Fascismo
Guillermo García Machado
El fascismo es un movimiento político y social que nació en Italia de la mano de Benito Mussolini tras la finalización de la Primera Guerra Mundial. Se trata de un movimiento totalitario y nacionalista, cuya doctrina (y las similares que se desarrollaron en otros
países) recibe
el nombre de fascista. Desde 1922 hasta 1943
fue cuando el citado dictador italiano se convirtió en el primer ministro de su
país. Fecha aquella última en la que fue depuesto y posteriormente encarcelado,
aunque en prisión estuvo muy poco tiempo pues recibió la ayuda de la Alemania
nazi para escapar de dicho lugar. No obstante, dos años después, en 1945,
finalmente moriría tras ser ejecutado.
El fascismo se propuso como una tercera
vía ante las democracias liberales (como la estadounidense) y el socialismo (la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). Además del régimen de Mussolini en
Italia, se califica como fascistas a la Alemania de Adolf
Hitler y la España de Francisco
Franco.
El fascismo se basa en un Estado
todopoderoso que dice encarnar el espíritu del pueblo. La población no
debe, por lo tanto, buscar nada fuera del Estado, que está en manos
de un partido único. El Estado fascista ejerce su autoridad a través de la violencia,
la represión y la propaganda (incluyendo la manipulación del sistema
educativo).
El líder fascista es un caudillo que aparece por encima de los hombres
comunes. Mussolini se autodenominaba como Il
Duce, que deriva del latín Dux (“General”). Se trata de
liderazgos mesiánicos y autoritarios, con un poder que se ejerce
de manera unilateral y sin ningún tipo de consulta.
Además de todo ello hay que resaltar el hecho de que el Fascismo en
Italia llevó a que se desarrollaran y promulgaran las que se dieran en llamar
“leyes raciales”. Estas eran un compendio de medidas de discriminación y de
persecución hacia todas aquellas personas que fueran o estuvieran en relación
con los judíos italianos.
Dicha legislación dio lugar no sólo a que se llegara a hablar de una
raza italiana “pura” sino también a que se abrieran campos de concentración
donde los judíos eran recluidos, sometidos a trabajos forzosos, objetivos de
todo tipo de torturas y abusos e incluso algunos de ellos fueron también
asesinados.
En Alemania, el fascismo está asociado al nazismo.
Este movimiento tuvo un fuerte componente racial, que promulgaba la
superioridad de la raza aria y buscaba el exterminio de otras colectividades,
como los judíos, los gitanos y los negros.
En este sentido, hay que subrayar que el Nazismo propagó en el año 1935
las conocidas Leyes de Nuremberg mediante las cuales no sólo se les privaba a
los judíos de sus derechos como ciudadanos sino que también se les obligaba a
portar una identificación como tal y a evitar relacionarse con los llamados
arios. Pero ese sólo fue el punto de partida de una persecución indiscriminada
y atroz contra aquellos ciudadanos alemanes que fueron víctima de torturas y
asesinatos por parte de la conocida como SS, policía nazi.
El neofascismo y el neonazismo repiten actitudes
de los movimientos originarios (violencia, autoritarismo), mientras niegan o
minimizan los crímenes cometidos por esos grupos a lo largo del siglo XX.
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