Sunday, June 10, 2018


Geopolítica
Guillermo García Machado

La noción de geopolítica puede emplearse de diversas maneras. Como campo de estudio, alude a los condicionamientos que impone la geografía a la política. El concepto también puede utilizarse como adjetivo para aludir a aquello vinculado a una perspectiva geográfica y política de una zona.
Por ejemplo: “Creo que la geopolítica incidirá en las próximas elecciones presidenciales”“Los especialistas sostienen que la agenda de este año estará marcada por los problemas geopolíticos”“Necesito un experto en geopolítica que escriba un artículo para nuestro periódico”.
Puede decirse que la geopolítica analiza los efectos provocados por la geografía física y la geografía humana sobre las relaciones exteriores y la política internacional. Así contribuye a comprender cómo se desarrolla la política a partir de las características geográficas de una región.
De acuerdo a la geopolítica, los acontecimientos políticos y sus consecuencias mantienen un vínculo estrecho con el espacio en el cual se producen. El poder político, de hecho, está directamente vinculado al espacio físico, que determina el alcance de sus facultades.
El politólogo y geógrafo sueco Johan Rudolf Kjellén (1864-1922) fue quien acuñó el término a fines del siglo XIX. Los alemanes Friedrich Ratzel(1844-1904) y Karl Ernst Haushofer (1869- 1946), el estadounidense Alfred Mahan (1840-1914) y el inglés Halford John Mackinder (1861- 1947) también realizaron aportes importantes para el desarrollo inicial de la geopolítica.
Es importante mencionar que, más allá del ámbito estatal, la geopolítica también tiene relevancia para las empresas multinacionales. Estas cmpañías establecen estrategias territoriales teniendo en cuenta la situación política y sus efectos sobre los mercados.
Si observamos el mapa de América del Sur ésta se nos representa como un triángulo invertido, rodeado por tres importantes masas de agua: los océanos Pacífico y Atlántico y el mar Caribe. A su vez, ese espacio está quebrado por tres cadenas montañosas: los Andes, el Planalto brasileño y el macizo de las Guyanas; y, finalmente, aparece atravesado por tres grandes ríos que desembocan en el Océano Atlántico: el Orinoco, el Amazonas y el Plata, unidos por una vasta planicie interior que necesariamente debe conectarse. La organización del espacio en este hinterland continental, su integración política, física, económica, social y cultural, representa el gran desafío geopolítico que nos plantea el siglo XXI.
Históricamente la conquista y colonización de América coincidió con el período de expansión y hegemonía del transporte y comercio marítimo internacional. Esa herencia colonial configuró a América del Sur como un sistema de puertos con una matriz de desarrollo perimetral, concentrada sobre sus litorales marítimos. Desde Puerto Cabello a Buenos Aires y desde Valparaíso a Santa Marta el desarrollo se centró en los litorales oceánicos postergando las regiones mediterráneas y configurando un modelo de desarrollo dual o desigual, que transcurridas cinco centurias no ha sido revertido.

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