Geopolítica
Guillermo García Machado
La noción de geopolítica puede
emplearse de diversas maneras. Como campo de estudio, alude a los condicionamientos que impone la geografía a
la política. El concepto también puede utilizarse como adjetivo para
aludir a aquello vinculado a una perspectiva geográfica y política de una zona.
Por
ejemplo: “Creo que la geopolítica incidirá en las próximas elecciones
presidenciales”, “Los especialistas sostienen que la agenda de
este año estará marcada por los problemas geopolíticos”, “Necesito
un experto en geopolítica que escriba un artículo para nuestro periódico”.
Puede decirse
que la geopolítica analiza los efectos provocados por la geografía física y la geografía humana sobre
las relaciones exteriores y la política internacional. Así
contribuye a comprender cómo se desarrolla la política a partir de las
características geográficas de una región.
De acuerdo a
la geopolítica, los acontecimientos políticos y sus consecuencias mantienen un
vínculo estrecho con el espacio en el
cual se producen. El poder político, de hecho, está directamente vinculado al
espacio físico, que determina el alcance de sus facultades.
El politólogo
y geógrafo sueco Johan Rudolf Kjellén (1864-1922) fue quien acuñó
el término a fines del siglo XIX. Los alemanes Friedrich Ratzel(1844-1904)
y Karl Ernst
Haushofer (1869- 1946), el estadounidense Alfred Mahan (1840-1914)
y el inglés Halford John Mackinder (1861- 1947) también
realizaron aportes importantes para el desarrollo inicial de la geopolítica.
Es importante
mencionar que, más allá del ámbito estatal, la geopolítica también tiene
relevancia para las empresas multinacionales. Estas cmpañías establecen estrategias
territoriales teniendo en cuenta la situación política y sus efectos sobre
los mercados.
Si observamos el mapa de América del Sur ésta se
nos representa como un triángulo invertido, rodeado por tres importantes masas
de agua: los océanos Pacífico y Atlántico y el mar Caribe. A su vez, ese
espacio está quebrado por tres cadenas montañosas: los Andes, el Planalto
brasileño y el macizo de las Guyanas; y, finalmente, aparece atravesado por
tres grandes ríos que desembocan en el Océano Atlántico: el Orinoco, el
Amazonas y el Plata, unidos por una vasta planicie interior que necesariamente
debe conectarse. La organización del espacio en este hinterland continental, su
integración política, física, económica, social y cultural, representa el gran
desafío geopolítico que nos plantea el siglo XXI.
Históricamente la conquista y colonización de
América coincidió con el período de expansión y hegemonía del transporte y
comercio marítimo internacional. Esa herencia colonial configuró a América del
Sur como un sistema de puertos con una matriz de desarrollo perimetral,
concentrada sobre sus litorales marítimos. Desde Puerto Cabello a Buenos Aires
y desde Valparaíso a Santa Marta el desarrollo se centró en los litorales
oceánicos postergando las regiones mediterráneas y configurando un modelo de
desarrollo dual o desigual, que transcurridas cinco centurias no ha sido
revertido.
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