Republicanos Temblad
Guillermo García Machado
De la Nación Mundo recogemos estas líneas sobre la
situación actual del partido republicano, empeñado en mostrarse como el otro Yo
del Dr No. Abatido y desorientado: el Partido Republicano sale lastimado de una
agotadora batalla presupuestaria que tuvo en vilo a Estados Unidos y al mundo
durante dos semanas, pero el Tea Party , el sector ultraconservador que
encendió la mecha, no muestra ningún remordimiento. “Absolutamente, valió la
pena”, dijo Michelle Bachmann, fundadora del Tea Party y abanderada de la
derecha radical, anti- Estado y antiimpuestos. Los representantes se detuvieron
unos minutos para hablar con los periodistas en el subsuelo del Capitolio, en
el humillante epílogo de la cruzada lanzada en setiembre por el Partido
Republicano para abrogar la reforma de la salud, promulgada en 2010 y piedra
angular del proyecto político del presidente Barack Obama. Inicialmente, los
republicanos intentaron abolir la reforma . Luego intentaron cortarle el
financiamiento. Después demorar su entrada en vigencia. Después, eliminarle
algunos artículos. Resultado: luego de 16 días de parálisis de los servicios no
esenciales del Gobierno federal y de arriesgar un cese de pagos del país, el
texto del acuerdo que conjuró, por el momento, la crisis apenas arañó la
reforma de la salud. Obama y sus huestes demócratas, que controlan el Senado,
se negaron a aceptar lo que denominaron “chantaje” de parte de los
republicanos. Los demócratas afirmaban en la noche del miércoles que el acuerdo
que conjuró la crisis reforzaba la reforma de la salud. La derrota es total
para el presidente republicano de la Cámara baja, John
Boehner ,
obligado a anunciar a sus tropas la capitulación. “Fuimos golpeados, eso es
seguro”, dijo Mick Mulvaney, representante de una circunscripción de Carolina
del Sur. “Pero sigo estando orgulloso de la razón por la que fuimos golpeados”,
agregó. “Le dije a la gente que vine aquí a intentarlo, y eso es lo que hice”,
expresó Thomas Massie, uno de los representantes más intransigentes del Tea
Party. “Fue una notable victoria ver tanta valentía en la Cámara”, se
congratuló el texano Ted Cruz, figura del movimiento ultraconservador en el
Senado. Y uno de sus discípulos, el representante Matt Salmon, aseguró que
“esta batalla no terminó. Este fue el primer round ”. El resto –la mayoría– de los 232
republicanos de la Cámara Baja no ocultó su impaciencia con la actitud
intransigente de un puñado de sus colegas agrupados dentro del partido en 2010.
Con los ojos puestos en los sondeos publicados desde hace dos semanas, muchos
representantes quieren aprender las lecciones de este episodio y posicionar al
partido hacia objetivos más constructivos que el sabotaje a la reforma de la
salud. “La forma en que actúan y el camino que han iniciado en las últimas
semanas conducen a un partido marginado a los ojos de los estadounidenses, a
una forma de conservadurismo que está probablemente más allá de lo que el
mercado puede tolerar”, analizó el senador Lindsey Graham. “Cuando los sondeos
están en un mínimo histórico, es que estamos en mala situación”, constató el
representante Peter King, el republicano que se mostró más crítico hacia el Tea
Party. Para estos legisladores, los republicanos hubieran podido negociar un
acuerdo que combatiera los grandes programas sociales, como el sistema de
jubilaciones.
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