Aborto Inducido
Guillermo García Machado
Aborto es la acción de
abortar (acabar, desaparecer antes del
término natural, malograr, fracasar). El concepto, que deriva del latín abortus, suele
utilizarse para nombrar a la interrupción
del embarazo, ya sea por causas
naturales o de manera provocada con intencionalidad.
El aborto inducido es la interrupción voluntaria del embarazo.
La práctica consiste en provocar la finalización prematura del embarazo,
impidiendo el desarrollo vital del embrión o feto para su eliminación.
Este tipo de aborto puede llevarse a cabo de manera quirúrgica o química y
puede tener serias consecuencias físicas y psicológicas para la mujer. La
mayoría de las legislaciones prohíbe el aborto inducido por sus implicancias
éticas, morales, religiosas y sociales. Mientras que los defensores del aborto
legal hablan de la libertad de la mujer, los opositores señalan que el aborto
es el asesinato de un niño por nacer. Cabe destacar que, más allá de lo
establecido por la ley, los abortos inducidos se practican en todo el mundo en diversas
condiciones.
En este caso podríamos establecer que, dentro de los procedimientos para
llevar a cabo el citado aborto inducido, bajo la asistencia del profesional
médico y del correspondiente tratamiento, está, por un lado, el que se procede
a acometer mediante lo que sería una combinación de determinados fármacos.
Quien lleve a cabo esta acción debe saber que se identifica no sólo
porque no requiere hacer uso de la anestesia ni llevar a cabo ningún tipo de
intervención quirúrgica sino también porque se traduce en un sangrado
contundente por parte de la mujer. Todo ello sin pasar por alto el hecho de que
aunque suele ser efectivo puede requerir la necesidad de que actúe finalmente
un médico.
Por otro lado, tendríamos que hacer referencia a que también existe el
aborto inducido mediante una operación en el quirófano. Existen diversos métodos,
a su vez, para llevar a cabo aquel como sería el caso de la aspiración o de la
dilatación y posterior curetaje.
Sea cual sea la opción elegida para llevar a cabo un aborto de este tipo
que nos ocupa, lo que es innegable es que existen una serie importante y graves
de consecuencias y de riesgos. En concreto, entre los más significativos
estarían posteriores partos muy complicados, aparición del cáncer de mama,
daños de cierta contundencia en lo que serían las trompas de Falopio o incluso
ansiedad y estrés. De ahí precisamente que, en estos últimos casos, la mujer en
cuestión necesite someterse a un tratamiento de tipo psicológico para superar
ese trance.
El aborto por causas naturales, por
su parte, se conoce como aborto
natural o aborto
espontáneo. Se trata de la pérdida del embrión o feto que tiene lugar
antes de la vigésima semana de embarazo. Tras dicha fecha, se habla de parto prematuro.
El aborto espontáneo puede clasificarse como retenido (el organismo no
elimina ningún producto de la gestión), incompleto (se eliminan
algunos productos) o completo (la
totalidad de los productos de la gestación son eliminados).
Entre las causas del aborto espontáneo, las más frecuentes son las
anomalías congénitas del feto, las anormalidades del tracto reproductivo y las
enfermedades sistémicas o infecciosas de la madre.
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