ASILO
Guillermo
García Machado
En su sentido
más amplio, la idea de asilo alude
a la protección, el resguardo o el auxilio que se le presta a alguien. A
partir de este significado se desprenden otras acepciones del término.
Por
ejemplo: “Cuando mi madre me echó del hogar, mi abuelo
me dio asilo”, “Javier me ofreció asilo,
pero creo que me quedaré en la casa de Esteban”, “Cientos de ciudadanos sirios solicitaron asilo en el país
desde el recrudecimiento de los enfrentamientos armados”.
Por lo general
se habla de asilo cuando el gobierno de un
país acoge a una persona procedente de otra nación, de la cual escapa ya que su
vida corre riesgo. Al darle asilo, el Estado que lo recibe se compromete a
velar por su seguridad y a brindarle asistencia.
Si el
individuo huye de su tierra por una persecución religiosa, racial, cultural o
sexual, o si emigra por una catástrofe natural o por una situación de
violencia, se habla de asilo humanitario.
El país que
concede el asilo debe favorecer la integración del refugiado y asistirlo para
que pueda regresar a su lugar de origen cuando el escenario cambie o para
instalarse en un tercer país si así lo desea.
Por otra
parte, cuando un individuo solicita protección en un país para que no lo
extraditen ya que en su tierra sería
juzgado por hechos vinculados a la actividad política, pide asilo político.
Se conoce como
asilo, por último, al establecimiento que
brinda refugio a individuos con algún tipo de dependencia (como
ancianos o discapacitados): “Desde que falleció mi
abuela, mi abuelo vive en un asilo”.
En este
contexto, uno de los conceptos más comunes es el asilo de ancianos, el cual
acoge a aquellas personas mayores que no necesiten la atención constante de un
médico, algo que podrían recibir en un hospital, pero que tampoco pueden
valerse por ellas mismas o que no cuentan con la ayuda de un ser querido para
llevar una vida normal y saludable.
Dado que con
el envejecimiento pueden aparecer un gran número de trastornos y condiciones
muy diferentes, es difícil definir todos los servicios que brinda un
asilo de ancianos; a grandes rasgos, podemos decir que los dos grandes grupos
de clientes son los que necesitan recuperarse de un tratamiento médico tal como
una operación quirúrgica, y aquéllos que solamente buscan los cuidados básicos
del día a día.
Ahondando más
en los diversos perfiles de los
pacientes, podemos distinguir los siguientes: convalecientes de un trastorno o
una intervención; en rehabilitación por algún accidente o proceso patológico;
en estado vegetativo o terminal; dependientes a causa de una patología crónica;
con deterioro cognitivo; altamente dependientes por demencia.
Todo esto sin
mencionar los casos de personas cuyas familias las
internan contra su voluntad por no querer hacerse cargo de ellas. También puede
ocurrir que el anciano decida activamente ingresar en un asilo para no molestar
a sus seres queridos, o bien por no tener alguien que lo ayude.
Con respecto a
la organización de un asilo de ancianos, existen tres modelos básicos:
* similar a un hospital: se trata de
aquéllos que ofrecen a sus pacientes asistencia médica de diversas clases, y
que cuenta con personal de enfermería en cada planta;
* familiar: este tipo de asilo tiene un funcionamiento que
podría compararse con el de una gran casa de familia, en el cual no existe una
gran rigidez en las rutinas, y el personal se relaciona con los residentes de una
forma más cercana y espontánea;
* mixto: los asilos que combinan las prestaciones de un
hospital con el ambiente familiar. Normalmente requieren instalaciones de
mayores dimensiones que cualquiera de los dos anteriores, y un presupuesto mayor
para sostenerse.
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