Inflación
Guillermo García Machado
La inflación es la elevación sostenida de los
precios de los bienes y servicios. Una tasa, por otra parte, es un coeficiente que expresa la relación entre dos magnitudes. Ambos conceptos nos permiten acercarnos a la
noción de tasa de inflación, que refleja el aumento porcentual de los precios en un cierto período. Por ejemplo:
si un kilo de azúcar cuesta x unidades de dinero en el mes de
enero y, al cabo de un mes, aumenta al doble, la inflación mensual sobre ese
producto fue del 100% (el producto cuesta un 100% más que durante el mes
anterior).
Durante un período de elevada tasa de inflación, dado que los salarios se mantienen
intactos, el dinero parece tener menos valor; en otras palabras, los precios de
los productos de consumo básico (aquellos que resultan esenciales para la
subsistencia) se disparan y la gente se ve obligada a realizar ajustes en sus
compras mensuales, ya sea inclinándose por marcas de calidad inferior u optando
por prescindir de ciertos bienes.
Existen diversos motivos para el surgimiento de la inflación. La inflación de demanda se
produce cuando el sector productivo no logra adaptar su oferta a la demanda
general y, por lo tanto, decide subir los precios.
La inflación de costos, en cambio,
tiene lugar cuando se incrementan los costos de los productores (por el aumento
de los salarios, los impuestos o
las materias primas) y éstos trasladan dichos aumentos a los precios con la
intención de mantener los beneficios.
La inflación conocida con el nombre de autoconstruida aparece
cuando los productores se anticipan a un potencial aumento de precios, con un
ajuste de su conducta actual.
Existen
diferentes categorías en las cuales es posible clasificar la inflación tomando
en cuenta la magnitud del aumento: * inflación moderada: se trata del
aumento de los precios que se da de manera lenta y progresiva.
En este caso, los precios suelen mantener una relativa estabilidad, lo cual
genera confianza en los consumidores, inclinándolos a depositar sus ahorros en
cuentas bancarias, con la esperanza de que el valor de su dinero no cambie a lo
largo del tiempo. Se trata de un incremento sutil que, si bien se percibe,
consigue que muchos se acomoden y tomen decisiones que
lamentarán cuando la situación empeore;
* inflación galopante:
esto se da cuando los precios aumentan las tasas en dos o tres dígitos en un período promedio de
un año. Sobra decir que cuando un país sufre tal fenómeno, tienen lugar una
serie de importantes cambios a nivel económico. Por lo general, la gente busca
conservar el dinero indispensable para conseguir la subsistencia y cambiar el
resto por alguna moneda fuerte, como puede ser el dólar o el euro. Cuanto más
desesperada se torna la situación, más difícil resulta llevar a cabo este plan
de ahorro, dada la excesiva demanda de moneda extranjera, y muchos acuden a los
puestos ilegales de cambio;
* hiperinflación: se
trata de un caso anormal y excesivo, que puede llegar a un incremento del 1000%
por año. Es una situación que deja en evidencia una tremenda crisis de la economía
de un país, ya que se combina la pérdida de valor de su dinero con la
disminución del poder adquisitivo y se vive un profundo desconcierto, que lleva
a muchas personas a intentar gastar todo lo posible antes de que la moneda
pierda su valor absolutamente. Entre las razones que llevan a un país a sufrir
esta clase de inflación se encuentran la financiación de los gastos del
gobierno emitiendo dinero de manera descontrolada, y la ausencia de un sistema
efectivo de regulación de los ingresos y egresos.
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