Utopía
Guillermo García Machado
El concepto de utopía (también reconocido sin tilde, es
decir, como utopia) fue impulsado por primera vez, según dicen los
expertos en cuestiones lingüísticas, por Tomás Moro. Esta palabra se ha formado a partir de dos neologismos
griegos: outopia (formado por ou –“ningún”– y topos –“lugar”-) y eutopia (euque,
en español, se traduce como “buen”),
esto permitiría explicar el término utópico como “lo que no está en ningún
lugar”. Moro optó por nombrar “Utopía” a una obra que redactó en latín
alrededor de 1516. De acuerdo a distintos historiadores, el escritor y
humanista inglés (proclamado santo por la Iglesia Católica en 1935) quedó impactado por las narraciones
de Américo Vespucio sobre la isla de Fernando de Noronha,
avistada por los europeos en 1503. Fue entonces cuando Moro decidió plasmar descripciones sobre un
sitio nuevo y puro donde podría llegar a desarrollarse una sociedad perfecta.
La
sociedad utópica de Moro estaba
estructurada de modo racional. Todos los ciudadanos vivían en casas
idénticas y la propiedad de los bienes era comunitaria. Los habitantes
dedicaban su tiempo libre a la lectura y el arte y
no eran enviados a la guerra salvo en situaciones extremas. Así, esta sociedad
vivía en paz y con
una plena armonía de intereses.
La
aceptación actual de la palabra utopía permite hacer referencia a un proyecto, emprendimiento, sistema
optimista, acción futura, plan o doctrina que, en un primer momento, parece ser
imposible de concretar o cumplir.
Dicho
de otra forma se entiende por utopía una idea de sociedad perfecta, donde reina
la armonía y la convivencia y cuyos aspectos políticos, económicos y sociales están equilibrados y permiten que toda
la comunidad pueda disfrutar de una vida apacible gracias a formar parte de un
sistema absolutamente ideal.
Puede
hablarse de utopías económicas cuando
se anima a erradicar la existencia del dinero y donde los ciudadanos se
dedicarían sólo a los trabajos que más les agradan y que se orientan
al bien común. Otras utopías existentes son las de carácter religioso (como la manifestación popular sobre
el paraíso), así como también las ecologistas y
las políticas (que
anhelan la paz mundial).
Por
último cabe resaltar que suele utilizarse el término utópico para nombrar algo
que se considera altamente deseable pero imposible de alcanzar, y utopía
para mencionar ideas revolucionarias pero impracticables en esta realidad y en
ninguna donde el ser humano sea parte. Los sistemas económicos y políticos de todas las sociedades del mundo son
corruptos, inestables y cargan miles de problemas (hambre mundial, pobreza,
epidemias, discriminación, etc); parece que no existe una posible organización
social que permita el equilibrio y la armonía. No lo hace el capitalismo, no lo
hizo el comunismo, ni el feudalismo, ni siquiera la monarquía.
Para comprender este concepto es necesario
aclarar que a principios de los años ´60 el Régimen Comunista (la utopía que
había sido anunciada como creadora de una comunidad unida y pacífica) comenzó a mandar en Rumania y lo que trajo fue
muertes, extorsión y una miseria infernal, una dictadura feroz con todas las letras
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