Ecosistema
Guillermo
García Machado
Por ecosistema se entiende a la comunidad de seres vivos cuyos
procesos vitales están relacionados entre sí.
El desarrollo de estos organismos se produce en función de los factores físicos
del ambiente que comparten.
Los
ecosistemas aglutinan a todos los factores bióticos (es
decir, a las plantas, animales y microorganismos) de un área determinada con
los factores abióticos del medio
ambiente. Se trata, por lo tanto, de una unidad compuesta por organismos
interdependientes que forman cadenas tróficas o alimenticias (la corriente de energía y nutrientes
establecida entre las especies de un ecosistema con relación a su nutrición).
La noción
surgió en la década de 1930 para
explicar la compleja interacción entre los seres vivos, las corrientes de
energía, los recursos materiales, y la comunidad en la que se desarrollan.
Es importante
subrayar que existen varias formas de llevar a cabo el estudio de un
ecosistema, más concretamente tres son los métodos habituales. Así, en primer
lugar, se puede realizar el análisis del mismo mediante las relaciones
alimentarias que en él se producen lo que se traduce en que se hable de la
energía que llega a la Tierra desde el Sol para que pase de unos organismos a
otros. Esto daría a su vez lugar a las llamadas, como hemos citado
anteriormente, cadenas tróficas donde están las plantas, los consumidores
primarios o herbívoros, los consumidores secundarios o carnívoros, y los
necrófagos.
La segunda
manera de estudiar un ecosistema es mediante los ciclos de la materia. Con
ellos lo que se expresa es como los distintos elementos químicos (oxígeno, hidrógeno,
carbono…) que forman a los distintos seres vivos van pasando de unos niveles
tróficos a otros.
Y la tercera
forma de análisis es la de centrarse en el llamado flujo de energía que va
pasando de un nivel a otro y que es el encargado de que el ecosistema esté en
funcionamiento. En este caso tenemos que subrayar que dicha energía siempre
sigue la misma dirección.
El concepto
de hábitat está asociado al
de ecosistema. El hábitat es el lugar físico del ecosistema, una región que
ofrece las condiciones naturales necesarias para la subsistencia y reproducción
de las especies.
El nicho ecológico, por su parte, es el modo
en que un organismo se vincula con los factores bióticos y abióticos del
ambiente a través de distintas condiciones físicas, químicas y biológicas.
Es importante
tener en cuenta que un ecosistema supone una situación de equilibrio que cambia con
el tiempo y que implica la constante adaptación de las especies que habitan en
él. A mayor número de especies (es decir, mayor
biodiversidad), el ecosistema suele presentar una mayor
capacidad de recuperación. Esto es posible gracias a las mejores posibilidades
de absorción y reducción de los cambios ambientales.
Además de todo
lo expuesto no podemos pasar por alto que en la actualidad uno de los problemas
que más preocupa a la sociedad mundial es el de la contaminación del
ecosistema,. Aquella se manifiesta tanto a través del agua como del suelo y del
aire. Por eso, se está incentivando diversas iniciativas y proyectos con el
claro objetivo de frenar la misma, de proteger el entorno y de conseguir, por
tanto, que los seres vivos tengan una mejor calidad de vida.
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