Revolución
Industrial vs Revolución Tecnológica
Por:
Guillermo García Machado
La
imperante revolución científico-tecnológica ha impactado a todos los órdenes de
la sociedad, gracias fundamentalmente al desarrollo inusitado de la biología y
de la informática. Dando origen a nuevas formas de organización en la economía,
en la política y en lo social. Estamos pues, dentro de la revolución
tecnológica, estando así, inmersos dentro de la sociedad del conocimiento,
donde la tecnología al servicio de la información, convierten a ésta última en
un elemento fundamental y decisivo para el proceso de producción global; lo
cual cambia radicalmente al sistema económico mundial regido por la tan
cacareada globalización. La generación de riqueza y la acumulación del poder vienen supeditadas
a la capacidad de innovación, matizada por la mismísima revolución tecnológica
e informática. México y el resto de América Latina no se escapan de estos
nuevos paradigmas, los que podrían despejar o permitir nuestra incorporación en
el gran proceso de distribución de riquezas de la humanidad o simplemente
acentuar las viejas desigualdades existentes en el globo terráqueo y muy
especialmente en el siempre bien tratado hemisferio occidental. Es en el
internet donde se puede ponderar la síntesis que genera la sociedad del
conocimiento, al momento de crear una nueva criatura artificial en donde lo
virtual se funde con el sistema económico, para generar un nuevo paradigma
técnico y cultural. Cuando se amalgaman lo virtual y lo económico: el capitalismo
encuentra un espacio nuevo que colonizar, un espacio en el cual las barreras
territoriales y de tiempo son desmanteladas. En este proceso los países de
América Latina no han podido asumir un rol protagónico, con la excepción de
Chile en espacios bien concretos, siendo así que los mismos tan sólo se
encuentran a la expectativa de recibir las migajas que se caen del mundo
desarrollado, lo que implica que estamos muy lejos de formar parte o
simplemente constituir una sociedad apegada a la gran praxis que impone la
sociedad del conocimiento. Esta situación no nos favorece para lograr una
consolidación industrial, que permita incorporarnos verdaderamente a la sociedad
del conocimiento. México, un país que goza de un reconocido desarrollo
industrial, la distancia que tiene éste para alcanzar la sociedad del
conocimiento aumenta de una manera drástica, si observamos su alejamiento de un
verdadero desarrollo en ciencia y tecnología, a pesar de que se le menciona
como la novena economía del mundo. Bajo estas condiciones, y con sólo 300
empresas mexicanas que realizan investigación y desarrollo tecnológico de un
total de 2.8 millones de empresas que existen en el gran país Azteca, es
prácticamente imposible poder hablar de una real sociedad mexicana del
conocimiento. Si indagáramos lo que sucede realmente en el resto de América
Latina, tendríamos que concluir, en forma drástica, nuestra incapacidad de
generar una tecnología autóctona que nos acerque a la verdadera revolución del
conocimiento y de ahí la imposibilidad de cerrar el paso a la colonización
cultural y económica de los países desarrollados. De no cambiar las cosas y la
manera de pensar de quienes dirigen los destinos de nuestras fronteras,
aumentaran las viejas desigualdades que han hecho insostenible la gran deuda
social latinoamericana y por ende: días de apremio e incertidumbre social, económica
y política.. No sigamos perdiendo miserablemente el tiempo, manos a la obra!!!!
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