Eclesiástico
Guillermo García Machado
El vocablo del griego bizantino ekklēsiastikós llegó
al latín tardío como ecclesiastĭcus,
que luego derivó en nuestra lengua en eclesiástico. Este concepto puede emplearse como adjetivo o como sustantivo,
siempre relacionado con la religión.
En el primer caso, eclesiástico alude a aquel o
aquello vinculado a la Iglesia: la institución que congrega a los fieles
cristianos. Por ejemplo: “Mañana
tendremos una conferencia sobre derecho eclesiástico en el auditorio principal”, “Durante
su juventud fue asistente eclesiástico”, “Varias autoridades del organismo
eclesiástico están siendo investigadas por la Justicia”.
Se denomina derecho eclesiástico a aquel que se
encarga de reglamentar, en el ámbito civil, el régimen de las confesiones
que se desarrollan en el entorno religioso. El día eclesiástico,
también llamado día
litúrgico, es la jornada destinada al culto. El año eclesiástico o litúrgico, por otra
parte, es el encargado de gobernar los actos solemnes de la Iglesia.
Calendario eclesiástico, audiencia
eclesiástica, provincia
eclesiástica, disciplina
eclesiástica y brazo eclesiástico son
otras expresiones que se construyen utilizando este adjetivo.
Como sustantivo, eclesiástico se utiliza como sinónimo
de clérigo (un individuo que recibió las
órdenes sagradas): “El eclesiástico
sorprendió con sus declaraciones contra el gobierno nacional”, “El ómnibus con los
eclesiásticos llegados desde distintos países sudamericanos arribó al Vaticano
poco después de las tres de la tarde”, “La ONG es dirigida
por un eclesiástico francés de amplia trayectoria en este tipo de trabajo
social”.
El Eclesiástico, por último, es
el nombre por el cual
también se conoce al Libro de la Sabiduría de Jesús ben Sira o Libro de
Sirácides, que forma parte de los libros sapienciales
del Antiguo Testamento.
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