Monday, May 14, 2012

El eterno poder Guillermo García Machado


El eterno poder
Guillermo García Machado
Cualquier análisis que podamos realizar sobre la situación política de Venezuela gira sobre la permanencia en el poder del comandante Chávez y la posibilidad que el verbo del candidato de la oposición Capriles Radonski sea capaz de calentar las elecciones del 7 de Octubre del año en curso. Lo primero nos indica que el candidato del gobierno es una pieza insustituible e irreparable, todo ello porque dentro del partido oficialista no hay ni habrá una figura capaz de pisarle los talones al carismático líder, siendo así que si se enferma y se pone en duda su participación electoral el piso político de toda Venezuela empieza a moverse como terremoto sin epicentro, bajo la perspectiva de que un candidato maltrecho, desde el punto de vista físico, constituye una piedra muy grande en el camino de la aspiración electoral, salvo que se trate de mera lastima especulativa.  Desde el momento en que la empresa encuestadora Data Análisis plantea la posibilidad que el candidato de la oposición pudiera imponerse en el proceso electoral que se avecina, las tensiones de los protagonistas aumentan y las especulaciones se aceleran, así como el rumor es el primer elemento de desinformación social. Mientras Capriles continúa en su empeño de visitar casa por casa de cada una de las poblaciones del país, el candidato oficialista permanece en Cuba luchando contra la enfermedad que ha mantenido sumisa a la humanidad en todos los tiempos, con el agravante de la falta de información, lo que coadyuva al incremento de cualquier tipo de especulaciones a título individual y hasta profesional, encontrándonos con distintos médicos de diversas nacionalidades  que han confesado en forma “espontanea” saber la magnitud de los males físicos del Presidente Chávez, no quedando otra alternativa que escucharlos y compartir las opiniones que sobre el mismo tema tienen los propios “babalaos”. Así las cosas, el escenario electoral se obscurece para unos y se alumbra para otros, cuando surge la necesidad de plantearse cada uno de las escenas posibles con motivo de la magna fecha del 7 de Octubre del 2012, donde Venezuela deberá decidir el camino a seguir en cuanto a su conducción política, tanto así que desde el mismo partido oficialista surgen los correspondientes planteamientos especulativos, donde se maneja un proceso electoral con Chávez en rol protagónico, otro sin Chávez bajo la figura de otro líder, lo que pone en actitud de guerra a  las distintas opciones que tendríamos dentro del orden partidista. Pero la cosa sube de punto cuando del propio análisis oficialista surge la idea de no respetar los resultados electorales, con el apoyo de una fuerza armada no-institucional, o simplemente con el desborde emocional de un grupo de fanáticos reunidos todos bajo la figura de las milicias. Obviamente, esto último tiene muchos ingredientes, con sólo pensar que la gente de la oposición quisiera defender sus posiciones y tuviesen el apoyo de parte del pueblo, estaríamos en presencia de una confrontación social de alta intensidad y de consecuencias impredecibles, eso por una parte, y por la otra, la gran conmoción de carácter internacional que conllevaría la situación de marras cuando Venezuela quedaría bajo la mirada escrutadora de la democracia internacional, y pudiera ser el fin de cualquier mensaje de integración por parte nuestra, cuando para lograr esto último es requisito indispensable el ejercicio pleno de la democracia de todos los países con ánimo de gozar los beneficios de la interesante figura.

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