PÁNICO
Guillermo
García Machado
Pan era una divinidad griega que se asociaba a lo
salvaje de la naturaleza. Se dice que
disfrutaba al generar temor entre
las personas que viajaban de un lugar a otro, apareciéndose en el camino. De
este Dios deriva la noción de pánico que, en nuestra lengua, se
utiliza como sinónimo de terror o de
un fuerte miedo.
El pánico, por
lo tanto, es el miedo exagerado, que escapa de lo racional y que paraliza a la
persona. En ocasiones, el pánico se genera a nivel social y se contagia de
individuo a individuo, lo que provoca una ola
de temor generalizado.
En el ámbito
de la psicología, se conoce como ataque de pánico a un trastorno de
la ansiedad que provoca diversos
episodios desagradables para quien lo sufre. En el marco de estos ataques, la
persona empieza a sufrir un miedo irracional que
aparece de manera súbita y que puede prolongarse durante varias horas.
Al
experimentar un ataque de pánico o panic attack,
el sujeto puede marearse, tener taquicardia y
hasta disociarse de su propia personalidad. Se trata de una crisis que surge por una gran angustia y la
imposibilidad de controlar la ansiedad.
Dicho lo
anterior, me permito referirles un ejemplo real del pánico que viven los
hispanos y migrantes en general, ante la actual política migratoria que lleva a
cabo el gobierno de turno. Desde su llegada al poder, Donald Trump ha puesto en su punto de mira a los simpapeles,
a los que no solo no ha reconocido su contribución al funcionamiento del país
al desempeñar los trabajos más duros y peor retribuidos, sino que también los
ha acusado de “violadores” y “asesinos”. Las redadas actuales vienen
precedidas, además, por los numerosos dramas desencadenados en la larga
frontera con México. Los campos de internamiento de los numerosos inmigrantes
detenidos, procedentes especialmente de Centroamérica y del propio México, se
han convertido en auténticos campos de concentración, en los que se hacinan
millares de adultos en condiciones cada vez más degradadas. La separación de
los niños de sus padres y familiares adultos ha causado asimismo un sufrimiento
adicional a miles de personas. Trump inaugura de paso
así su propia campaña electoral, para la que a día de hoy no cuenta enfrente
con un candidato demócrata que le haga sombra. El famoso muro infranqueable de
separación con México, que prometió antes y después de ocupar la Casa Blanca,
quizá no termine de construirse, pero Trump,con el apoyo de Mexico, logro medidas militares , que
frenen en su frontera sur la avalancha de salvadoreños, guatemaltecos y
hondureños que, más que en busca del “sueño americano”, huyen de la ya endémica
violencia y la desesperanza que impera en sus respectivos países.
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