Burocracia para servir
Guillermo García Machado
El término burocracia proviene del francés bureaucratie, cuya raíz es bureau (“oficina”). El concepto
permite nombrar a la organización que está regulada por normas que buscan un orden racional en la gestión y distribución de sus asuntos. Además de lo expuesto es interesante
establecer que existe una Teoría de la Burocracia. Se trata de una teoría que
se inició con el claro objetivo y la necesidad de conseguir que la organización
de las distintas empresas, especialmente de las que contaban con muchos
empleados y con un gran volumen de actividad, estuvieran “ordenadas” de manera
racional.
De ahí surgieron ideas y propuestas como la del economista alemán Max
Weber que, entre finales del siglo XIX y principios del XX, se convirtió en uno
de los máximos exponentes de dicha teoría. En su caso, consideró que la
burocracia era una forma racional de organizar una entidad para conseguir que
la misma funcionara con precisión, claridad, velocidad y eficiencia.
En este sentido, para él a la hora de establecer dicha burocracia era
fundamental que la misma se sustentara en cuestiones tales como la división del
trabajo, la jerarquía de la autoridad, las reglas y normas, el compromiso
profesional, la racionalidad, la impersonalidad en cuanto a la aplicación de
los procedimientos y las reglas o los registros escritos.
La burocracia también es el conjunto
de los servidores públicos, aunque el término tiene una connotación
negativa: se entiende por burocracia a la administración
ineficiente por el papeleo y las formalidades, y a la influencia excesiva de los funcionarios en
los asuntos públicos. Por ejemplo: “Por culpa de la burocracia tengo
que buscar los recibos de sueldo de los últimos treinta años; de lo contrario,
no puedo acceder al beneficio”, “La burocracia a la hora de los
trámites hizo que dejara la universidad pública”.
Dentro de esa acepción negativa del término burocracia que estamos
analizando es interesante comprobarla a través de lo que son casos prácticos.
Así, por ejemplo, se establece que una de las causas que lleva a que muchas
personas sean reacias a apostar por el autoempleo en algún momento de sus vidas
es precisamente la cantidad de papeleo que hay que realizar y también la gran
pérdida de tiempo que aquel trae consigo.
Pese a esta utilización negativa del término, la sociología y
las ciencias administrativas entienden a la burocracia como la estructura que
se caracteriza por los procedimientos
regularizados y explícitos. La burocracia implica relaciones
jerárquicas e impersonales, la especialización del trabajo y la división
de responsabilidades.
En el plano teórico, la burocracia permite que las normas dictadas por
las autoridades se ejecuten de manera precisa y acorde a procedimientos ya estipulados. De
esta manera, se reduce el error humano y el proceso de las acciones resulta
transparente.
La visión negativa de la burocracia surge por la rigidez de estos mismos
procesos, que pueden volver excesivamente lento cualquier tipo de trámite. Por
otra parte, la burocracia no tiene en cuenta las alteraciones que pueden surgir
con el devenir cotidiano y que exigen nuevas soluciones para los problemas
inéditos.
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