Vejez
Guillermo García Machado
Lo primero que vamos a realizar antes de
entrar de lleno en el análisis de la palabra vejez es determinar su origen
etimológico. Investigando descubrimos que aquel se encuentra en el latín y más
concretamente en el vocablo vetus, que puede
traducirse como “viejo”.
Vejez es la cualidad de viejo (alguien de edad avanzada o algo
antiguo y que no es nuevo o reciente). La vejez hace referencia a la senectud o edad senil. Aunque no existe una edad exacta a la que se
pueda considerar como el comienzo de la vejez, suele decirse que una persona es vieja cuando supera los 70 años de vida.
La vejez también está vinculada a la categoría social que se
conoce como tercera edad. Los integrantes de este grupo suelen estar jubilados (es decir, ya no trabajan y, por lo
tanto, no forman parte de la población económicamente activa) y, en muchos
casos, se han convertido en abuelos.
El 1 de octubre es cuando se celebra en todo el mundo el Día
internacional de la Tercera Edad, un estado que desde hace siglos preocupó y
suscitó comentarios por parte de los pensadores más lúcidos de cada época. Así,
por ejemplo, nos encontramos con el hecho de que el famoso filósofo griego
Platón mostró su incertidumbre y “miedo” a llegar a esa etapa en una de sus
publicaciones más importantes: “La República”.
La baja tasa de natalidad y la mejora en la expectativa de
vida de muchos países ha hecho crecer el grupo poblacional de la tercera edad.
La sociedad,
por lo tanto, enfrenta el desafío de seguir ofreciendo oportunidades a las
personas que se encuentran en la vejez.
Los adultos mayores, al no trabajar, necesitan del apoyo del Estado para gozar de una buena calidad de
vida. En las naciones subdesarrolladas, dicho apoyo es precario y por eso la
vejez suele ser sinónimo de penurias. No hay que olvidar que con la vejez
aparecen enfermedades y trastornos físicos como la artrosis, la osteoporosis y
el mal de Alzheimer.
Estos se topan, en muchas ocasiones, ante una realidad que no
les gusta, que les oprime y que les afecta psicológicamente. Y es que al llegar
a la vejez, a la Tercera Edad, deben hacer frente a que pierden el papel que
desempeñaban en la sociedad pues dejan de trabajar, a que no tienen las mismas
cualidades físicas y mentales que tenían cuando eran jóvenes y a que se pueden
encontrar un poco perdidos a la hora de afrontar ese presente.
Por todo ello, se hace necesario que hagan caso a una serie
de consejos sencillos pero muy útiles para afrontar esa nueva etapa vital.
Entre los más importantes se encuentran los siguientes: aceptar los cambios de
todo tipo que se experimentan, encontrar actividades en las que poder
relacionarse con otras personas y sentirse útil, disfrutar de todas esas
experiencias que siempre se han querido hacer pero nunca se habían realizado…
Esto hace que la noción de vejez también se use para nombrar
a los achaques y
las actitudes propias de la edad de los viejos. Por ejemplo: “Olvidé
donde guardé las llaves: debe ser la vejez”, “Hoy
me duele mucho la espalda y casi no puedo caminar, pero no me quejo… son cosas
normales de la vejez”.
Hoy en dí ya se habla de la 4ta. Edad.....👍
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