Controlemos la Violencia
Guillermo García Machado
Violencia……….Es el recurso a la agresión, a
la ofensa, al insulto, a los golpes, a las armas, etc., con el fin de vencer al
otro, rebajarlo y, si es posible, destruirlo y eliminarlo .Es el
uso de la fuerza para imponerse a los demás. Es la ansiedad de adquirir poder y
de aparecer como dominador sobre personas, grupos o naciones. Los niños son
violentos, porque es violencia lo que viven y respiran en sus hogares.-Los
adolescentes y los jóvenes son violentos, porque violenta es la sociedad que
les hemos construido los adultos. Los estudiantes son violentos, porque esos
son los criterios y actitudes que observan en sus maestros. Para
contrarrestar la violencia, urge salvar a la niñez y a la juventud, a partir de
la familia, la escuela, la Iglesia, los medios de comunicación y la sociedad en
general: -Urge que cada uno revisemos y cambiemos nuestras actitudes diarias de
violencia: en la casa, en la calle, en el trabajo, en el deporte, en la
escuela, etc. -Urge que aprendamos a reaccionar con serenidad, paciencia,
perdón y amor ante quien nos ofende o nos hace daño; que no a la fuerza
queramos imponer nuestros "derechos". -Urge que no busquemos
prevalecer sobre los otros, utilizando medios violentos y destructivos. -Urge
que se elaboren nuevas leyes sobre adquisición y uso de armas; sobre la
violencia en los medios de comunicación. -Urge que se valore el trabajo del
campesino, para que éste no huya a la ciudad, aumentado el número de los
desempleados, ya que en estos casos la tentación de la violencia se presenta
como única alternativa de sobrevivencia. -Urge que los ricos sepan compartir lo
que tienen; que paguen lo justo a sus trabajadores y no cometan injusticias;
que no ambicionen tanto ni derrochen tan escandalosamente. -Urge influir en
escuelas y universidades, para que no se siga predicando la violencia como
único medio de transformación social. -Urge que los padres de familia respeten
los derechos de sus hijos y no provoquen, con su injusticia, reacciones violentas.
-Urge que a los niños ya no se les deje tantas horas ante la televisión, ni se
les incite a pelear, diciéndoles: "No te dejes..." -Urge que le
hagamos caso a los caminos de Jesús: "Tengan amor por sus
enemigos..." Todo esto parece imposible. Pero aprendamos a
practicarlo. Veremos cómo cambian la sociedad, las familias, las escuelas, los
centros de trabajo y la vida en general. Reeduquémonos todos. Convirtámonos
de raíz. Sólo así superaremos la cultura de la violencia en que vivimos y
construiremos la "nueva civilización del amor". Los cambios
exigidos por un orden social justo, deben efectuarse por medio de una acción
constante, muchas veces gradual y progresiva, pero siempre eficaz, siguiendo el
camino de las reformas pacíficas. Toda sociedad, si no quiere ser destruida
desde su propio seno, debe establecer un orden justo. Este llamamiento no es
una justificación de la lucha de clases, porque la lucha de clases está
destinada a la esterilidad y a la destrucción, sino un llamamiento a la lucha
noble a favor de la justicia social en toda la sociedad. Rechazad la violencia
como medio para resolver los problemas de la sociedad, porque la violencia está
contra la vida, destruye al hombre".
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