Obama y Latinoamérica
Guillermo García Machado
Obama aseguró que los hechos
demostrarían la nueva era de relaciones entre su país y América Latina.
Una era en la que EEUU no trataría de "dictar los términos", como
había ocurrido "en anteriores ocasiones." ¿Cuáles son los hechos de
Obama con respecto a Latinoamérica? Resulta evidente que en su primer gobierno, el inquilino
de la Casa Blanca tuvo ante sí demasiados frentes abiertos:
lucha contra la crisis, la reforma sanitaria, el cambio energético hacia un modelo
más ecológico y una política exterior que transcurrió por otros meridianos del
planeta. El exceso de trabajo es el argumento
esgrimido para delegar su política hacia Latinomérica en su secretaria de
Estado,Hillary Clinton, quien aun mantiene buenas relaciones con representantes de los antiguos
intereses en la región. Esas circunstancias explican que, tras afirmar que
Latinoamérica dejaría de ser su histórico patio trasero, EEUU mantiene los
intereses nacionales de antaño a través de una "diplomacia suave". el presidente de EEUU, a través de Hillary Clinton, ha retomado tanto la agenda de
seguridad como la política comercial de Bush, mediante una iniciativa conocida como
Caminos para la Prosperidad en las Américas, lo que Pérez Rocha define como un
"Plan B" de la fallida Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)
y con la que se intenta continuar con las reglas que rigen la economía liberal,
extender el perímetro de seguridad de EEUU y socavar proyectos regionales
alternativos como el ALBA y la Unasur. Quizá los dos mejores termómetros
con los que medir la política exterior de Obama en América Latina son Honduras
y Colombia. Pero mientras el primero marca una hipotermia; el segundo indica
una fiebre cada vez más alta. En Honduras, el único país centroamericano en el
que EEUU tiene una base, Washington ha sido criticado por no respaldar con hechos su rechazo verbal al supuesto golpe
de Estado.
El presidente estadounidense se ha sacudido esas críticas
afirmando: "Los mismos que dicen que no hemos intervenido suficientemente,
son los mismos que dicen que siempre intervenimos y son los mismos que dicen
que los yankees se vayan de América Latina." Otro termómetro útil para medir la política de
Washington en Latinoamérica es Cuba. De momento, Obama ha abolido la
prohibición de viajar a la isla a los cubanos de EEUU, así como la de enviar
remesas a sus familiares; una acción que tan sólo ha supuesto un retorno a la
política de Bill Clinton. Sin embargo, nadie espera en este momento nuevos
avances. "Cuando se trata de asuntos realmente cruciales que están en el
centro de las relaciones entre EE.UU. y América Latina, el avance en la
relación requiere de decisiones políticamente costosas aquí", dijo Kevin
Casas-Zamora, ex vicepresidente de Costa Rica que ahora estudia América Latina
desde Washington. Con el tiempo, una profundización de las relaciones con
América Latina debería traducirse en ayuda para importantes asuntos regionales
e internacionales, de acuerdo con funcionarios del gobierno Obama. "Los
éxitos y beneficios tangibles del viaje no son el tipo de cosas que pueden ser
medidas el día que volvemos a casa".
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