Sunday, March 6, 2016

Tendencias

Guillermo Garcia Machado


Pareciera que ejercer la política, eso que llamamos: “el arte de gobernar”, pudiere ser eterno en el mal entendido de aquellos que fundamentalmente quieren perpetuarse en el poder, siendo así que toda regla, por muy exacta y rigurosamente cierta, tiene su excepción, bastaría para ello recordar el caso Cubano, donde Fidel Castro decidió con el hambre del pueblo por delante, igualar a todos sus congéneres, ahuyentando a la clase privilegiada o pudiente, provocar una gran migración, fundamentalmente hacia el Estado Florida de USA y varios países de Latinoamérica donde profesionales cubanos ejercen el doble rol, como profesionales (médicos, ingenieros, etc.) y como espías al servicio del G2 antillano, para poder perpetuarse en el poder con la anuencia de una sociedad residual y sin rumbo conocido. Lo cierto del caso, muy especialmente en Suramérica, venía ocurriendo el dominio político de esa corriente neocomunista conocida como socialismo del siglo XXI, puesta en boga por el malogrado Hugo Chávez Frías, expresidente de Venezuela, cuya muerte aun sigue siendo misteriosa, por no saberse con claridad la fecha en que ella ocurrió y los verdaderos prolegómenos de la enfermedad terminal que padecía, siendo el caso que solo los cubanos del cerco de los hermanos Castro y compinches venezolanos saben a cien y ciertas lo verdaderamente ocurrido. Lo cierto del caso es cortar por lo sano y preferir el dicho aquel que expresa: “De lo bueno poquito”, y desde el punto de vista político dejar que la alternancia imponga su ritmo normal para permitir de paso la oxigenación del ejercicio del poder y permitir que la sociedad organizada pueda tener la oportunidad de servirse del liderazgo que le parezca mas idóneo. De otra manera siempre hemos creído que el poder es cíclico y jamás eterno, pudiendo decirse que los liderazgos se imponen hasta por la exigencia de la misma moda, sin importar los valores que puedan plantearse los ciudadanos desde un punto de vista filosófico. Siendo el caso que con la llegada al poder del presidente Macri, en la Argentina, se pone de manifiesto una tendencia que deja a un lado los principios jurídicos, politécnicos, económicos, financieros y filosóficos que han hecho del socialismo en Latinoamérica una visión fascista para el ejercicio del poder y muy cerca del comunismo a la hora de interpretar el valor de la propiedad privada. Pudiendo decirse que esa nueva manera de ver las cosas o tendencia, se acaba de imponer en Venezuela, donde la oposición hizo méritos suficientes para derrotar al oficialismo y lograr mayoría aplastante en la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela. Siendo así que la cosa sube de punto y vemos como contra todo pronóstico el presidente boliviano en sus pretensiones de perpetuarse en el poder, planteo en referendo la oportunidad de reformar la Constitución de su País, Bolivia,  para lograr su cometido de gozar eternamente del usufructo del poder, siendo derrotado con claridad meridiana, independientemente de todas las vueltas que le dieron a los resultados obtenidos por la expresión soberana. Quedando muy claro el pleno valor de las nuevas tendencias.  

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