Las Armas y la sociedad como victima

Guillermo García Machado

Estados Unidos es con diferencia el país en el que se producen más tiroteos masivos. Teniendo menos del 5% de la población mundial, en EE.UU. tienen lugar el 31% de los asesinatos masivos.

Según "The New York Times", solo en 2019 se produjeron 32 tiroteos masivos hasta el 5 de Agosto. A este dato hay que incluir el matiz de que el periódico neoyorquino utiliza ese término para aquellos ataques con arma de fuego en los que mueren más de tres personas.

En cambio, al tomar de referencia la clasificación de la organización Gun Violence Archieve, en la que se contabilizan también los tiroteos con más de tres heridos; tuvieron lugar 255 entre el 1 de enero y el 5 de agosto de 2019.

La lista de matanzas en la potencia norteamericana no termina de crecer. La más grave de todas tuvo lugar el 1 de octubre en 2017, en Las Vegas, con 55 muertos. Y de las diez más graves, cuatro se produjeron en el Estado de Texas; la llevada a cabo en El Paso.

En Estados Unidos cada 100 personas, 89 tienen un arma de fuego (como podemos ver en el gráfico de CNN en español). Los datos de la tenencia de armas tienen más de diez años, y la organización que los recoge, Small Arms Survey, está convencida de que los datos han aumentado. Un informe del Instituto Nacional de Justicia estadounidense (NIJ), de 2009, recoge que los habitantes de EE.UU. disponen de 310 millones de armas, lo que equivale al 48% de todas las que hay en el mundo.

La segunda enmienda de la constitución estadounidense permite el "derecho del pueblo a poseer y portar armas". Un derecho que el partido republicano no pretende limitar a pesar de las numerosas muertes que se producen en EE.UU. por las armas de fuego. Además, se trata de la segunda causa de muerte infantil del país, la primera teniendo en cuenta solo a los niños afroamericanos. Un niño muere o resulta herido por un disparo cada 30 minutos.

Y no solo es peligroso por los ataques a personas ajenas, sino que de media, en Estados Unidos, se producen 22.000 suicidios con armas de fuego.

Pese a todos los datos anteriores, Estados Unidos no es el país en el que se producen más asesinatos con armas de fuego. En 2018, según Small Arms Survey, en El Salvador 90 personas de cada 100.000 fueron asesinadas, el mayor índice de todo el mundo sin contar las zonas de guerra. 

Atendiendo a los datos comprendidos entre 2010 y 2015, en Honduras hubo de media 67 homicidios con arma de fuego por cada 100.000 personas, seguido de Colombia y El Salvador, con 52 y 49 respectivamente.

En EE.UU. el dato desciende hasta los 4,5 homicidios por cada 100.000 habitantes, quedando por debajo también de países como Venezuela, México o Brasil. Aunque hay que tener en cuenta que muchos de los "homicidios justificables" realizados por la policía no se incluyen en estos registros.

Aún así, siguen siendo unos datos muy elevados para un país desarrollado como Estados Unidos. Allí se producen entre 25 y 30 muertes más por arma de fuego que en España, y por cada millón de personas se producen 31 homicidios frente a los 1,3 que tienen lugar en Reino Unido.  

Parte de la sociedad norteamericana lleva años reclamando una mayor dureza a la hora de conceder los permisos de tenencia de armas. La otra parte piensa incluso en facilitarlo, apoyando al poderoso lobby de la Asociación Nacional del Rifle. De hecho, una de las posibles soluciones que proponen desde el gobierno actual es que más gente pueda tener armas (como los profesores en las escuelas por ejemplo) para actuar de forma veloz frente a los asaltantes. Quieren poner el foco en las personas y no en las armas, al contrario que la gran parte de la opinión pública.

Políticos, celebridades, instituciones y miles de personas, intensifican sus quejas cuando suceden tragedias como la de El Paso o Las Vegas, tanto con declaraciones, manifestaciones en la calle o vídeos de distinta índole que pretenden concienciar de la gravedad del problema y de la necesidad de actuar cuanto antes.