La realidad virtual y lo real
Guillermo García Machado
La realidad está formada por aquello que existe de forma auténtica o
verdadera. Los sucesos que disponen de una existencia efectiva, y que no forman
parte de la fantasía o de la imaginación, son reales. Virtual por su parte, es lo que cuenta con la
virtud de generar un efecto, pero
que no se concreta de presente. Por eso, este adjetivo suele oponerse a la idea
de lo real.
Podría decirse, por lo tanto, que la idea de realidad
virtual enfrenta dos conceptos que resultan opuestos o, al menos,
contradictorios. Sin embargo, la noción es de uso muy habitual para referirse a
aquel entorno informático que
representa, de manera digital, algo que simula
ser real. Mediante diversos equipos y programas informáticos, la
realidad virtual genera una simulación de
la realidad. Esto quiere decir que la persona que usa la realidad virtual (o
que “ingresa” en un entorno de este tipo) siente que
está interactuando con elementos reales, aunque no lo sean en sentido físico. Lo
habitual es que el individuo utilice un casco con
un visor que proyecta las imágenes. Además puede
contar con diversos sensores en la ropa para interactuar con el entorno
virtual. La realidad virtual puede emplearse en la formación de profesionales (policías,
pilotos de aviones, médicos) o como entretenimiento, a la manera de un videojuego. La idea es que
la persona sienta
que es parte del mundo que observa a través del visor. Cuando la realidad
virtual se utiliza con intención formativa, el sistema intenta reproducir el
mundo real al detalle: de este modo, el piloto que practica en un simulador de
realidad virtual, encontrará las mismas condiciones que tendrá que enfrentar
arriba del avión. Con estas definiciones en
claro, podemos introducirnos en el concepto de plataforma virtual, que se emplea en el ámbito de la tecnología. Una
plataforma virtual es un sistema que permite la ejecución de diversas aplicaciones bajo
un mismo entorno, permitiendo que los usuarios accedan a ellas a través de Internet. Esto quiere decir que, al utilizar una
plataforma virtual, el usuario no debe estar en un espacio físico determinado,
sino que sólo necesita contar con una conexión a la Web que le permita
ingresar a la plataforma en cuestión y hacer uso de sus servicios. Las
plataformas virtuales, por lo general, se emplean para la educación a
distancia e intentan simular las mismas condiciones de aprendizaje que se
registran en un aula. Aunque cada plataforma puede presentar diferentes
características, lo habitual es que permitan la interacción entre los alumnos y
entre los alumnos y el profesor. Para esto, cuentan con diversas vías de
comunicación, como chat, foros, etc. Los sistemas
de permisos permiten la gestión eficiente de las plataformas
virtuales. El administrador, que suele ser el docente o el responsable de la
formación, puede acceder a toda la información disponible
en la plataforma; los alumnos, en cambio, no. Puede afirmarse que la realidad
abarca todos los acontecimientos que tienen una
existencia efectiva; es decir, que no pertenecen al ámbito de la
imaginación, la fantasía o
lo ilusorio. Lo real, de este modo, se manifiesta y existe de alguna forma en
el mundo físico. Por ejemplo: “El aumento de la inflación es
un hecho real, que no puede negarse”, “Mi hijo aún no entiende que Superman no es real, sino que se
trata de un personaje de ficción”, “Eso que estás diciendo no es
real: yo nunca insulté a Martín”. Hay ciertas cuestiones que son
fáciles de ubicar en el plano de lo real: la presencia de una persona en una
habitación, el choque entre dos automóviles y la existencia de una mesa de
madera son cosas que pueden detectarse a través de los sentidos. En cambio,
otras cuestiones son más complejas:
¿Dios es real? ¿Cómo demostrar que aquello que una persona dice que siente es
real? Lo real también puede ser lo que está vinculado a la realeza (la
soberanía de un rey): “La Familia Real pidió a los
medios de comunicación que respeten su privacidad”, “Los ciudadanos gastan millones de euros al año para el
mantenimiento de la Casa Real”. Real,
por último, es la denominación de diversas divisas. La moneda que
actualmente se utiliza en Brasil,
de hecho, se conoce como real: “Alquilar una habitación en
este hotel cuesta 50 reales por noche”, “¿Podrías prestarme cien reales? Quiero comprar un pasaje a Río de
Janeiro”.
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