Mercado de Valores
Guillermo García
Machado
Se conoce como mercado a la institución de carácter social que surge cuando se inicia un vínculo entre oferentes (más conocidos como vendedores) y eventuales demandantes (es decir, compradores), los cuales interactúan con el
propósito de concretar intercambios, transacciones o acuerdos. Un valor, por otra parte, es algo
que posee una estimación. El término, en sentido económico o financiero, se
emplea como sinónimo de título o acción (para
mencionar, en este marco, los derechos como propietario que alguien atesora en
relación a una cierta sociedad).
En función de estas definiciones se puede
presentar a la noción de mercado
o bolsa de valores como una frase que describe el mercado de
capitales que sirve de marco para establecer negociaciones vinculadas a las
rentas, tanto fijas como variables, por medio de operaciones de compra-venta
enfocadas a cualquier clase de valor negociable.
Tanto los oferentes como los demandantes
negocian los valores (que pueden ser desde acciones o títulos hasta
obligaciones, entre otros) tras acceder a información confiable sobre los
estados de las sociedades. El funcionamiento del mercado de valores permite
canalizar el ahorro y la inversión.
Los emisores de valores obtienen recursos
financieros a partir de la oferta pública, mientras que quienes compran estos
valores pueden lograr ganancias ya sea con la reventa de las acciones
o por medio del cobro de dividendos (un monto que se abona en proporción a los
títulos poseídos con las utilidades generadas por la empresa).
Cabe destacar que el mercado de valores emplea
diversos procedimientos y sistemas que garantizan su transparencia. De esta
manera, se supone que no habrá nadie que pueda hacer uso de su poder para
distorsionar el precio de los valores. Resulta imprescindible, por lo tanto,
que la información circule libremente y que sea veraz.
El
mercado de valores de Tokio es
el segundo más importante a nivel mundial, y el más grande de Asia, y se dedica
a negociar exclusivamente las acciones y los valores, tanto convertibles como
aquéllos que dan derecho a adquirir o suscribir. Para realizar sus
negociaciones, se basa en un “sistema de dirección y ejecución de órdenes
asistido por ordenador”, conocido por la sigla CORES.
Más de 2 mil empresas de todo el mundo cotizan en él, resaltando sin duda las
tecnológicas y automovilísticas. Entre ellas se encuentran los líderes de la
fabricación de vehículos Honda y Toyota, las poderosas y polifacéticas Pioneer
y Sony, los fabricantes de componentes de electrónica Kyocera, TDK y Fanuc, el
líder en imagen digital Canon y los especialistas en seguridad Secom. En cada
país existe una entidad que se dedica a supervisar las actividades de la bolsa,
como es el caso de España, por ejemplo, y su Comisión Nacional del Mercado de
Valores, que rige desde el año 1988. En todos los casos, tiene como principal
objetivo asegurar la legitimidad de las
transacciones y proteger a los inversores. Cabe mencionar que la
cuantía de datos que debe analizar para llevar a cabo sus actividades es de
libre acceso a los ciudadanos.
Hablando específicamente de la CNMV española,
este organismo realiza una intensa labor de carácter internacional, que
principalmente consiste en participar de las sociedades que reúnen a
quienes regulan y supervisan los valores, tales como la Organización
Internacional de Comisiones de Valores, y de las agrupaciones que abarcan
diversos sectores, como ser los seguros y los servicios bancarios, tanto a
nivel nacional, como continental y global.
Por otro lado, sus competencias alcanzan
también la asesoría y la prestación de servicios a
las autoridades nacionales para mejorar su colaboración con los cuerpos de
la Unión europea; a través de programas de capacitación, asegura una
mirada actualizada e impulsa que las distintas entidades de los mercados de
valores se modernicen, promoviendo así su crecimiento.
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