Tentativa
Guillermo García Machado
El vocablo latino temptātus llegó a
nuestro idioma como tentativo.
Se trata de un adjetivo que permite referirse a aquello que se utiliza
para probar, catar o examinar algo. También se conoce como
tentativa a la acción que se desarrolla con dicho fin. Por ejemplo: “La denominación tentativa de la marca es
‘Sportango Pasión’, aunque aún no hemos definido el tema”, “La fecha tentativa para desarrollar el evento
es el 13 de diciembre”, “El
club realizará una nueva tentativa por el delantero ecuatoriano”.
La noción de tentativa se emplea con frecuencia en
el ámbito del derecho.
En este caso, un delito en grado de tentativa es aquél que no
se concretó por un factor externo y no porque el
delincuente no haya querido realizarlo.
En otras palabras, la tentativa aparece cuando
una persona ya empezó a ejecutar
la conducta delictiva, pero, por un motivo externo, no logra completarla. El
sujeto actúa con dolo ya que dispone de la voluntad para ejecutar el acto: no
puede consumar la acción sólo por la irrupción de una circunstancia que es
ajena a él.
Supongamos que un hombre que
le debe dinero a otro individuo planea asesinar a
su acreedor para no tener que pagar la deuda. Con este objetivo, lo espera a la
salida del trabajo y le dispara tres veces. Sin embargo, la víctima logra
sobrevivir ya que fue atendida rápidamente por un médico que se encontraba en
el lugar y trasladada a un hospital de forma inmediata. El agresor, por lo
tanto, es juzgado por “tentativa
de homicidio” ya que el homicidio no se consumó, aun cuando
ése era el objetivo y la intención del atacante. El uso del término
“tentativa”, en dicho caso, hace referencia a un concepto que se conoce
como delito imperfecto inidóneo. Tal como su ortografía lo
indica, la palabra “inidóneo” tiene un significado opuesto al de “idóneo”, por
lo cual hace referencia a una cosa “no idónea, que no es adecuada para cumplir
una determinada tarea”. En el pasado, este tipo de delito se denominaba imposible,
y se trata de una conducta que cuando se
analiza luego de los hechos, es posible determinar que ya desde el principio de
la acción se apreciaba que no iba a ser posible la consumación del tipo penal.
Algunos ejemplos más claros de la tentativa
inidónea son el intento de quitarle la vida a un individuo con una cantidad
insuficiente de veneno, disparando con un arma de fuego en un sitio donde éste
no se encuentra o bien apelando a la magia negra. Sobra decir que al analizar
en retrospectiva un caso con alguna de dichas características queda muy claro
que se trata de un delito imposible.
A la hora de imputar al delincuente de una
tentativa inidónea, es necesario conocer de forma detallada todos los datos que
tenía acerca de su entorno y de las víctimas de su accionar, para
determinar cuándo comenzaron los hechos fortuitos, es decir, qué
hizo conscientemente y qué ocurrió por accidente. Esto sirve para analizar
sus intenciones originales,
independientemente de los resultados, ya que en base a esta información los
jueces pueden actuar aun cuando un intento de crimen se frustra.
En otras palabras, el punto esencial para resolver
cuál es el castigo más adecuado para el acusado, o bien si debe o no ser
castigado, es el grado de peligro que suponían
sus actos desde la perspectiva de su concepción, desde el
momento en que los planeó, sin tomar en cuenta el final de la historia. Esto
parece contradictorio con el método para determinar si un delito es o no una
tentativa inidónea, ya que la observación se realiza en sentido contrario, pero
es el único modo de aplicar la justicia en casos de este
tipo.
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