Paladín
Guillermo
García Machado
Tener
que hablar de los personajes de descritos por Homero, mas tarde por
Dumas o Victor Hugo, o tan simple como trasladarnos a la política
venezolana, donde siempre han existido distintos tipos de centauros
justicieros, es bueno referimos hoy, al vocablo latino palatīnus,
que se traduce como “palaciego”,
llegó al italiano como paladino.
A nuestro idioma el
concepto arribó como paladín:
así se llama al caballero que
se destaca por su valentía y su vigor y que, en los enfrentamientos
bélicos, sobresale por sus proezas.
Originalmente,
la noción se vincula a los guardianes
de Carlomagno que
aparecen en los cantares
de gesta de
la Edad
Media.
En el conjunto de leyendas conocido como “materia
de Francia”,
se hablaba de doce
paladines famosos
por sus hazañas.
Roland,
o Roldán en
castellano, es señalado como el líder de los paladines
de Carlomagno.
Más allá de contar con un sustento histórico, se trata de
personajes legendarios, comparables con los caballeros
de la mesa redonda del rey
Arturo.
El número de paladines, e incluso sus nombres,
varían entre los diversos romances.
Con
el tiempo,
se empezó a mencionar como paladín a aquel que brinda
protección a alguien o a algo, o que asume su defensa y promoción.
Así, quien está dedicado a velar por el cumplimiento de las
disposiciones legales, por mencionar un caso, suele ser
llamado paladín
de la justicia.
Por
ejemplo: “El
intendente se presenta como el paladín de la honestidad pero, en
realidad, debería aclarar muchas cosas sobre su administración”, “En
el marco de la dictadura militar, varios periodistas se erigieron
como paladines de la libertad a través de sus denuncias
públicas”, “El
artista suele ser señalado como el paladín del tango por los medios
especializados”.
Paladín,
por último, es una localidad española. Forma parte
del municipio de Valdesamario,
a su vez integrado a la provincia de León.
Por
último, haciendo referencia a la justicia y su correcto desempeño,
cuando el juez politiza la justicia, deja de ser juez para
convertirse en justiciero. Con ello, este se pone en un lugar más
allá del bien y el mal, por sobre la democracia, respaldado
únicamente por su aparente superioridad moral.
¿Paladines
de la justicia? No deja de ser paradojal, pues hasta hace no mucho
fueron cómplices de las violaciones a los derechos humanos ocurridas
en distintos paises de nuestro hemisferio. En Chile, por tomar un
ejemplo, la declaración de la Corte Suprema del 9 de diciembre de
2004 frente al Informe Valech, ésta reconoce de forma tibia que pudo
haber sido más eficaz en la protección de los derechos
individuales, pero, para indignación de todos, bajan el perfil a su
abandono de deberes al considerar que los resultados en el caso
contrario probablemente hubieran sido los mismos; ¡como si velar por
el Estado de derecho fuera meramente un asunto práctico y no de
principios!
Los
jueces son, por definición, el opuesto a los héroes de la moral,
pues se deben a la ley. La violación de esta no los hace mejores
personas, sino superiores al resto, violando así el principio de
igualdad, que es el fundamento de toda democracia.
No comments:
Post a Comment