como articulación de intereses. No sólo se centra en cuestiones de eficiencia institucional del Estado, sino que también hace referencia a la relación que existe entre la satisfacción de necesidades de la población, la construcción de ciudadanos como sujetos de derecho y la relación de estos con el sistema político. Este concepto resulta relevante por dos motivos. Primero, al enfatizar en las condiciones necesarias se amplía el universo de políticas posibles que buscan prevenir la crisis de gobernabilidad. Segundo, una visión más amplia del concepto de gobernabilidad obliga a pensar en soluciones de largo plazo en donde un conjunto integral de reformas permitirá incrementar los niveles de gobernabilidad y estabilidad de los sistemas políticos en la región. La gobernabilidad democrática depende de una combinación virtuosa de tres elementos: – El fortalecimiento político-institucional democrático, es decir, la capacidad de un Estado legítimamente establecido de atender efectivamente las demandas sociales en el marco del Estado de derecho, el control efectivo del territorio, el monopolio de la fuerza y la capacidad de las autoridades para formular e implementar políticas, así como para controlar procesos administrativos diversos.
 – El desarrollo socio-económico y la integración social, es decir, la generación de políticas que satisfagan las necesidades básicas del conjunto de la población.
– La promoción de un clima internacional que privilegie la resolución pacífica y negociada de conflictos. En el pasado, casi todos los países latinoamericanos se han visto envueltos en serias crisis institucionales perdiendo, en ocasiones, la capacidad de formular políticas de Estado que respondan a las demandas ciudadanas. Si bien en América Latina y el Caribe ha aumentado el número de países en los que se realizan elecciones y renovación periódica de autoridades –democracias electorales–, en la mayoría de los casos aún persisten serias deficiencias respecto de otros derechos esenciales al sistema democrático como la libertad de asociación, libertad de expresión o la protección de la integridad física de las personas. La debilidad de nuestros sistemas democráticos y las dificultades para generar un desarrollo sostenible son dos constantes en América Latina. A ellas se unen tres elementos nuevos que contribuyen a incrementar la incertidumbre y, por ende, han afectado la gobernabilidad: la globalización, las transformaciones estructurales de la economía y el proceso de individualización.

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